CAPÍTULO 101 - Odio ( Cuarta Parte)

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Jin Ling se incorporó de inmediato y gritó, "¡Tío!"



Los ojos de Jiang Cheng se movieron hacia él, respondiendo fríamente, "¡Más quisieras! Ahora me estás llamando tío, ¡¿por qué corriste tan rápido antes?!"



Después de que terminó, dirigió su mirada, ya fuese intencionalmente o no, en la dirección de Wei WuXian y Lan WangJi. Antes de que los pares de ojos pudieran encontrarse, Su She ya se había estabilizado con su espada, Nanping, y se lanzó hacia Jiang Cheng. Jiang Cheng ni siquiera había atacado cuando se escuchó una serie de ladridos de perro. Hada entró en el templo como un pez volador y se lanzó directamente hacia Su She.



Al escuchar al perro, Wei WuXian inmediatamente sintió que su cabello se ponía de punta. Se encogió de nuevo en los brazos de Lan WangJi, medio muerto de miedo, "¡Lan Zhan!"



Lan WangJi ya lo había abrazado sin necesitar ningún recordatorio, respondiendo, "¡Estoy aquí!"



Wei WuXian, "¡Abrázame!"



Lan WangJi, "¡Te estoy abrazando!"



Wei WuXian, de nuevo, "¡Abrázame fuerte!"



Lan Wang, también, "¡Te estoy abrazando fuerte!"



Incluso sin la vista, sólo escuchar las voces fue suficiente para hacer que los músculos faciales de Jiang Cheng se contrajeran. Originalmente quería mirar hacia ahí, pero ahora había obtenido control total sobre su cuello. Justo en este momento, desde detrás del palacio se apresuraron un par de monjes y cultivadores, atacando con sus espadas. Jiang Cheng se rió fríamente antes de levantar su mano derecha, pintando una brillante franja púrpura en medio del Templo de Guanyin. Todos los que fueron golpeados por aquella luz púrpura fueron enviados volando hacia atrás, y sin embargo él aún sostenía el paraguas firmemente en su mano. Sólo cuando todos en el palacio se encontraban en el suelo desordenados, sacudiéndose y temblando como si todavía estuvieran siendo impactados, Jiang Cheng finalmente cerró su paraguas. Por otro lado, Su She gritó con ira, tratando de hacer frente al perro.



Jin Ling gritó desde el lado, "¡Hada! ¡Cuidado! ¡Hada, muérdelo! ¡Muerde su mano!"



Lan XiChen gritó, "Líder de Secta Jiang, ¡ten cuidado con el guqin!"



Antes de que terminara, las notas del guqin sonaban desde detrás del templo de Guanyin. Sin embargo, de vuelta en el Montículo de Entierro, Jiang Cheng ya había sufrido mucho debido a la oscura melodía. Naturalmente, estaba más que alerta. En el momento en que hizo eco la primera nota, pateó el suelo, usando la punta de su pie para alcanzar una espada que un cultivador había dejado caer. Con la mano izquierda, tiró el paraguas de papel y agarró la espada, y con la derecha desenfundó a Sandu. Con una espada en cada mano, las golpeó una contra la otra con fuerza.



Las dos cuchillas rasparon, dejando escapar un ruido extremadamente áspero que superó el guqin de Jin GuangYao.



¡Era un método bastante efectivo! Sólo había una deficiencia, ¡el sonido era demasiado doloroso para escucharlo! Era tan doloroso que se sentía como si los oídos estuviesen siendo perforados por el terrible ruido. Y para Lan XiChen y Lan WangJi, quienes crecieron en la Secta GusuLan, era aún más insoportable. Ambos fruncieron el ceño ligeramente. Sin embargo, Lan WangJi estaba en el medio de hacer su trabajo, abrazando a Wei WuXian, y no podía cubrir sus oídos. Y así, mientras Wei WuXian temblaba escuchando los ladridos del perro, extendió las manos y cubrió los oídos de Lan WangJi por él.



Con una expresión endurecida, Jiang Cheng continuó creando el ruido desagradable con las dos espadas en sus manos mientras se acercaba a la parte de atrás del palacio. Pero incluso antes de que llegara al lugar, Jin GuangYao salió por su cuenta, cubriendo sus oídos, "Líder de Secta Jiang, debo admitir mi derrota contra tal movimiento de poder."

Amor Eterno IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora