XLVII

4K 498 127
                                    

Minho

Dejo los últimos platos limpios escurriendo, Chan está limpiando la barra y la mesa, así que técnicamente todo está en orden.

Me giro y lo observo, su cabello está algo revuelto y lleva su camisa algo arrugada, sin embargo, se ve perfecto. Hoy más temprano cuando lo vi aparecer en la puerta me quedé sin palabras, recordaba lo hermoso que era pero supongo que después de cinco días sin vernos me lo resulta aún más.

—¿Qué tanto miras? —pregunta cuando me atrapa mirándolo.

—Solo que limpies bien la mesa —miento y sé que no me creé.

—Mmm, claro —se burla—. ¿Ya terminaste con eso? —dice refiriéndose a los trastes.

—Así es. —Asiento.

—Espera —se gira a su cuarto—, estoy casi seguro que Jisung y Jeongin dejaron cosas en el cuarto.

Entra en este y sale con dos vasos.

—¿Ves? —dice agitándolos en el aire.

—Lo han de haber olvidado —digo, pero el niega con la cabeza.

Se acerca a donde estoy y pone los vasos en el lavatrastes, está por lavarlos pero lo aparto.

—Eso me toca a mí —digo y él sonríe.

Lleno los vasos de jabón y después los enjuago, dejándolos escurrir. En todo momento siento su mirada sobre mí y no puedo evitar ponerme nervioso.

Cuando estoy por girarme me sorprende enrrollándo sus brazos sobre mi estómago, pega su pecho a mi espalda y posa su barbilla en mi hombro.

—No puedo concentrarme con esa vista de tu hombro —dice y me doy cuenta que he tenido la tela de mi suéter caída todo este tiempo y que deja expuesta mi piel—. ¿Cómo es posible que seas tan lindo y sexy a la vez?

Su pregunta me deja con la boca seca y su respiración sobre la piel expuesta de mi hombro me hace temblar.

—No lo sé —digo con voz apenas audible y eso lo hace sonreír.

Besa mi hombro, mi clavícula y sube dejando rastro hasta mi mandíbula. No puedo evitar que un gemido ahogado salga de mis labios y siento su sonrisita sobre la piel.

Sin darle tiempo a pensar me giro de manera que quedamos frente a frente.

—¿Te estás divirtiendo? —pregunto con voz ronca y él se limita a regalarme una mirada juguetona.

Llevo mi mano entre su cabello y tomo su nuca, lo acerco y llevo mis labios a los suyos. Muevo mi boca lentamente y hago uso de mi lengua, Chan intenta poner intensidad pero yo lo torturo un poco más.

—Bésame como es debido, Minho —dice sobre mis labios.

—Pero me estoy divirtiendo —digo sonriente y él me mira molesto.

Vuelvo a juntar nuestros labios, pero esta vez le doy lo que quiere. El beso es feroz y sexy, nuestras lenguas librando una batalla. Chan enreda sus brazos en mi cuello y yo lo tomo por la cintura atrayéndolo más cerca de mí.

Sin dejar de besarnos describimos un baile por la cocina. Cuando me doy cuenta nuestra ropa ha desaparecido, ambos llevamos puestos solo los bóxers.

Tomo a Chan por la cintura y lo subo a la barra, y dejo un rastro de besos desde sus labios hasta su ombligo que lo hacen gemir. Cuando voy a por sus bóxers me doy cuenta que el lugar no es el adecuado, pero la excitación del momento se lleva ese pensamiento tan rápido como llegó.

Retiro la tela y entonces está completamente expuesto. La vista es increíblemente maravillosa.

Mi novio me levanta para besarme de nuevo, quedo entre sus piernas, nuestros pechos tocándose y nuestras entrepiernas rozándose. Chan comienza a tirar de mi ropa interior y esta cae al suelo dejando a la vista mi erección.

Por un rato más no somos mas que besos, roces y gemidos.
Pero como es de esperarse ambos necesitamos de más, así que Chan me da más espacio entre sus piernas para llegar a su entrada. No tenemos condón o lubricante a la mano, por lo que solo hago uso de mis dedos y un poco de saliva.

No es la primera vez que lo hacemos sin condón, pero sí sin lubricante así que estoy algo preocupado.

—Ah... Solo házlo —pide Chan, cuando nota mi duda.

—Si te lastimo, dilo —digo y lo beso.

Con Chan sobre la barra me cuesta un poco alcanzarlo pero finalmente me hundo en él. Ambos gemimos y sus paredes envuelven de manera placentera a mi miembro.

Chan se aferra a í, mientras me muevo dentro de él. Deja besos y pequeños mordiscos en mi piel, las estocadas se vuelven rápidas y placenteras, así que ambos intentamos acallar los gemidos del otro.

Chan se aparta y me mueve un poco para bajar de la barra, no entiendo qué pasa, pero me mira juguetón y se gira posando su pecho sobre la barra.
No puedo evitar recorrer con la mirada su cuerpo sudado, su espalda y culo son simplemente perfectos.

Me acerco a él de nuevo y dirijo mi pene a su entrada ahora completamente a mi merced.
El nuevo ángulo me da un mejor movimiento así que comienzo con estocadas lentas, pero sé que mi chico quiere llegar al orgasmo así que poco a poco voy aumentando la velocidad. Un sonido placentero se produce con cada embestida, Chan gime y yo acaricio su espalda.

En poco tiempo, pero que en realidad se siente como una eternidad, ambos temblamos y gemimos cuando el orgasmo se produce.

Hasta que recobramos un poco la compostura salgo de Chan, él se levanta y se gira para poder mirarme.
Lleva ambas manos a mi cara y masajea mis mejillas.

—Te amo —dice y me da un tierno beso en los labios.

Esa simple declaración hace que el aire abandone mis pulmones y las palabras se vayan de mi boca.
Lo tomo por la cintura y lo acerco a mí sin dejar de mirar directamente a sus ojos.

—Te amo —le contesto dejando un beso sobre su nariz.

Me sonríe y me abraza, ambos calentando nuestros cuerpos con el otro.
Le regreso el abrazo con más fuerza, esperando que podamos estar juntos así por mucho tiempo más.

Baby Boy ✓ MinChan Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora