Colmillos

2K 267 14
                                    

–Mira, creció de nuevo mi diente –señaló Hunk sus dienes mientras sonríe.

–¡Eso es asombroso! espero que mis dientes crezcan rápido –comentó animado Lance mientras sonríe mostrando sus dientes faltantes.

Keith escuchaba la conversación entre ambos infantes, siempre quiso hablar con ese par, pero su timidez lo limitaba a observar.

Lance notó la mirada intensa sobre ellos y volteó a mirar, sonriendo al instante de verle, pero Keith por su parte jalo su abrigo y cubrió su roja carita que enrojeció al haber sido descubierto.

Lance empujaba de los hombros a Hunk en dirección a Keith, a Hunk no le desagradaba la idea así que se dejó llevar.

–Hola, ¿cómo te llamas? –preguntó Lance con un brillo de curiosidad en sus ojos.

–Keith –dijo en un susurro, su voz no sale más alta.

–Hola Keef –saludó amable Hunk.

–¡Estamos en una investigación, Keef! –exclamó con emoción, levantando las manos al aire– queremos ver a quien no le han crecido los dientes aún.

Keith los observaba tímido, encongiendose en si mismo.

–Vamos Keef, sonríe por favor –pidió Hunk.

Keith dudó, pero hizo una mueca mostrando sus dientes completos, solo con una particularidad.

–¡Asombroso! –Lance se acercó, seguido por Hunk– ¡tienes colmillos!

Y efectivamente, tenía dientes mas grandes y filudos.
Inmediatamente cubrió sus dientes y
su mirada mostraba tristeza.

–¡No los cubras, son geniales!

Hunk concordó, empezando a hablar con Keith sobre sus peculiares dientes y Lance estando maravillados por estos.

[...]

–Chicos, el dentista me dijo que con un desgaste, mis dientes quedaran normales.

Tras esa primera reunión, Keith se acopló al grupo de Lance y Hunk, Pidge se unió despues siendo la más joven.

–Has lo que quieras –dijo desinteresada Pidge.

–Si esa es tu decisión –apoyó Hunk entrando a la sala con una bandeja de galletas.

–¡¿Qué?! ¡No aceptaré eso!

Sin exagerar, todos en la habitación rodaron los ojos, Lance tendía a ser un dramático. Lance tomó a Keith del brazo y lo arrastró fuera de la habitación, llevándolo hasta el pasillo.

–Keith, si haces eso, dejare de hablarte.

–Lance... mis colmillos no son normales.

–Pero son tus colmillos, ¡no puedes!.
Keith recuerdo que el momento en que te conocí, tenia mucha curiosidad de tus dientes, y eso me hizo acercarme a ti, y después de tantos años agradezco mi curiosidad de niño, porque eres la persona más maravillosa que he conocido, y no quiero que rompas ese vínculo.

–Lance... eso es lo más extraño que me has dicho.

–¡Hablo en serio! esos colmillos son lo más lindo que he visto... –Lance cubrió su propia boca y apartó la mirada– los colmillos y tú.

–¿Qué?

–¿Qué? ¡no dije nada! ¡suerte con eso!
¡adios! –Lance nervioso y con las mejillas ardiendo salió corriendo del pasillo, pasando por la habitación y saliendo del lugar.

[...]

Lance tocó la puerta de la casa de Keith, iba a disculparse y no dejar aue las cosas pasaran a malentendidos, un día ya a pasado de lo que se supone que sería su ida al dentista, ya estaba preparado mentalmente para no ver sus colmillos.

Keith abrió la puerta, lo observó por unos segundos y sonrió mostrando sus colmillos de siempre, Lance no aguantó con la emoción y se lanzó a besar a Keith, aclararía las cosas después.



Բiɳ ɗíɑ 12

Klancetober - Pequeñas Historias Where stories live. Discover now