( S T ) Mike Wheleer +18

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Narra Mike:

Apenas tengo dieciséis, sé que ha esta edad experimento demasiados cambios y entre ellos el deseo de la lujuria. Pero hasta eso ni siquiera lo quiero obtener... Lucas, Will y Dustin ya tuvieron la oportunidad, sin embargo yo no.

Aunque admito que rara vez me atrae una persona (no me refiero a El) sorprendentemente se trata de la hermana de Max (así es). La he estado observando; es demasiado atrevida, muy astuta, alguien rebelde (más que la pelirroja) y con demasiado talento. Recuerdo cuando ella llegó a tener celos por Jane, me reflejo tanto como cuando tenía apenas doce. Lo cual me pareció lo más adorable.

Pero lo que odio son sus tratos. Siempre hace que me ruborice (tanto que hace que la considere inmadura), normalmente me molesta con leves empujones, insultos y a veces con celos (sé preguntaran “¿Celos?”, para ser específico, hace un melodrama enfrente de toda la maldita escuela fingiendo que somos novios, que me vio cerca de otra chica y demás).

(...)

Al entrar al instituto acompañado con mi grupo de amigos, Jane y Max, caminamos por los pasillos. Hablamos sobre cosas sin sentido y pronto estamos en nuestros casilleros. Desafortunadamente no hay ninguno de mis amigos que esté cerca del mío.

Guardo algunos libros y cuadernos. Cuando menos siento este se cierra de golpe, mejor dicho, por alguien. La fulmino la mirada.

— ¿Qué quieres? — digo con mi rostro de molestia —.

— Ya vengo a joder — avisa —.

— No me digas — suspiro, camino y me sigue —.

— ¿Siempre eres tan amargado? —.

— Si se trata de ti, si — y ríe amargamente —.

— Eres tan tierno — se posa enfrente mío, presiona mis mejillas y enseguida las aparto —.

— Dejame en paz. ¿No tienes otra cosa mejor qué hacer? — me toma por lo hombros, hace que mi espalda se impacte con uno casilleros. Me acorrala. La sangre llega a mi rostro «Mierda» —.

— Te haré esta pregunta — trago saliva —. ¿Por qué siempre te sonrojas cuando estoy así de cerca? — sonríe maliciosa. Hacemos contacto visual —.

— Cla-Claro q-que no —.

— ¿P-Pero q-que es e-eso? — cuestiona en forma de burla —. Admite lo Wheeler. Te pones nervioso por que te gusto — acerca sus labios a mi oído —. Y no puedes negarlo por que tu cuerpo pide otra cosa — susurra —  Dile a tu amiguito que se relaje, Mike — se aleja y la veo irse por los pasillos. Suspiro. « ¿Amiguito? » Caigo en cuenta. Mi “amiguito” está despierto —.

(...)

En clase el profesor salió sin aviso alguno. Desde luego todos se levantaron de sus asientos y a formar sus grupos de amigos (desafortunadamente no me tocó con alguno de los míos y por suerte tampoco con la hermana de la pelirroja). Así que tomé la decisión de escabullirme.

Salgo del aula verificando que no venga ningún otro profesor por los pasillos. Voy directo al baño (desde luego a hacer mis necesidades). Saliendo me encuentro con quien menos esperaba.

— ¿Qué carajo haces aquí? ¿Acaso estás siguiendo me? — cuestiono —.

— ¡¿Qué?! ¡No! — responde frunciendo el ceño —. Y la pregunta sería al revés, ¿qué haces en el baño de mujeres? — abro los ojos en demasía. ¿Cómo es que no me di cuenta? —.

— No lo sé... Estoy muy distraído — contesto —.

— Mike... Seré directa contigo — hacemos contacto visual —.

— ¿Y qué vas a decirme? —.

— Te necesito — no me dio tiempo de reaccionar cuando sus labios ya están con los míos, en este momento lo único que pensaba era ¿Qué sucederá después? —.

