( I T ) Bill Denbrough

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Narra T/N:
Me encuentro en mi cuarto, escuchando música de mi antigua época. Muchos recuerdos de mi juventud, en la que era libre y no dependía de tanta tecnología, en la que no me importaban las etiquetas, estereotipos ni nada parecido. Ahora todos viven su mundo en uno completamente falso, a través de una pantalla. Suelto un suspiro cuando termino de dar por finalizada mi tesis, guardo el archivo en mi memoria y me quito las gafas para restregar me los ojos. Esto realmente es cansado, tengo demasiado sueño y fatiga. Suspiro y me levanto de mi escritorio. Voy a mi cuarto para ponerme la pijama y de una vez por todas me tumbo en la cama. Reproduzco una nueva canción teniendo mis audífonos puestos.

Una que me llena de recuerdos. Mis amigos. Mi primer amor. Rechazos. Sentimientos encontrados.

.:: Flashback ::.

Al día siguiente de haber vencido a Eso, nos fuimos a la feria, todos y cada uno de nosotros nos sentíamos contentos, tranquilos y eufóricos. Nunca me sentí tan libre; la brisa golpeaba mi rostro, finos mechones de cabello iban en la dirección del aire y me encantaba la adrenalina que se filtraba en mi estómago cuando pedaleaba más rápido para arrebazar a mis amigos. Todos mantenían una sonrisa, todos reíamos, todos y cada uno de nosotros estábamos experimentando el placer de la felicidad. Y pasé desapercibido que Bill... El chico que para mí no lo consideraba del todo un perdedor, me regaló una bella sonrisa al verme a su lado, aquella mirada soñadora me enamoró aún más de lo que ya estaba. Mis mejillas se habían tornado de un carmesí, la brisa me traicionó: no pude ocultar mi sonrojo. Eso provocó que mi amigo soltara una leve carcajada.

Nos detuvimos en el parque, dejamos nuestras bicis y fuimos por un helado. La pelirroja pidió uno de fresa, el de rulos uno de vainilla, el pecoso uno de limón, Ben de galleta, Mike de zarzamora y Bill uno de chocolate.

¿Q-Quieres uno? — musitó Richie a mi costado acomodándose sus gafas (se notaba nervioso) —.

— Claro Richsaccedí, pidió del mismo. Menta. He de admitir que no era uno de mis favoritos, pero si él me lo había invitado no podía negarlo —. Gracias Richie — agradecí depositando un beso en su mejilla, noté un leve rubor en estas, descarté la idea de que fue por mi beso y era debido a que hacía calor —.

Nos sentamos en una banca y disfrutamos de nuestro delicioso helado. Bill se me acercó.

— ¿P-Puedo pro-probar de t-tú helado? — había preguntado y me ruboricé. Sin embargo acepté —.

— ¿T-Te gustó? — ahora yo tartamudeé —.

S-Si. E-Está muy bueno — me extendió su barquillo —. ¿Qui-Quieres probar el mío? — de nuevo me sonroje, fue muy atrevido de su parte (creo), al fin y al cabo le di una sola lamida —. ¿Q-Qué te pa-parece? — buscaba mi mirada con la suya, sólo asentí cabizbaja. Cuando sentí su mano posada en mi mentón un escalofrío pasó por mi espalda, elevo mi cabeza para verme —. S-Si t-te agachas s-se te ca-caerá t-tu co-corona, pri-princesa — sonreí tras su comentario —.

Después de terminar nuestros helado fuimos a la feria. Al llegar habían demasiadas atracciones. Richie decidió jugar al tiro al blanco, todos estábamos junto a él dándole apoyo.

— Suerte — le dije con una sonrisa, él me miró y me devolvió la sonrisa —.

— Ganaré algo para ti — aseguró y tras tres intentos no consiguió nada —.

Fuimos a otro juego. La rueda de la fortuna. Ben se sentó junto a Mike, Richie junto a Eddie (quien iba a disfrutar burlándose del pecoso y viceversa) Berverly junto a Stanley y detrás de ellos Bill y yo. Este momento fue el más decisivo de toda mi vida, uno lleno de nervios, tensión y un mar de más sentimientos en mi estómago. Lo único que me tranquilizaba era el viento soplando mi rostro. Entonces sentí sus dedos rozar con los míos, por inercia miré y levanté la mirada encontrándome con un tartaja sonriente. Me quedé pasmada.

Bill... — tragué en seco —.

T-Tranquila. Y-Ya no hay p-por qué temer — yo no hice caso omiso a lo que dijo —.

« ¿Tener miedo, yo? »

Me parecía estúpido lo que dijo. Yo no tenía miedo, tenía nervios. Nervios de lo que podría llegar a pasar.
Solté mi mano de su agarre.

— Yo no tengo B-Bill — aclaré cabizbaja, él me mira atento —.

— ¿E-Enton-ces? — suspiro vencida —.

Bill, me gustas — dije rápidamente —. Te aprecio, te he tomado mucho afecto y cariño. Me dolería verte con alguien más, me dolería perderte y que en mucho tiempo no nos viéramos. Te amo y no puedo ocultarlo, ya no — lo veo a los ojos, este se reincorpora, mira hacia enfrente. Sigo esta y da con la pelirroja que ríe y ríe junto al de rulos. Me acomodo en mi lugar, estoy cabizbaja—. Creo que... —.

— Me gusta B-Beverly — dice —. La-Lamento que s-sea así. Y-Yo ta-también te he to-tomado cariño, a-aprecio y a-a-afecto. P-Pero no de e-esa forma — explica —.

Como sea. No te preocupes — dije seca. En cuanto acabó la rueda de la fortuna me bajé, corrí como nunca hasta donde se encontraban nuestras bicicletas y me fui a casa. Dolió como nunca ser rechazada por alguien que realmente me gustaba —.

Se podría decir que después de eso ya nunca lo volví a ver. Ni a él ni al resto de Los Perdedores (excepto Richie, quien siempre que podía dejaba un paquete fuera de mi casa con una nota. El paquete siempre tenía consigo un elemento de quit de primeros auxilios. Una metáfora para curar ese profundo vacío en mi pecho).

.:: Fin del Flashback ::.

No me doy cuenta de que estaba llorando. Pero es inevitable. Ese recuerdo marcó mi juventud de por vida. Ahora no sé qué será de ellos.

— A llegado un mensaje nuevo a tu buzón de voz... *Pitido* ¡_____, soy yo! Soy Richie Tozier... Quizá no me recuerdes pero necesito que vengas, es importante *silencio* Eso ha vuelto —.

O eso creí.

▶ Imagine One Shots ◀Where stories live. Discover now