XLIV

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Minho

El martes transcurrió tal como esperaba. Por la mañana ni siquiera vi la sombra de Changbin y tampoco me ofreció llevarme a la universidad.
Así que tomé el metro y raramente se me había hecho tarde.

Aún así Changbin no se podría librar de encontrarse conmigo, lo digo por experiencia propia. Cuando Lara, Chan y yo llegamos a la cafetería todos estaban ahí; Changbin no se comportó de mala manera, simplemente no podía vernos a los ojos sin tomar un color rosado.

El resto del día fueron solo clases, literalmente, porque después de la universidad fuimos al departamento de Chan a mis famosas clases de matemáticas, aunque no me quejo, la verdad es que he mejorado.

Ahora es miércoles muy temprano por la mañana y es que no estoy dispuesto a dejar ir a Changbin sin haber hablado con él.
Cuando salgo a la cocina está sentado desayunando cereal, en cuanto nota mi presencia agacha la mirada.

—Eh... ¿Changbin?

—Mmm —contesta sin mirarme.

—Siento lo que pasó o si te molestó.

—¿Qué? No, no es eso. Simplemente... —Muerde su labio sin terminar la frase.

—Sí, lo entiendo. —Me río recordando la vergüenza ajena y recriminación que tenía hacia mí mismo por no tocar antes de entrar.

Entiende mi comentario y eso no hace más que ponerlo aún más rojo.

—Supongo que estamos a mano. —Por fin me mira y se ríe.

Después de eso desayunamos rápido y salimos juntos para ir a la universidad, no sin antes, claro, pasar por Felix.

**

Cuando entro al salón ya hay algunas personas y sorpresivamente Chan también está en su lugar.

—Hola —lo saludo cuando llego a su lugar y le sonrió, simplemente porque no puedo evitarlo.

—Hola —dice y entrelaza una de nuestras manos.

Miro a mi alrededor pero nadie presta atención.

—Hablé con Changbin, creo que va a estar bien.

—Genial —dice y se ríe.

—¿Te da risa? —Levanto una ceja.

Vuelve a reír de esa manera linda que tanto amo, dejando ver toda su dentadura y haciendo notar sus hoyuelos.

—¡El pobre está traumado! —digo pero también sonrió.

—Tienes que admitir que es un tanto gracioso.

—Tal vez un poco. —Ambos nos reímos.

Entonces hago algo que incluso me sorprende a mí mismo, le doy un rápido beso en los labios.

—Adiós, hasta un rato —digo totalmente rojo y me dirijo a mi lugar.

Cuando me siento miro en todas direcciones, pero muchos no lo notaron y de los que sí, bueno, hay reacciones variadas.
Muerdo mi labio y cuando miro al frente Chan está mirándome, me sonríe y su sonrisa me dice que me tranquilice que nada de lo que hicimos está mal.

Asiento para hacerle saber que capté el mensaje. Entonces Lara llega al lugar junto a Chan, le doy un rápido saludo con la mano y la clase comienza a llenarse.

**

Al terminar lo que considero un día aburrido de clases donde nada especial sucede, vuelvo a casa. Chan me había dicho de ir a su departamento, pero estoy esperando la llamada de Seungmin y quiero poder tener una larga charla con él.

El departamento está medianamente limpio por lo que no me tardo demasiado haciendo el quehacer. Sin embargo, mi cuarto está hecho un asco y eso sí que me lleva un rato limpiarlo.

Justo cuando estoy por comer, en soledad porque Changbin se llevó a Felix a una pizzería o algo así, mi teléfono suena y una felicidad instantánea me llena.

—¿Hola? —digo una vez he contestado y verificado que es el número desde el que marca Seungmin.

Un sonido nasal se escucha al otro lado de la línea, igual que hacía cuando éramos niños y no puedo evitar imitarlo.
Ambos nos reímos.

—¿Cómo estás? ¿Qué pasó con... ya sabes, lo de Chan?

—Estoy bien y lo de Chan se arregló —digo pero mi voz no suena convencida.

—Entonces... ¿Se lo contaste?

—Mmmm. —Muerdo labio.

—Minho —me recrimina—. ¿No se lo dijiste?

—El punto es que estamos más que bien —digo para no tener que contestar aquello—, de hecho... él y yo somos novios. —La última palabra sale más como una pregunta.

Un silencio se extiende en la línea.

—Eso es genial —por fin habla—, pero...

—No quiero hablar de eso —lo corto.

—Está bien —acepta.

—¿Cómo te va? —Intento cambiar el tema de conversación.

—Bien, como siempre, ya sabes... —Se pasa un buen rato hablando sobre sus trabajos hechos y por hacer, como siempre está sumergido en sus estudios—. Pero... —Sé que está sonriendo.

—¿Pero? —lo apremio.

—Tengo buenas noticias —dice emocionado y yo espero—. ¡Voy a poder ir a Seul para navidad!

Aplausos se escuchan y me toma un momento procesar aquello pero finalmente siento mis ojos llenarse de lágrimas, volveré a ver a Seungmin.

—¿Es broma? —pregunto moqueando.

—No, de hecho se lo comenté a mamá y papá la semana pasada —dice alegre.

—¿Y no me dijeron nada? —Es decir, pudieron llamar y contarmelo.

—Yo les pedí que no te dijeran, quería darte yo mismo la noticia.

—Es que no lo puedo creer, ¡te voy a ver! —digo emocionado.

—Y yo a ti —dice suspirando—. Te he hechado de menos.

—Agh, esto es demasiado sentimental pero yo también a ti —mis lágrimas ahora son un poco de tristeza—, solo debemos esperar dos meses hasta navidad.

—Sí —concuerda.

—Te va a encantar volver, te voy a presentar a mis amigos, ellos son geniales.

—Si todos son como Changbin, lo dudo —comenta, pero sé que en el fondo solo bromea.

—Ya verás. —Sonrió.

—Ya lo veré. —Se ríe—. Sabes...

—Time is over —se escucha una voz al fondo.

—Oh, it's okay. I'm just going to say goodbye —contesta Seungmin y sé que está alejando el teléfono porque su voz se escucha lejana.

—Tu inglés es muy bueno —digo intentando hacer tiempo para que no corte la llamada.

—Gracias. Debo irme, Minho, pero hablamos luego y sobre todo nos vemos pronto.

—Sí, claro. Adiós. —Siento un nudo en la garganta.

—Adiós. —Se corta la llamada.

Me quedo mirando la comida fría, ahora mismo soy un mar de emociones. Estoy triste porque unas horas no son suficientes y feliz porque dentro de no mucho voy a verlo de nuevo.
Y no puedo esperar para que Chan y él se conozcan, sé que se van a llevar muy bien.

Baby Boy ✓ MinChan Donde viven las historias. Descúbrelo ahora