Capítulo 1

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Desde antes del atardecer, algo viene sucediendo en el bosque. Varios humanos acuden a las proximidades del límite fronterizo que los separa del territorio de los lobos. Apoyada contra el ancho tronco cenizo de uno de los numerosos árboles que me rodean, observo con cierto aburrimiento como reúnen leña y la apilan para crear un montón al que posteriormente prenden fuego. Las llamas crecen y se avivan consumiéndolo todo y, pronto, una enorme hoguera ilumina el bosque haciendo retroceder las sombras que la noche había extendido sobre ellos. Al mismo tiempo, los humanos han colocado algunos troncos tumbados en la tierra y se sientan sobre ellos próximos al fuego. Sus manos están extendidas hacia éste para poder calentarse.

Entre ellos hay una pareja, ya entrados en años, que charlan tranquilamente sobre algo nombrado como "La fiesta de la llama". Según puedo escuchar tiene algo que ver con una antigua leyenda en la que los animales del bosque se reunieron para ahuyentar a un largo invierno.

Al otro lado de la hoguera Ryn y su madre, Amara Tayen, disponen algo de carne encima de unas candentes cenizas que anteriormente han sacado de debajo del fuego. La carne chisporrotea adquiriendo una coloración más oscura conforme se cocina.

Poco después comienza a llegar más gente que reconozco de inmediato. Nina y Jay lideran el camino con sus ojos azules y su cabello rubio. Cualquiera que los viese sabría al instante que están relacionados por sangre. Tras ellos y separados por varios pasos, los siguen Red Kadjar y un humano de aura oscura. Rápidamente, los halcones se distribuyen alrededor de fuego.

Animados, ríen y comen carne asada mientras conversan al abrigo del calor de las llamas. Desde la distancia, los observo y resoplo con desgana. El ruido que producen es tan molesto que decido alejarme.

Estoy a punto de marcharme, cuando una figura llama mi atención. Un hombre solitario sentado sobre uno de los troncos, algo más alejado de la hoguera y cuya figura reconozco sin esfuerzo. Es el mismo hombre con el que, hace apenas unos días, me divertí junto a las orillas del río.

Una repentina punzada de interés me inunda. ¿Qué estará haciendo aquí?

Comprendo porque los otros humanos se encuentran en este lugar. Todos están relacionados de una u otra forma con los Cambiaformas presentes. Kane Velkan, el hombre de mirada fría y distante, acabó siguiendo a Red para alejarse de la ciudad en la que ambos residían. Por otra parte, la pareja más mayor parecen ser los abuelos de Ryn.

Entonces, me percato de que sus ojos no han dejado de mirar en la misma dirección desde hace varios minutos. Las llamas se reflejan en sus iris de color verde oliva que permanecer inamovibles. Siguiendo la trayectoria de su mirada descubro, sorprendida, quién es el objeto de su continua contemplación.

— ¿Amara? —murmuro sorprendida.

Antes de darme cuenta, separo mi espalda de la rugosa superficie del árbol y me encamino en su dirección. Una noche que había comenzado siento aburrida, repentinamente, se convierte en algo mucho más interesante.

Como siempre, mantengo mi presencia baja, casi imperceptible. Y a pesar de que abandono el cobijo de las sombras y me adentro en la zona cubierta por la luz de la hoguera, nadie me presta atención.

Entonces, con movimientos silenciosos, me siento al lado del hombre que continúa con los ojos fijos en Amara.

— Déjame adivinar... — hablo en un tono bajo para que tan sólo él pueda escucharme. Su cabeza gira con un rayo en mi dirección y contiene la respiración al verme sentada tranquilamente junto a él —. Estás enamorado de ella.

Tras la sorpresa inicial, sus ojos se estrechan fulminándome con la mirada. No ha tardado mucho en reconocerme y, por ello, esbozo una media sonrisa.

Los Ojos del Hielo © #4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora