Capítulo 10

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15 años atrás...

— ¿Qué es este lugar? —pregunto al encontrarme frente a una puerta que no había visto antes.

La estructura de acero es enorme en comparación con mi pequeño tamaño. Su cierre, similar al de las cámaras acorazadas de los bancos o al de las escotillas de los submarinos, me devuelve la mirada dándole un toque de misterio a la inusual situación.

— Tú padre está desarrollando un nuevo proyecto... — explica el guardia, vestido con su habitual uniforme de color oscuro, que me ha acompañado hasta esta zona independiente y separa de las instalaciones con las que estoy familiarizada. Hace años que dejé de considerar a Matías como mi "padre" y, al escuchar sus palabras, la repulsa me inunda de forma automática —. Todavía falta mucho por perfeccionar, pero ha llegado el momento de ponerlo a prueba y quién mejor que tú para la tarea, ¿no crees?

Una de mis cejas se eleva mientras continúo observando la puerta. Trato de mirar más allá del acero, pero lo único que consigo es un fuerte dolor de cabeza.

— ¿De qué se trata? —pregunto empezando a sentir una fuerte curiosidad por descubrir que es lo que se halla al otro lado de la puerta.

— Pronto lo averiguarás —responde el guardia con seriedad.

Después, se aproxima a la enorme puerta y coloca sus manos sobre la barra circular que actúa como cierre. Tira con todas sus fuerzas y comienza a girar emitiendo un fuerte sonido que rebota en las paredes del desierto pasillo en el que nos encontramos. Entonces, lentamente, la puerta empieza a abrirse y una fría brisa golpea mi rostro removiendo los finos mechones de cabello blanquecino. Al otro lado, no se vislumbra otra cosa que una densa y opaca oscuridad.

El guardia me hace un gesto con su mano para que entre y, por un breve momento, dudo. ¿Y si tratan de encerrarme en este lugar?

Deshacerse de mí.

Lanzarme al olvido.

— ¿Acaso tienes miedo? —me pregunta el hombre atravesándome con sus enormes ojos.

Enormes muros se alzan a mi alrededor.

— ¿Miedo? — repito esbozando una divertida sonrisa mientras hago retroceder a los débiles pensamientos de inseguridad que rondan mi mente —. ¿Qué es eso?

Tras inspirar profundamente, me adentro en el oscuro abismo. De repente, la enorme puerta de acero se cierra tras de mí con un fuerte sonido. Sin embargo, justo antes del portazo he escuchado con total claridad la voz del guardia diciendo:

"Mantente con vida"

El aire sale a través mis fosas nasales de forma lenta mientras trato de orientarme. Tras de mí se encuentra la puerta, por delante un mar de oscuridad y bajo mis zapatillas escucho el crujir de la tierra. Mis oídos no captan ni un solo sonido salvo el de mis propios pasos.

Es como si la negritud que me rodea tratase de consumir mi cuerpo, mi alma y mis pensamientos. Pronto, la noción del tiempo queda distorsionada y la confusión me llena. ¿Horas, minutos, segundos...? Ya no sé cuánto tiempo ha pasado desde que empecé a caminar sin un rumbo fijo.

¿Acaso este lugar no tiene final?

Abruptamente, me detengo. La oscuridad retrocede ligeramente permitiéndome ver un par de metros por delante de mí y observo con desconcierto la extraña marca sobre la tierra... un semicírculo. De repente, contengo la respiración porque ahora soy capaz de sentirlo.

Otra presencia oculta en el abismo.

Antes de que pueda procesar este descubrimiento, algo me golpea lanzándome al suelo con fuerza. El dolor atraviesa mi pecho y, cuando mis ojos descienden, descubro la sangre saliendo a borbotones a través de una gran incisión una herida hecha con la misma precisión que la del trazo curvado que marcaba la tierra.

Los Ojos del Hielo © #4Where stories live. Discover now