Pasar tanto tiempo con una persona que no conoces puede ser bueno o malo, pero tener que convivir con alguien que esta completamente prohibido para vos puede ser casi un infierno.
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capítulo final. “las cosas en su lugar”
Observo como mis dos amigas me miraban sin poder creerlo, sin saber qué decir, pero me preparaba para lo peor: sus reacciones exageradas. Que no tardó más que un minuto en llegar por parte de una.
—¿¡Cómo que estás embarazada del pelotudo de Giuliano?! —estalla por fin terriblemente enojada Soledad—. ¡Dios, Carolina! ¿No se cuidaron?
Niego pero por no saber que decir, pero mi otra amiga no me deja hablar.
—¡Yo dije! —interrumpe esta vez enojada Candela, pero resignada, levantando la voz notablemente—. ¡Yo sabía que esta tarada cogió con el por despedida!
—Bueno, dios... —suspiro por lo bajo no me sale que decir, las miro a lados sin saber qué decir o como defenderme—. Paren chicas...
—¿Cuánto? —Soledad no me deja terminar porque me mira fijamente agarrando mi mano, se calma e interroga—. ¿Cuánto de atraso?
—Cuatro semanas.
La reacción de Candela es llevarse la mano a la cabeza y girar en círculo, Soledad me mira confundida, pérdida sin poder creerlo. Y yo las miro sin poder creer está situación.
—Dios amiga... —le sale suspirar a Cande cuando dejó de girar y mirarme—. ¿Que vas a hacer?
—Si, eso. ¿Que vas a hacer? —insiste Soledad.
—¿Estás segura que dió positivo? —pregunta de nuevo Candela, nerviosa se le ocurre ideas—. A veces esas porquerías muestran mal y tal vez vos solo estás atrasada por el susto...
—Si, si puede ser... —acompaña Sol no dejando sola a Candela en su hipótesis, insiste—. Podemos ir ya nosotras dos a comprar distinta marca de pruebas y lo confirmamos.
Entonces me alejo y tomo aire dándole la espalda a ella que quedan en silencio. Las vuelvo a mirar y están peor que yo, se quieren matar. Así que decido lo mejor, cortarla, por una parte.
—Era joda genteee...
Las dos abren los ojos sorprendidas y a la vez aliviada pero no me pierdo del golpe que me da Candela en el brazo.
—¡CON ESO NO SE JODE! —exclama aturdida por la situación y se queja agarrándose de la cabeza—. ¡Pelotuda! ¡Casi lloro por vos! ¡Ya iba a buscar algo para hacer un traspaso de ese posible bebé a mi cuerpo!
Me río y me acerco a abrazarlo porque un poco más y se ponía a llorar, pero también tengo mis dudas.
—¡Era una jodita! —reitero nerviosa abrazándolas y cierro mis ojos pensando—. Boludas.
—Sos una conchuda, Carolina, casi se me bajo la presión. —suelta Soledad yendo a sentándose de nuevo en la cama—. No me impactaba vos embarazada, me impactaba vos embarazada del gil de Giuliano.
