XXXIV

6K 735 84
                                    

Minho

Entro al departamento y Changbin está preparando algo en la cocina, me dice algo pero estoy lo suficientemente aturdido como para entenderle. Sintiéndome como un robot consigo llegar a mi cuarto y cierro la puerta con seguro.

Me tumbo en la cama por lo que parece una eternidad. A decir verdad, ni siquiera sé cómo logré llegar al departamento. Después de haber llorado en aquél callejón me sentí como dormido, sin ser realmente consciente de nada a mi alrededor.

Todo se aglomera en mi cabeza, sentimientos y recuerdos por igual. Un momento pienso en el beso en aquél balcón y mi cuerpo se llena de calma y felicidad, al otro estoy recordando la noche de ayer y siento electricidad correr por mi cuerpo, pero cuando recuerdo lo de esta mañana siento frío, confusión, coraje y miedo...

Durante mucho tiempo permanezco así, sin moverme y con una batalla de emociones dentro de mí. Hasta que una vibración en el bolsillo de mi chamarra me despeja un poco.

Ni siquiera estoy dispuesto a revisarlo cuando recuerdo algo en lo que no había reparado. Hoy es miércoles, mi celular es el que vibra en mi chamarra indicando la llamada de Seungmin.

De alguna manera me las arreglo para sacar el celular y contestar antes de que deje de timbrar.

—¿Hola? —dice una familiar voz.

Pero sigo sin poder hablar, todo mi cuerpo se siente demasiado cansado.

—Minho, sé que estás allí —dice sin reproche—. Hey... ¿Algo anda mal? —pegunta preocupado—. Porque si es así, ¿sabes que puedes contármelo cierto?

Un sollozo se escapa de mis labios, no me había dado cuenta que estaba llorando hasta aquel momento.

—Por favor, habla —pide—. Minho, sea lo que sea puedes decírmelo.

—Soy un estúpido, Seungmin. —Mi voz sale ronca por el llanto.

—¿Qué? ¿Por qué? —Ahora suena algo alarmado aunque claramente intenta mantenerse sereno—. ¿Pasó algo con la escuela, Changbin, nuestros padres... —no contesto—, con Chan?

Su sola mención arranca un suspiro de mis labios.

—¿Es sobre Chan, cierto?

—Sí. —Mi voz apenas es audible.

—¿Qué ha pasado?

Un nudo se instala en mi garganta, pero de alguna manera soy capaz de contarle las cosas a Seungmin. Tratándose de él siempre consigo sacar lo que tengo dentro sin miedo a ser juzgado.
Le cuento sobre la fiesta, el beso, la plática con Changbin, mi estúpida idea y la noche de ayer con Chan (sin dar detalles), y finalmente termino con lo que descubrí esta mañana.

Cuando termino de relatar las cosas pasa mucho tiempo antes de que alguno de los dos hable.
Probablemente porque Seungmin intenta procesar la información y yo porque simplemente no tengo fuerzas ni cabeza para formular alguna otra palabra.

—Todo, todo tiene sentido —dice finalmente—. ¿Pero es seguro que haya sido Christopher y no Chan?

—Seungmin —mi voz sale cansada—, él sabía mi nombre antes si quiera de presentarme y su cabello, sus ojos, su sonrisa... Es él.

Mis ojos vuelven a llenarse de lágrimas, porque me encantaría poder decir que en efecto es una equivocación, pero sé que no es así.

—Bueno, pero dices que Christopher no le dijo nada a Chan cuando preguntó si ustedes se conocían... ¿Eso es algo bueno no? —Intenta animarme.

—Sí, pero tal vez lo hizo porque yo estaba allí. —Y entonces caigo en cuenta de algo—. Chan no me ha mandado mensajes, tal vez él ya se lo dijo y ahora no quiera saber nada de mí.

Muerdo mi labio para evitar seguir sollozando. Por alguna razón pareciera que mis lágrimas no quieren desparecer.

—O tal vez está ocupado —propone sonando alentador—. Pero de cualquier manera se va a enterar Minho, se lo tienes que decir.

—No, no sé si pueda —confieso.

—Minho... —Voces comienzan a discutir al otro lado—. Yo me tengo que ir, pero piénsalo, ¿si? Es mejor que lo sepa por ti.

—Seungmin no te vayas —pido con un nudo en la garganta.

—Tengo qué, Minho. Pero... —La llamada se corta.

Y una sensación de vacío, tristeza y soledad me golpea nuevamente.
Miro mi celular, no hay mensajes ni llamadas perdidas de Chan y siento que algo dentro de mí se rompe.
Cuando veo la hora me sorprendo, pasa de las seis de la tarde incluso si yo apenas he sentido un pestañeo.

Limpio mis lágrimas y me dirijo al baño. Quito mi ropa y recuerdo como hace apenas unas horas era Chan quien lo hacía.
Finalmente me meto bajo el manto de agua, ni siquiera reparo en que está demasiado fría. Me quedo mucho tiempo así, simplemente sintiendo el agua correr por mi cuerpo.

Después de mucho esfuerzo puedo terminar de ducharme y me visto con lo primero que encuentro.

Me tiro nuevamente sobre la cama sin encontrar nada mejor que hacer.
Al menos hasta que mi celular emite un pequeño sonido. Rápidamente lo reviso, es un mensaje.

—Minho, ¿estás bien? ¿Vas a cenar? —La voz de Changbin llega desde el otro lado de la puerta.

—No —soy capaz de decir.

Lo escucho suspirar y se aleja. Pero yo no puedo quitar mi vista y atención de aquellos mensajes.

NÚM. DESCONOCIDO
Hola, Minho. Soy Chris el
hermano de Chan.

NÚM. DESCONOCIDO
Espero que no te moleste
que haya tomado tu número
de su celular, pero... creo
que debemos hablar.

Me congelo al ver aquello, lo vuelvo a leer al menos unas diez veces más sin saber qué hacer.

MINHO
Sí. Creo que es lo mejor.
Pero en persona.

Eso parece ser lo correcto en mi cabeza.

NÚM. DESCONOCIDO
Está bien, solo que yo vuelvo
mañana al medio día a Australia.
¿Qué te parece ir a desayunar?

MINHO
Sí, supongo que está bien.

La idea me pone nervioso, pero sé que es lo que debo hacer. Después de eso le doy la dirección de una cafetería no muy lejana de aquí y acordamos una hora.

Sé exactamente de qué vamos a hablar mañana y ya no hay manera de que haya duda acerca de con quién estuve aquella noche en el bar.

Baby Boy ✓ MinChan Where stories live. Discover now