15

2.9K 200 22
                                    

capítulo quince

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

capítulo quince.
“el día después”

Mis manos casi por impulso suben a sus hombros y sus manos rodean mi cintura con algo de timidez.

A esa instancia, no era un beso tímido, sino con un poco más de rapidez; los labios de Santiago atrapaban los míos con ternura y necesidad siendo a la vez cauteloso, pero no lo suficiente para que yo no me diera cuenta de que había ganas antes de este beso.

Sabía que estaba mal, que estaba engañando a Giuliano por primera vez en nuestra relación y nada menos que con su amigo, pero siendo sincera no pensé mucho, mi cabeza no pensó en las consecuencias que iba a traer este beso luego y más porque Santiago ni siquiera se detuvo, entonces solo me deje llevar por más feo que sonaba.

Segundos más tarde pudimos escuchar como la puerta se estaba abriendo como aquella noche del corte de luz, pero esta vez fue diferente, porque no había evitado que nos besemos, ya era tarde.

Fui yo la que decidí alejar mis labios, más bien alejarme de Santiago, cosa que el no quería porque se acercó más a mi cuando yo intenté alejar mi cabeza, mordió levemente mi labio inferior y me soltó cuando la voz de Giuliano grito por mi.

A alejarme me quedé atónita, fue como si recién hubiera caído que bese a Santiago, sus ojos rápidamente volvieron a verme específicamente a mis labios, fue donde cai que seguramente tenía la pintura de labio corrida y mi corazón empezó a latir del terror al sentir que Giuliano se acercaba. Rápidamente lleve la mano a mi boca para tratar de limpiarme.

Sosa ya había ido a abrir la heladera para sacar una botella y tomarla del pico, mi acción fue salir de la cocina para chocar con el pecho de Giu al salir.

Sus manos se aferran a mis brazos y suelta una risa.

—Pensé que te habías ido a dormir ya... —comenta.

Y yo me río nerviosa bajando mi cabeza, porque iba a estar muy muerta si Giuliano se daba cuenta si mis labios estaban manchado aunque tenía una ilusión que el labial se había salido en el trascurso de la noche, además de que no me había retocado.

Para sorpresa, Giuliano levanta mi cara y me da un beso en los labios que me hace sentir mal.

—Nosotros tenemos que hablar ahora... —avisa para pasar por mi lado y entrar a la cocina.

Lo veo que habla bajo con Sosa, quién dejo de tomar agua y lo miraba fijamente a su amigo asintiendo con la cabeza por un momento sus ojos se cruzan nuevamente con los míos y es algo raro. Pero soy yo la que desvía la mirada y me giró para irme a la mesa.

Me sobresalto cuando siento una mano en mi hombro después de varios segundos, pero al escuchar la voz de Giuliano me relajo.

—Vamos a dormir Caro, estoy muerto. —dice como si nada raro hubiera pasado esta noche.

Duplex | Santiago Sosa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora