XXI

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Minho

Cuando llegamos al edificio donde se encuentra el cuarto de Chan, tenemos que subir unas escaleras, pero finalmente llegamos a una puerta. Chan introduce su llave y la abre, él es el primero en entrar.

—Bienvenido a mi intento de hogar.

Me sonríe y me hace una seña para que pase. Lo primero que puedo notar es su cocina con una pequeña mesa cuadrada al centro. Todo está muy limpio, demasiado diría yo.

—Toma asiento —me dice apuntando a la mesa—, ahora vuelvo.

Entra por una puerta a la izquierda, supongo que ese es su cuarto. A parte de esa puerta no hay otra, el lugar es realmente pequeño, pero es acogedor.

Me siento en una de las cuatro sillas del comedor y dejo mi mochila en el piso. Después de cinco minutos Chan vuelve a la cocina y me mira, está demasiado serio.

—Yo... —Se queda callado y después se dirige rápido a la cocina—. ¿Quieres algo de tomar? Disculpa, soy muy mal anfitrión.

—Descuida, agua está bien.

Me trae un vaso y después vuelve a entrar por la antigua puerta, pero ahora vuelve con sus libros y una laptop.

—Había olvidado esto. —Apunta a sus libros y se ríe.

Hoy está nervioso y por eso está siendo descuidado con lo que hace, pero, ¿por qué?

Le sonrío de vuelta haciéndole saber que no hay problema.
Después de eso comenzamos a revisar los temas más recientes que hemos visto en la clase y me pregunta cuál creo que es el problema.

Él está siendo muy profesional, por lo cual puedo concentrarme y tomarme enserio lo que estamos haciendo fácilmente.
Después de unas dos horas reforzando temas anteriores para poder entender los nuevos, Chan se estira y mira la hora.

—Vaya, ya es tarde. ¿Preparamos algo de comer o pedimos algo?

—Lo que sea, por mí está bien.

Lo miro seriamente, la verdad es que no quiero tener que elegir. Después de todo esta es su casa y él ya está siendo demasiado amable en ayudarme con mis deficiencias educativas.

Se levanta y echa un vistazo a su refrigerador y alacena. Y después me mira.

—Creo que hay lo necesario para preparar ramen, pero si no te apetece pedimos algo.

—Oh no, ramen está más que bien.

El asiente, comienza a sacar las cosas necesarias y después lava sus manos.
Yo no sé que hacer porque generalmente nunca cocino y el desayuno que hice para Changbin el otro día quedó terrible.

—¿Necesitas ayuda?

El pánico y miedo es evidente en mi voz, por lo que Chan sonríe tranquilizarme.

—Claro, ¿puedes ayudarme a levantar las cosas de la mesa?

Así que eso hago, guardo mis cosas en mi mochila y tomo la computadora y los libros de Chan en mis manos.

Baby Boy ✓ MinChan Where stories live. Discover now