Mis manos bajaron y rodearon su cintura, la punta de sus dedos se mantiene cerca de mi cuello. Entonces se intensifica, hay mordidas de por medio y sin esperarlo nuestras lenguas comienzan a chocar. Mi miembro rara vez despierta, entramos a los baños, la apreso contra la pared, la cargo y sus piernas rodean mi cintura. Ahora mi boca devora su cuello y consigo robo suspiros. Sujeto su cintura, camino hasta los lavabos, la siento en la encimera, mis manos viajan al borde de su camisa, la quita y me sonrojo de por medio. Veo como hace una sonrisa ladina, besa mis labios, salgo del trance y caigo en la realidad.

De pronto sus manos dan a la cremallera de mi pantalón, es ahí que estoy inseguro de todo. ¿Realmente quiero hacer esto? ¿Y si El se entera?

Dejo de besarla, me aparto.

— No puedo — digo en un susurro, ella se baja de la encimera y camina hasta a mí. Siento como sus manos acarician el costado de mi mejilla —. No estoy listo y... No puedo — admito, extrañamente me siento avergonzado y vulnerable —.

— Muy bien... No puedo obligarte — masculla. Conociéndola siento que está decepcionada —.

— Espera — hacemos contacto visual —. ¿Tú querías...? —.

— Mike... Mi estúpida hermana me reto a hacerlo pero... Creo que tampoco está bien — me acerco poco a poco —.

— ¿Max te reto a...? —.

— Si. Por que sabe que... Tú me gustas — admite, está cabizbaja —.

— ¿Pero tú si querías tener relaciones conmigo? — alza su rostro, está sonrojada. Desvía la mirada. Tomo la iniciativa, sujeto su mano... Salimos de los baños y caminamos juntos por los pasillos —.

Llegamos a un aula deshabitada. Puedo escuchar su respiración acelerada y yo mi corazón pulsando rápidamente. Cierro la puerta colocándole seguro. Le doy la espalda, me deshago de mi camisa, la tiro a un lado. Volteo, ella me mira y no dejo que diga palabra alguna por que uno nuestros labios. Esta vez todo será lento y tranquilo. La punta de mis dedos da al seguro de su sostén, quito uno por uno. La cargo y la siento sobre el escritorio, los besos continúan, se intensifican poco... Aparto mi pantalón y ella el suyo, enseguida mi boca da a su cuello, doy pequeños besos, paso mi lengua y algunas mordidas se dejan ver.

Ella de su pantalón (el cual no estaba tirado en el suelo, sino a un lado suyo) saca un pequeño bolsillo plateado, lo abre y sus manos masajean mi miembro. Se siente bien pero a la vez extraño, baja mi ropa interior, coloca el condón. Se deshace de su última prenda (parece que tiene conocimiento sobre esto, así que toma mi miembro, entra en ella y... ¡Diablos! No pude contener un jadeo).

Nos tomamos unos segundos y comienzo las embestidas (reitero, soy un inexperto).

(...)

Nos cambiamos. Salimos del aula como si nada hubiese pasado y (por supuesto) yo trato de que no volvamos hablar sobre el tema.

Caminamos por los lugrubres pasillos sin dirigirnos palabra alguna. Sólo escucho mi respiración y nuestros pasos.

— Mike... ¿Yo te gusto? — me detengo en seco. Lo que acaba de pasar evidentemente dice más que mil palabras, las cuales son... —.

— ¿Tu crees que si no me gustaras no hubiese tenido sexo contigo? — creo que la dejé confusa. Entonces tomé sus hombros y la acorralé contra los casilleros acariciando sus mejillas sonrojadas —. Nunca pienses que accedí con sólo hacerte el favor... Eres maravillosa, si así tu lo quieres, termino con El e inicio una vida contigo — ella asiente. Uno nuestros labios en un corto beso, continuamos con nuestro camino —.

▶ Imagine One Shots ◀Where stories live. Discover now