Duplex | Santiago Sosa.

40

capítulo cuarenta.
“verdad a la luz”

Carolina.

Ante su confesión o tal vez casi plan que pudiera haber planificado antes, en ese momento quiero decir algo pero no me sale y me siento horrible ante la mirada fría de Giuliano, sus ojos fijados en los míos.

Claramente está era la mirada más fría, sin expresión, la que no podía describirla pero que si seguramente podía estar pasándola peor que yo en este momento, la mirada de Giuliano era las más incomoda y que me hacía sentir como si fuera una mala persona.

Pero yo no lo planee, no lo quise.

—¿Por qué Carolina? —rompe el silencio Giuliano, su gesto había cambiado y estaba como frustrado—. ¿Por qué Caro? ¿Por él me dejaste?

Ahogo un suspiro y bajo mi cabeza derrotada, no tenía forma de salir no podía cambiar la historia, porque ya estaba hecha. Eso pienso mientras mantengo baja mi cabeza baja, pero decido que no tengo que mostrarme así, porque yo ahora tal vez... Estaba mejor que antes.

Con Santiago me sentía mejor.

—No quise que pase esto. —confieso mirándolo y el vira sus ojos y sopla sobre sus labios, entonces creo que no es el momento que yo piense mucho y quedé en silencio—. Tampoco que lo supieras así... Dios, no sé, perdón Giuliano, no sé qué más decirte, sé que no me vas a perdonar, tampoco lo pretendo porque sé que es mucho pedirte, pero Santiago no tiene la culpa.

—¿Lo encubrís? —pregunta de prepo, silencio de mi parte y esboza una sonrisa falsa—. No puedo creer, en serio...

Y aunque quiera decir algo, no puedo, no quiero, siento que debo darle su tiempo, pero creo que el también está muy dolido en el momento para procesarlo y tal vez estallar que es lo que yo esperaba.

—Con Santiago, Caroli, Dios,... Con Santiago. —reniega por lo bajo—. Que pedazo de hijo de puta... Lo conozco desde pibito, nunca pensé que me podía fallar alguien como él.

Y hasta estancias no sé si me lo está contando o tal vez solo está desahogandose por sí solo.

—¿Me dejaste por él? —pregunta de golpe y me mira, reitera más serio—. ¿Por él no quisiste seguir más?

—¡No! ¡No Giuliano! —interrumpo, porque parte era verdad lo que decía—. Lo nuestro estaba roto, ya no confiaba en vos, ya no sentía lo mismo, desde que rompimos en la primera vez algo se fue y...

—¿Y por qué volviste? —cuestiona sin poder entender—. ¿Por qué volviste? ¿Para verlo?

Estoy dispuesta a negar aquello, pero el vuelve interrumpirme.

—¿Desde cuándo te gusta? ¿Desde cuándo existe esto? ¿Me estuviste cagando bajo el mismo techo con el? —pregunta ya perdiendo su sitio, dolido con bronca, mezcla de sentimientos que seguramente estaba sintiendo—. ¿Desde cuándo, Carolina?