XXXVIII

6.1K 668 106
                                    

Chan

Un movimiento a mi lado hace que despierte de un profundo sueño. Estoy por abrir los ojos cuando siento un suave roce recorrer desde la línea de mi ceja, por mi frente y bajar hasta mi mejilla ahí dónde se forma mi hoyuelo al sonreír; así que permanezco con los ojos cerrados.

El toque dura cinco minutos más. Cuando por fin decido abrir los ojos, sorprendo a Minho y atrapo su mano en el aire antes de que pueda moverse.
Esconde su rostro en la almohada y no puedo evitar sonreír porque cuando se avergüenza es simplemente lindo.

—¿Cuánto tiempo llevas observándome? —pregunto aún ronco por las horas de sueño. Por primera vez en mucho tiempo siento que he descansado de verdad.

—¿Cuánto tiempo llevas despierto? —contraataca dejando su escondite.

Me lo quedo mirando por lo que parece una eternidad, lleva su cabello negro revuelto sobre la frente y se ve fresco. Resplandeciente a la espera de un nuevo día, y no puedo creer que yo esté despertando junto a él.
Beso su mano, esta es suave y parece ser uno de los lugares favoritos de mis labios.

—El suficiente para saber que llevabas mucho tiempo mirándome dormir —digo sonríente.

—Sí, lucías horrible —dice arrugando la naríz.

—Tonto.

Vuelvo a mirarlo por mucho tiempo y es que me es difícil no hacerlo. Todo en él es hermoso de una manera sutil.

—¿Vas a besarme? —dice mirándome fijamente.

—¿Debería? —Me lo pienso.

Rueda los ojos. Y me besa.

El roce de labios es suave, no hay prisa o lujuria. Es así, simple y aflojerado en la mañana de un sábado. Y no podría ser más perfecto.

—Vamos a preparar algo para desayunar —pide cuando deja mis labios.

—Pero yo tengo lo que quiero comer justo aquí. —Pongo un puchero.

—¡Eso es canibalismo! —me recrimina—. Mejor preparemos algo, soy demasiado joven para ser comido.

Ambos sonreímos pero acordamos en silencio en efecto ir a preparar algo para desayunar.

**

Minho

Después de preparar un desayuno sencillo, Chan y yo estamos sentados en la mesa comiendo en silencio.

No puedo evitar sentirme feliz, es una locura lo que está pasando entre nosotros. Sin embargo, en el fondo de toda esa felicidad hay un pequeño pinchazo, tintes de miedo y recriminación a mí mismo.

El jueves cuando Chan me dijo de vernos realmente creí que él dirá algo como: «Lo de ayer fue una tontería, Minho. Lo siento».
Pero no lo fue. Resultó ser completamente lo opuesto; por remordimiento había decidido decirle la verdad, pero en ese momento mi idea se disolvió. Todas las palabras y explicaciones que había pensado se fueron con el aire.

Me vi envuelto en una alegría tan grande que por momentos incluso lo olvidé. Y ahora ruego por poder hacerlo, olvidar aquella noche que no debió haber sucedido y de la que Chan no debe y no va a enterarse.
Sé que estoy siendo injusto y egoísta. Pero por primera vez siento que algo puede funcionar y hace muy poco que tengo algo con Chan, no quiero perderlo tan pronto.

—¿En qué piensas? —pregunta, así que supongo que mi expresión no es del todo feliz.

—En todo un poco —digo intentando sonar casual—. En la escuela, Seungmin...

—¿Te preocupa lo que él y tus padres vayan a opinar de nosotros? —En sus ojos hay duda y miedo, como si recordara lo que es aquello.

—No —digo con seguridad—. Estoy seguro que Seungmin estará bien con ello. De mis padres no estoy seguro, pero sinceramente no me interesa.

—Eres muy valiente, cariño. —Toma mi mano.

—Sí, lo soy —digo pero niego la con cabeza sin poder tomar del todo el cumplido.

En el fondo estoy asustado por los efectos colaterales que mi orientación sexual pueda traer a mi vida.

—Minho... —Me mira serio—. ¿Tú, tú quieres que por ahora no digamos nada? Porque si necesitas tu tiempo yo lo entiendo completamente. Solo tienes que decirlo —me asegura.

Me lo pienso. Llevo tanto tiempo intentando ocultar mis sentimientos y negando lo obvio, pero ya no quiero todo eso. Quiero poder mirar al chico que me gusta sin miedo a que las demás personas lo noten, y ahora poder tomar su mano cuando necesite fuerza, o poder abrazarlo si tengo frío y necesito calor.
Quiero ser libre, incluso si mi libertad conlleva el tener que soportar miradas llenas de desprecio o asco, o incluso cosas peores.

No voy a mentir, tengo miedo, incluso si no debería haber razón para ello. Pero existe y es real detrás de toda esa valentía de cada chico homosexual, sé que Chan lo siente, Changbin y Felix también. Pero da más miedo vivir fingiendo ser algo que no eres.

—No —mi voz no tiembla—, no hay razón para vivir escondidos Chan.

Me sonríe.

—Me encantas. —Sus ojos destilan orgullo.

Y lo entiendo, porque ahora más que nunca yo también lo siento hacia todo esos chicos y chicas que sin miedo a ser juzgados derrochan amor, y son lo suficientemente valientes como para luchar por algo tan simple y al mismo tiempo tan complicado como es ese sentimiento.

**

Después de esa plática ambos tomamos un baño y Chan me presta ropa. Decido quedarme hasta el siguiente día y entonces volver a casa para el lunes ir a la universidad.

Durante nuestro tiempo juntos Chan y yo hacemos cosas tan comunes, como hablar de temas sin importancia, aprovechamos para que me explique algunas cosas de matemáticas y compartimos comidas.
Si lo vemos desde un punto medio, no es nada especial o diferente a antes. Excepto porque ahora hay besos fugaces de vez en cuando y al dormir lo hacemos abrazados el uno del otro.

Y juro que nada en el mundo se siente tan bien y correcto como aquello.






No saben cuánto me costó escribir este capítulo. :v Quería que fuera la continuación perfecta y pues esto salió.
Creo que es más difícil escribir a la pareja durante la relación.

Baby Boy ✓ MinChan Where stories live. Discover now