26

2.4K 171 33
                                    

capítulo veintiséis

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

capítulo veintiséis.
“aparentar”

Carolina.

La cara de Santiago me hace querer retroceder el tiempo en el haber llegado hasta acá, a su puerta. Aunque deja de mirarme raro y observo como la esquina de su labio apenas se elevaba.

—La pieza de Giuliano está arriba, eh. —me indica con la mano y con un cierto tono sarcástico.

Entonces mi postura cambia de estar aterrada a enojarme, bueno solo un poco.

—Entonces si estás enojado.

Después de decir aquello me doy cuenta que Santiago solo estaba en boxer, por lo que es inevitable no darle una mirada rápida. Y cuando digo mirada rápida no es una mirada tan rápida porque el se dió cuenta y me mira burlón, pero ignora eso.

—¿Por que estaría enojado? —se pregunta y me encogí de hombros, claramente no sabía cómo decirlo porque era incómodo, pero el logra entenderme—. ¿Por volver con mi amigo después de que fui a buscarte a tu casa y estuvimos bien?

Y si, siento ese peso.

—Yo... —comienzo, pero la verdad es que no tengo ni idea de que decir.

—Esta bien Carolina, en serio, no me enojé. —me aclara y se toca el pelo removiendolo con la vista en la pared del frente y pienso “no te toques el pelo así mientras estás casi bola”—. Eran novios, está bien, quede medio pelotudo al ir y decirte que me pasaba algo con vos, porque prácticamente te chupo un huevo.

—¡No! —lo interrumpí molesta.

—¿No? —me mira con una sonrisa y sigue—. Ahora, decime rulitos, ¿Hiciste eso para volver con Giuliano y pensar bueno por lo menos ya me comí a su amigo?

La mirada seria y entre cargosa de Santiago me confunde, estaba siendo sarcástico o ocultando que de verdad se molestó.

—Vos sos medio boludo ¿No? —me animo a bardearlo.

Para sorpresa, Santiago asiente con una sonrisa y termina de aceptarlo.

—La verdad que sí, nadie más que yo se va a decirle algo así a la ex de su amigo para después verla días después con el nuevamente.

Es cierto aquello por lo que me enoja mucho, y a la vez siento pena por Santi, estaba siendo muy sincero en lo que pensaba o mejor dicho aceptandolo. Todo lo contrario que pensé que iba a hacer cuando nos volviéramos a ver después de que sepa que volví con Giu.

—Te lo digo porque decís que me desquite de alguna forma con eso.

Sosa suelta una risa y niega.

—¿No hiciste eso? —arquea una ceja y quiero pegarle.

Me rindo.

—Chau, Sosa. —suelto de mala forma para dar la media vuelta e irme.

—¡No! —habla rápidamenta y siento como su mano toca mi muñeca—. Espera Caro...

Me giro dispuesta a decirle que quiere pero observo como abría su puerta y lo miro sin entender.

—Entra vamos a hablar, no quiero que por ahí baje y nos vea o algo, va a ser inexplicable.

Se que tiene razón, pero también siento que tiene segundas intenciones. Pero terminó entrando porque verdaderamente no me importa.

El cierra la puerta detrás mío, y rápidamente camina a una silla que tenía ropa, donde aprovecho para ficharle el orto, si, mientras se gira para ponerse un short.

—¿Por qué volviste con el? —me pregunta directamente después de ponerse el short.

Y se acerca un poco, solo un poco ya que yo no me había movido de cerca de la puerta.

—Porque... —mis ojos observa su habitación pensando que era la primera vez que estaba dentro para volver a ver a Santiago que me miraba esperando una respuesta—. Porque si.

—Ah, corta. —suelta irónico.

—¿Que querés que te diga Sosa? Lo sabes, a Giuli lo quiero.

—¿Y el beso que fue? —pregunta algo impaciente.

¿Que fue? No sé. ¿Un impulso?

No sabía cómo llamarlo, porque por ejemplo ahora que estaba con el, quería besarlo nuevamente. Y eso podría ser solo ganas. Tal vez solo eran ganas, y por eso volví con Giuliano, a el lo quiero obvio.

—¿Por qué pensas tanto? —se me ríe Santiago y camina para sentarse en la punta de su cama y volver a tocarse el pelo—. Decime de una, sin vueltas que el beso solo fue ganas y lo entiendo, tampoco pretendas que me digas que estás enamorada porque es obvio que no.

—Si, fue ganas. —suelto sin más.

La cara de Santiago es de sorpresa y levanta su mentón asintiendo varias veces.

—Pero según vos, amas a mi amigo. —recuerda siguiendo asintiendo con la cabeza y una sonrisa grande se le sale—. Pero te comiste a su mejor amigo, la novia del año.

—¿Perdón? —suelto indignada para encararlo—. ¿Y vos qué? Vos también sos amigo de él, lo conoces mucho antes que yo, muchísimo... Y recuerdo que vos fuiste a buscarme a mi casa.

—Si, pero yo lo admito Carolina. —me contesta viéndome—. Te dije que me pasaba algo, no sé bien que, pero algo me pasaba y simplemente no son ganas, porque si era solo eso no iba arriesgar una amistad de años solo por ganas cuando puedo ir con otras chicas y listo.

Su media confesión me deja perpleja y me da envidia que sepa bien que le pasa conmigo, no como yo, que estaba entre ganas y ganas. No podía gustarme Santiago, de otra forma no hubiera vuelto con Giuliano, o si, ya no sabía.

Era la primera vez que me sentía tan confundida.

—Perdon, ¿Si? —me queda por decir y suelto un suspiro de frustración y querer morirme—. Solo quiero que seamos como antes...

Me quedo muda de repente al ver que Santiago se para y camina hacía donde estaba e intento que eso no me haga ver nerviosa así que intento seguir hablando.

—Que seamos cercanos, como amigos, yo quiero a Giuliano, sé que la cagué muchísimo con besarte, los dos y que por más que me arrepienta o no, sigo siendo una mierda pero... Yo lo... —mis palabras quedan en la nada cuando la cara de él ya estaba prácticamente encima, al punto que su nariz tocaba la mia, y después de verlo a los ojos y que me haga temblar terminó lo que iba a decir cómo si fuera que no me provoca muchas cosas—. Lo quiero.

Su silencio me incomoda, no de mala forma. Para que mentir, me gustaba que estuviera tan cerca y que sus ojos estén en mi y mis labios.

—Esta bien. —finalmente dice y siento como su mano roza mi cintura, pero me desilusiona al sentir que solo quería agarrar el picaporte de la puerta para girarla abriéndola—. Vamos a hacer como que nada paso.

Me muestra una sonrisa apretada y aleja un poco su cara y quiero llorar de la impotencia, porque no me queda otra.

Ya no podía hacer esto, no cuando volví con Giuliano.

Trago saliva y muevo mis brazos para acariciarme nerviosa y entonces Santiago se aleja dándome lugar a que me mueva me abre la puerta en par y lo miro por última vez para salir.

—Descansa Caro. —me dice como si nada y salgo.

Ni siquiera le digo lo mismo porque estoy enojada conmigo misma y salgo caminando de ese pasillo.

Y subo las escaleras pensando que en un tiempo no muy lejano me iba arrepentir de esta decisión. Y de querer alejar o aparentar que solo eran ganas lo que me pasaba con Santiago.


Duplex | Santiago Sosa.Where stories live. Discover now