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024.

¿Suga?

—No, no te preocupes—dije extrañada, fue totalmente inexperado verlo allí.

—¿Es una canción tuya?—preguntó acercándose ya que estaba a una distancia considerable.

—S-Si... La compuse hace un tiempo, pero ya sabes, por mi problema aún no la he llevado a cabo.

—Deberías—se apoyó en un muro que le llegaba a algo más arriba de la cintura posicionándose frente a mí—, por lo que he podido escuchar parece merecer la pena hacer una buena producción.

—Gracias—le sonreí y me aclaré la garganta antes de seguir hablando—. ¿También te gusta tomar el aire?

—No demasiado. Pero me gusta más que estar rodeado de tanta gente, para mi no es cómodo.

—Te entiendo.—suspiré.

Volví a mirar las nubes, ahora apenas les quedaban brillos rosas.
Ambos nos quedamos allí durante un tiempo sin decir nada, o haciendo algún comentario que otro, los silencios no eran incómodos, si no que ambos estábamos allí, disfrutando de lo mismo: la soledad.

Empezó a sonar una música leve, mutilando aquel relajante silencio. Miré mi bolsillo, mi teléfono me estaba avisando de que era hora de bajar.

—Yoongi, vosotros subiréis al escenario, ¿no?—pregunté apagando la alarma.

—¿Ya es hora?

Cuando asentí ambos nos encaminamos para bajar hacia nuestros camerinos.

—Tengo entendido que estarás posicionada delante, junto a nosotros.—dijo pulsando el botón de la planta a la que nos dirigimos.

—Si... Aunque no estoy nerviosa, el mal trago que podía pasar ya lo he superado.

El río.

—Lo del papel está en pie—cambió radicalmente de conversación—. Realmente me parece interesante.

Aún no me acostumbraba a la transparencia de Yoongi, había conocido a pocas personas así, aunque realmente, lo que me impactaba era que fuera así cuando nos conocíamos de tan poco.

—Te hablaré cuando llegue a casa, a mi también me parece interesante. Aunque la diferencia de nivel musical es realmente notable.

Era obvio que para mí existía una gran diferencia entre él como compositor y productor, y yo. Adoraba la mayoría por no decir todas las canciones que él había producido y compuesto, en cambio, las mías no me parecían la gran cosa.

—Eres bastante exigente contigo misma, ¿verdad?—asentí—. Entonces ignoraré ese comentario, nos vemos luego.—se despidió cuando yo me paré en mi puerta.

—Hasta luego...

Nada más entrar, mi manager me dirigió de vuelta a los pasillos, al parecer él quería que llegase algo temprano para no tener que andar con dificultades a la hora de entrar al escenario. Mientras andábamos me daba algunas pautas, entre ellas había una que me daba especial curiosidad.

—... Y no muestres demasiado tu buena relación con Jimin.

Paré de andar y lo miré con una ceja levantada.

—¿Si ganan no me puedo alegrar por él?

—Si, si puedes, pero no puedes abrazarle. Piensa que eso aquí no es muy habitual—dijo tomando en cuenta mi procedencia—. Entre ídolos de distinto género no se suele mostrar de ese modo una cercanía—me empujó para que siguiera andando—. Nos da igual que te lleves bien con él, pero debéis tener cuidado si no queréis ser malentendidos. Ahora, ve hacia el escenario, yo no me puedo adentrar más.