Pasar tanto tiempo con una persona que no conoces puede ser bueno o malo, pero tener que convivir con alguien que esta completamente prohibido para vos puede ser casi un infierno.
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capítulo catorce. “noche imprevista ”
Las doce y media pasada de la noche y yo me miraba por última vez el espejo viendo el resultado de lo que me había disfrazado.
—¡Estas bien! —me grita Candela.
Pero se que solo es para que me corra de su espejo.
Así lo hago mientras me acomodaba la peluca, era la primera vez que usaba una y me sentía rara. Trato de dejar de lado mi incomodidad y mirar los mensajes de Giuliano, me había mandado una foto de cómo el quedo y de que al final Santiago si iba, pero solo un rato, quién había dicho día atrás que no iría. No sé si era el alcohol que ya había ingerido en nuestra previa pero me pone nerviosa que al final si fuera Santiago, porque yo ya estaba tranquila de que por lo menos esta noche no lo iba a ver.
No era que me molestaba, pero desde aquella vez las cosas con el habían quedado raras, no volvimos a bromear tanto como solíamos hacerlo, o por ahí reíamos, me hacia reír y después nos quedábamos en un silencio incómodo y de verdad esperaba que solo sea yo la que pensaba que había esa especie-rara tensión.
Y claro, nunca imaginé que esta noche cambiaría las cosas... Para peor.
Cerca de las dos, con mis amigas entramos al boliche, que ya estaba algo lleno, muchos disfrazados y otros no. Nos dirigimos al baño porque durante la fila para entrar Sol había estaba molestando de querer entrar al baño.
Mientras que las espero me arreglo nuevamente frente al espejo ya pensando que me iba a cagar de calor con la camisa blanca, a pesar que parecía fresca, pero de todas formas si me daba calor o no, tenía que aguantarme ya que Giuliano y yo tuvimos la hermosa idea de venir disfrazado en pareja.
Media hora después me había dado cuenta que no solo estaba Giuliano con sus amigos tinchos, sino que también con sus compañeros de River, eso incluía a Beltrán, que se había acercado a saludarme como si nada; obviamente ya estaba algo tocado, aunque no se desubico conmigo, lo saludé bien.
—¿De qué se supone que estás disfrazada? —me gritan a lado.
Sin despejar mis manos de encima de la barra para que nadie me saque el lugar giró mi cabeza y giro mi cabeza para ver a Sosa y una grande sonrisa mirándome de pies a cabeza.
—Uma en Pulp fiction. —contesto obvia ladeando la cabeza, nuevamente me mira de la misma forma que antes, me toca la peluca que llevaba y larga una carcajada—. ¿Que no sacaste cuando me viste con Giuli?
Santiago niega no teniendo idea pero no lo reprocho, muchos me habían preguntado de que me había disfrazado. No entendían o no habían visto la película por lo que no me gasté, antes de poder contestarle a él, pido la bebida al chico que por fin me atiende.
En ese momento alguien me choca del otra lado y me doy cuenta que solo es Candela que por fin llega riéndose de anda saber qué. Se saluda con Santiago mientras yo miro rápidamente la hora en mi celular, ya eran las tres y sí, mi amiga ya estaba en peda.
