07

2.9K 196 13
                                    

capítulo siete:“ayuda

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

capítulo siete:
“ayuda.”


Carolina.

—Gordo —lo llamo suave viendo como se estaba durmiendo sentado, pero ni siquiera se mueve—. ¡Giuliano!

Mi grito lo asusta porque rápidamente pega un saltito y pone sus manos en la mesa moviendo las hojas donde estaba dibujando.

—Bebe, perdón. —sonrie apenado y se frota su cada para sentarse mejor—. ¿Que me decías?

Arqueo una ceja y dejó la tijera en la mesa para ver la hora en mi celular, las diez y media de la noche.

—Si tenes mucho sueño subí a descansar gordo. —le sugiero, niega rápidamente mirándome—. No, te voy a ayudar que termines esa maqueta.

Sonrío porque se notaba en su cara que estaba muertisimo de sueño y estaba aguantando para ayudarme en esto que debería estar listo para la entrega de hoy.

—Giu, anda a dormir, yo me quedo a terminar no te hagas drama. —le digo y el se va a negar—. Y levantate en la mañana para hacerme el desayuno ¿Que te parece?

El rubio niega, y abre su boca, pero no le sale nada, sus manos rápidamente dispersa su pelo y se que va a aceptar.

—Perdon linda, pero me muero de sueño. —dice levantándose de aquella silla para ponerse detrás de mí, dónde me abraza—. Voy a descansar dos horas y me levanto para ayudarte que termines si o si.

Abrazo sus manos y la besó.

—Anda a descansar. —le digo sin enojarme.

Antes de subir a la habitación Giuliano me da varios besos y lo veo subir las escaleras algo dormido todavía, niego con la cabeza con una mini sonrisa. Cuando ya no lo veo suspiro mirando el desastre en la mesa y observando cómo tenía los dos dedos gordos secos con la gotita. Odiaba esto y más porque seguro para sacarme tendría que sacarme un poco de piel, más que seguro.

Sé que los dibujos que estaba intentando copiar Giu los podía dejar para lo último, porque lo primordial era tener terminado el baño y habitación que estaba tratando de crear.

Cuando Giuliano se había ido a descansar eran apenas a las once menos cuarto, ahora ya eran las doce y diez, yo me moría de sueño o era solo por estar sola y tratar de que las cosas queden en su lugar.

Suspiro por quinta vez, viendo la hora, solo habían pasado cinco minutos, suelto los materiales para recostarme por la silla y pensar si parar por quince minutos mientras que me preparaba mate o café cualquier cosa que me mantenga despierta y seguir. Pero terminó recostando mi cabeza por la mesa y si, no sé en qué momento me duermo.

—¿Carolina?

Mi cuerpo se siente cansado y creo que estoy toda dura, pero terminó de caer al siguiente llamado.

Duplex | Santiago Sosa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora