( I T ) Bill Denbrough + 18

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Todos los perdedores ya tienen 18, ya viven en el mundo de las fiestas, alcohol, tabaco y drogas. Incluso se puede decir que ya han empezado una vida por separado y alejada de las reglas de sus padres. Eso no es impedimento para no verse, pues aún se mantienen en contacto por llamadas telefónicas o por correo (cartas).

La amistad ha perdurado por siempre, después de todo enfrentaron juntos a IT y mantienen en alto aquella promesa.

Narra  _____:

Los chicos y yo nos reuniríamos en la casa de Bill. Debo admitir que a la vez estoy ansiosa, sé que nos vemos casi siempre, pero eso no quita que me emocione. Son mis amigos desde la infancia y creo que prácticamente de toda la vida. Soy muy afortunada al tenerlos, porque nunca faltará quien me saque una risa cuando esté deprimida o me apoye en los momentos difíciles.

Parece que soy la primera en llegar, porque sólo está el auto de Bill estacionado afuera de su casa. Estaciono el mío, bajo de este y camino hasta la entrada. Junto mi mano en un puño y golpeo la madera con mis nudillos. No tardan en abrirme y dejarme pasar. Me abalanzo en los brazos del tartaja y caminamos hasta la sala.

— ¿Cómo has estado? — pregunto —.

— Bien, bastante bien, ¿y tú? — me alegra que haya podido vencer su tartamudeo, Richie y yo siempre le hacíamos burla, pero era intencional —.

— No me quejo. ¿Y los demás? — me levanto del sofá y comienzo a vagar, admirando cada detalle de su linda casa —.

— Eso mismo quisiera saber — alarga un suspiro. En un marco veo una fotografía, somos nosotros cuando apenas teníamos trece años. Nadie ha cambiado a mi parecer. La presencia de Bill me tensa estando a mis espaldas —. Eddie me la regaló la vez que vino... Dijo que quería que la conservara — explica, la tomo entre manos y lo veo a él en la foto. Me pongo enfrente y pongo el cuadro a un costado de su cabeza. Miro la foto y miro su rostro —. ¿Qué? —.

— No has cambiado nada Bill Denbroughmascullo, sonríe. Alejo el marco y hacemos contacto profundo. Apenas me doy cuenta de que tiene unos hermosos ojos, no entiendo como Beverly lo pudo rechazar —. C-Creo que pondré esto en su lugar — tartamudeo extrañamente nerviosa —.

— S-Si, y-yo... Estaré en la cocina — responde. Dejo el marco donde estaba y continúo vagando —.

De un momento a otro siento un escalofrío. Cosa que me incómoda y sólo limito a levantar mis hombros en señal de molestia. Sigo mirando las pequeñas decoraciones que tiene. De pronto siento una respiración chocar con mi cuello y seguido de esto un susurro en mi oído — La verdad saldrá a la luz — me volteo esperando encontrarme con la persona que acaba de decir semejante cosa. Nadie. No hay nada.

« Ya estoy loca. Debí haberle pedido algún medicamento a Eddie que tiene en su almacén »

Voy a la cocina. Se encuentra Bill preparando bocadillos. Veo que no está muy bien ajustado su mandil, me acerco, tomo las dos partes deshaciendo el nudo que ha hecho y lo ato adecuadamente.

Me asustaste — musita —.

Lo siento. ¿Necesitas ayuda? — dije pasándome a un costado suyo —.

— Emm... Si. Ayúdame con esto — me extiende una receta de cupcakes. Accedo, tomo el tazón, la harina y la barra de mantequilla —.

Narra Bill:

Estoy tranquilo. Realmente he deseado mucho hacer esta reunión, aparte de que destacaré mis habilidades culinarias. Eddie fue quien me dió la idea de cocinar, Richie me dijo qué podría hacer y Stan bromeó con que sería jurado. Me extraña el hecho de que no hayan llegado, seguro hubo un percance, realmente no lo sé, ni siquiera han llamado. Miro de reojo a _____, se le ve concentrada, pero su celo fruncido me dice que está teniendo un debate mental.

Eso me suele pasar, aunque yo trato de no parecerlo, sino Richie comienza a burlarse hablando cosas sin sentido, que ahora tiene su gracia.

Bill — habla casi entre un suspiro —.

— ¿Qué sucede? — contesto —.

— Tengo que decirte algo — asiento, a la vez que giro para verla —. Y-Yo... Tú... Me gustas desde que tenemos trece, realmente no encontraba el momento perfecto para decírtelo y... Mis esperanzas eran muy pocas debido a que los chicos siempre decían que tú gustabas de Beverly — explica. Mis sentimientos por la pelirroja ya están sobrevalorados, incluso supe que ni siquiera me gustaba... Hasta que la vi a ella, creí que este momento jamás pasaría. Es mi oportunidad —.

— Tú también me gustas _____, aparte eso fue hace mucho tiempo... Los chicos molestaban con eso para cubrirme, ellos sabían que por tí sentía algo más que amistad — me le acerco, poso mi mano en su mejilla acariciando esta —. Y si, aceptaría salir contigo — comienzo a besarla en un beso lento. Sus labios me encantan, son tentadores. Intensifica el beso un poco, acerco su cuerpo más al mío. Mi zona rozó levemente con la suya provocando que me excitara. Aumento más la tensidad del beso, deshace el nudo del mandil, lo quita y volvemos a besarnos. La subo a la barra, mis manos viajan por su cintura —.

Mis labios los bajo a su cuello, ella echa su cabeza hacia atrás soltando un suspiro. Enreda sus piernas en mi cintura. La cargo y subimos las escaleras, nos volvemos a besar de la misma forma, casi nos estamos comiendo. Entro a mi cuarto, cierro la puerta y recuesto a ______ sobre mi cama. Mis besos bajan a su cuello, le quito desesperadamente su blusa con su sostén, dejando a la vista sus senos bien desarrollados. Me llevo a la boca unos de sus pezones, con la mano que tengo libre posiciono mi mano en su zona rozando esta con mis dedos provocando que arqueé su espalda y suelta gemidos. Paso al otro seno y me llevo nuevamente su pezón a mi boca.

En un momento a otro paro. Me voy quitando la camisa de cuadros que llevo puesta botón por botón. La fulmino con la mirada, sonrío ladino. Me quito mi pantalón y mis boxers, quedando completamente desnudo frente a ella. Quito sus pantalones y su ropa interior. Lo primero que hago es acercar mi mano a su zona e introducir mis dedos en su entrada metiéndolos y sacándolos repetidas veces mientras ella besa mi cuello, robando me uno que otro suspiro. Cuando siento mis dedos ya húmedos, me los llevo a la boca degustando. En un movimiento ágil de su parte me pone en la cama, queda encima mío, besa mi pecho, está por llegar a la zona y pasa su lengua por mis testículos, luego lame mi pene. Comienza a masturbarlo, metiendo la punta por su boca, chupando lo y después introduciéndolo todo... Lo hace de manera rápida. No tardo en venirme dentro de su boca. Me reincorporo y nos besamos.

Se va encima mío, tomo sus hombros y la pongo debajo de mí. Entro en ella sin previo aviso. Espero unos momentos para que se acostumbre e inicio con embestidas profundas pero lentas.

M-Más rápido Bi-Bill — jadea. Hago una embestida profunda y brusca al principio, cosa que a ella le encantó. La embestidas ahora son más rápidas —.

Aumento a medida más la velocidad haciendo que nuestras partes choquen. El cuarto está lleno de gemidos por ambos.

— ___-______, me estás matando — apenas pude decir eso sin que gimiera —.

Estoy por venirme. Acelero un poco más las embestidas provocando que ambos soltemos gemidos y jadeos.

— ¡_____! —.

— ¡Bill! —.

Dijimos al unísono y ambos nos corrimos. Mi respiración es entre cortada, las horas pasaron sin darnos cuenta y ya es muy noche. Supongo que los chicos ya no van a venir. Me recuesto a un costado de mi chica, ella está casi sin aire. Suspiro.

— Eso... estuvo... increíble — sonrío, la miro. Se ve realmente tentador verla así... Incluso eso me provoca aún más —.

— ¿Segunda ronda? — pregunta, se pone encima mío poniendo ambas piernas a mis costados y comienza a besarme —.

— Segunda ronda — responde —.

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