LVIII

3.6K 498 215
                                    

Minho

Veo directamente a sus ojos que están bañados en lágrimas, estas corren por su rostro y caen por su barbilla. Pero no hay nada triste en su llorar.

Se rodea a sí mismo con sus fuertes brazos y lo veo pellizcar delicadamente su piel, tal vez esperando despertar de un sueño.

Mis ojos y mejillas también están húmedos, cantar lo que había vivido en mis pensamientos fue mucho más difícil de lo que pensé. Pero que Chan escuchara todo eso lo hacía un poco mejor.

Meto mis manos a los bolsillos del pantalón para que no se note su temblor.
Aunque no puedo ver atrás sé que los chicos ya se han ido, por el suave click de la puerta al cerrarse. El agradecimiento que siento hacia ellos es enorme y he intentado dejárselos claro.

—Minho... —la voz estrangula por el llanto de Chan me sobresalta—, eso ha sido hermoso.

Una sutil sonrisa se escapa de mis labios.

—Yo... Ellos hicieron toda la magia. —Señalo con un movimiento por donde los chicos acaban de salir.

El niega lentamente con la cabeza.

—Son muy talentosos —afirma—. ¿Pero todo esto fue idea tuya, no?

—En realidad todos aportamos —digo avergonzado.

Sus labios forman una "o". Sus ojos brillantes vuelven a recorrer el lugar, una sonrisa en sus labios.
Su vista se detiene en el hermoso piano que Jisung usó, el cual, por cierto, ya estaba aquí.

—Había extraño escuchar tu voz —admite mordiendo su labio inferior.

Mi respiración de acelera y mis ojos viajan a sus rosados labios.
Aquellos que tantas veces he tenido entre los míos y que tanta falta me hacen.

Vuelve su mirada lentamente hacia mí y se da cuenta de qué estoy mirando.

—Yo había extrañado todo de ti —digo en un susurro.

Sé que me escuchó por sus ojos ligeramente más grandes y sus mejillas rojas.

Deja caer sus brazos. Me observa por lo que parece una eternidad y finalmente se acerca lentamente.
Me atragantado con mi propia respiración cuando encaja sus brazos entre los míos y rodea mi espalda. Recarga su rostro en mi pecho y su calor corporal me invade.

No me había dado cuenta del frío que había sentido desde que dejé de verlo.

Saco mis manos de los bolsillos y aún temblando rodeo sus anchos hombros.
Un suspiro se escapa de mis labios cuando lo escucho decir contra la tela de mi camisa:

—Tal vez el mundo podría ser nuestro esta noche... —repite la letra de mi canción y mi corazón da un vuelco—, y depende de mí. Estoy listo, yo también lo haría todo de nuevo.

Sonrío por su inteligente forma de acomodar las frases y antes de que pueda anticiparlo, Chan levanta su rostro y rosa nuestros labios.

**

Chan

Dejo que las palabras salgan y aprovecho la aparente distracción de Minho para tocar sus labios con los míos.

Baby Boy ✓ MinChan Donde viven las historias. Descúbrelo ahora