( S T ) Mike Wheeler

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Narrador Omnisciente:

Últimamente habías faltado a clase ya que tuviste una severa gripa que no te dejaba hablar muy bien del todo (y la garganta irritada sólo provocaba que empeorase más). Por si fuera poco, tu mejor amiga, Max, se encargaba de llevarte los deberes de la clase del profesor, pues ella no quería que te atrasaras. A pesar de eso, se quedaba a cuidarte y a contarte las cosas que hacían el resto de los chicos y ella después de clases. Se escuchaba muy animada al hablar sobre Mike, tu mejor amigo, amor platónico y el único chico que te gusta; comenzaste a sospechar pero dedugiste que eran simples celos tuyos.

Para pasar la tarde y no quedarte aburrida en casa, decidiste hacer un maratón de películas. Tú favorita era Halloween por lo cual empezaron a verla, de un momento a Max no le gustó (lo que se te hizo extraño) y puso The Breakfast Club (algo comprometedor).

— ¿No acaso esa película se te hizo muy cursi y dramática? — cuestionaste a lo que ella volteó a mirarte sonriendo de oreja a oreja —.

— Los chicos y yo vimos esa película el otro día en el cinema. Para ser verdad nos encantó — asentiste un tanto incomoda y dolida —. Dustin, Lucas y Will se sentían identificados — suspiraste y te acomodaste en tu lugar del sofá —.

— ¿Y qué hay de Mike y tú? — ella enseguida trago sus palabras, desvió su mirada al televisor —.

— Mejor hay que verla, no querrás perderte la — musitó un tanto nerviosa —.

Después de todo accediste. Al terminar, ella decidió irse temprano (cosa que te hizo sospechar aún más), se excusó con que su madre se enfadaría y con que no quería que le pasara nada malo. Le creíste pero no del todo. Había una cosa que no cuadraba y querías descubrirlo.

(...)

A la mañana siguiente apareciste a primera hora frente a la puerta de entrada de la casa de Will, con una chaqueta de mezclilla, un jeans, tu par de converse favorito, una blusa amarilla a rayas con blanco y un cubrebocas. Tocaste el timbre y Jonathan se dignó a abrir, detrás suyo se encontraba Nancy (la hermana de Mike) y atrás de ella Will (tu mejor amigo) asomándose por la puerta de su cuarto.

— ______, ¿qué tal? ¿Cómo estás? —.

— ¿Puedo pasar? Tengo que hablar con Will — el nombrado incluso frunció el ceño en señal de “¿Quiere hablar conmigo?”. Jonathan no forzó y dejó que pasaras, saludaste a Nancy, enseguida entraste al interior del cuarto —.

— Bien... ¿De qué quieres hablar? — suspiraste, te quitaste el cubrebocas y tomaste asiento en el borde de la cama —.

— Max se comporta muy extraño conmigo, es como sí... Me ocultara algo — hacen contacto visual —. ¿Qué ha pasado estas últimas dos semanas? ¿Hay algo que no me han dicho? —.

— ___-_____ será mejor que te vayas. Quizá tu madre se esté preocupando —.

Le avisé que iría a verte — dijiste crédula —.

— _____ realmente quisiera decirte qué es lo que está pasando pero no puedo... — tú corazón enseguida se fracturó de un parte, pero no tan grave como para estar totalmente roto —. Eso no me corresponde a tí —.

— Will... Por favor — pronunciaste al borde de las lágrimas —. Los amigos no mienten — y pudiste ver tu reflejo de cómo te sentías por dentro. Él rompió en llanto. Tomó tu brazo y te dejó afuera de su cuarto en medio del pasillo —.

— ¿Estás bien?... ¿_______? — preguntó Jonathan, asentiste, te fuiste cuanto antes —.

(...)

Te dirigiste a la casa de Lucas. Pensaste por un momento que te diría la verdad y esperas que eso pase.

Estando enfrente de la entrada, tocaste la puerta golpeando tus nudillos contra la madera. Abrieron. Era él. Su expresión escupía “Sé a lo que vienes”. Este suspiró y te dio paso. Sus padres y su hermana no se encuentran, está totalmente solo.

Hay un ambiente realmente desanimado.

— Sé a lo que vienes. Quieres respuestas de por qué Max actúa tan extraña — asentiste —. Te diría pero... Dolerá — relamiste tus labios antes de responder —.

— Yo... Volveré cuando sepa la verdad — te fuiste cuanto antes, digeriendo tus lágrimas las cuales recorriendo tu garganta y formando un nudo en el estómago —.

(...)

Fuiste con la única persona que puede darte esperanza, Dustin. Este no puede ocultar ningún secreto aunque le pagaran... No sabe mentir y le dolería hacerlo. Eres alguien cercana a él, por lo tanto hay punto a tu favor. Obtendrás lo que tanto deseas.

Tocaste. Una, dos, tres veces.

Hasta que abrió mostrando su dentadura postiza, aportando su típica gorra y esa mirada tierna. En cuanto te vio, soltó un suspiro. Su aura bajó, se notaba triste.

— ¿Qué quieres saber? — cuestionó guardando sus manos en los bolsillos de su mermuda —.

— Pues... Por qué Max me oculta cosas, por qué actúa tan rara, por qué está siendo así de un momento a otro... Y en dónde está — este maldice por lo bajo —.

— Bien... Te diré en dónde está, sólo que... Quiero que seas fuerte para cuando ocurra ese momento, ¿de acuerdo? — te entregó un pequeño papel, estaba la dirección y el lugar —.

(...)

Llegaste. Lo recuerdas muy bien. Era el lugar favorito tuyo y de Max... ¿Qué hacía aquí? Te adrentaste más a ese gran bosque, te transmite paz pero no la suficiente, tienes el estómago en una mano y el corazón en otra. ¿Qué se supone que pase después?

Y entonces... Escuchaste risas, comentarios graciosos, un ambiente de alegría.

Llegaste al risco. Uno muy hermoso y una pequeña colina se encontraban los dos amantes. Tomados de las manos, disfrutando de la vista, dándose leves besos. ¿Qué fue lo que estrujaste con tus manos?

Tu corazón.

Lo hiciste añicos, no quedó más que polvo y sangre, la cual hervía y se extinguió... El dolor apareció, la vista se nublo y lloraste, con un vacío tan grande en el pecho.

Huiste deseando no haber visto eso nunca.

Tropezaste con una raíz salida del tronco de un árbol, caíste. Tu cabeza impactó contra la tierra húmeda, pero eso no se comparaba con ninguna otra cosa.

Te quedaste ahí. Observando el cielo.

Y gritaste, a todo pulmón. Te reconfortó pero no lo suficiente.

(...)

Regresaste a casa. A un par de metros Max te seguía. La ignoraste. Antes de entrar ella lo impidió.

— ______ por favor escuchame — suplicó —. _______... —.

— ¡No! — dijiste —. ¡Sabías que Mike me gustaba y aprovechaste cualquier oportunidad para acercarte le! — la empujaste tomándola por sus hombros —. ¡Eras mi mejor amiga! — golpeaste su mejilla —. Nunca- más - vuelvas - a - hablarme — la empujaste por última vez —. Me alegro que tu hermano haya muerto — musitaste por último para finalmente entrar y nunca más volver a ver a Max —.

Volví :)

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