15. Competencia.

4.8K 401 20
                                    

Lydia.

Pequeños ruidos comenzaron a hacerse presentes en mi conciencia, por lo que poco a poco me fui despertando; aún seguía en la cama de Scott, toda la habitación estaba oscura por lo cual suponía aún era de madrugada, y Kira seguía a un lado mío, pero había algo diferente...ella estaba hablando, dormida.

No me molestaba que Kira hablara dormida, ya que mucha gente lo hacía, lo que me causaba conflicto es que estaba hablando en otro idioma, un idioma que no creo que la chica conociera. Parecía ser algo así como chino, coreano, japonés...no lo sé, simplemente no reconozco ese idioma. 

Pero al parecerme extraño, saqué mi celular, que milagrosamente seguía en el bolsillo trasero de mi pantalón, y coloqué la grabadora, quizá esto sería algo importante, y estaba decidida a mostrárselo al alfa ya que parecía repetir lo mismo una y otra vez, quizá si lo investigábamos en verdad podría significar algo.

Aunque lo más probable es que ya todos estén dormidos, por lo que será hasta mañana que les pueda mostrar el audio. 

[...]

Ahora me encontraba caminando junto a Liam por el pasillo principal de la escuela en camino a nuestros casilleros, según me había contado el rubio, ninguno de los chicos de la manada había podido recordar algo con los doctores del pavor, cosa que los frustraba un poco. Aunque para mí era algo que me aliviaba, eso significaba que ninguno de mis amigos había sido un experimento para aquellos sujetos.

---¿Y si necesitamos algo que lo active?--- preguntó Liam.---¿Malia no conducía cuando recordó el accidente?

Desde que Liam y yo habíamos venido juntos para la escuela, el chico no dejaba de pensar en posibles razones por las que aquella lectura no había servido.

---Eso es lo que dicen, ¿pero cómo quieres activar una memoria que no recuerdan?--- le pregunté al rubio.

---Quizá sea algo retrasado y tengamos que esperar un par de horas para ver que pasa.--- se justificó el beta, mientras levantaba un poco sus hombros, tratando de no darle importancia al asunto, aunque sabía que para él era algo de mucha importancia.

---Si es así, debemos vigilarnos unos a otros.--- le comenté a Liam, mientras llegábamos a mi casillero.

---Sí, y buscar a las otras 8 quimeras potencialmente homicidas.--- comentó el chico mientras se recargaba en los casilleros a un lado del mío para después soltar un suspiro.

---Y a los Doctores del pavor.--- le recordé, para cerrar mi casillero y soltar un suspiro al igual que él.

[...]

Durante un pequeño receso entre clases, la cual no había compartido con Liam ni Mason, fui a los vestidores de las chicas para ponerme algo deportivo. Había decidido por completo que a partir de ahora entrenaría aunque fuera una vez a la semana; si tenía que enfrentarme contra algo sobrenatural, preferiría estar en condición para por lo menos huir.

Fui a la cancha donde normalmente practicaban lacrosse, junto a una pelota de fútbol soccer, aunque no lo pareciera me gustaba ese deporte, tanto verlo como practicarlo, pero últimamente no tenía tiempo para ninguna de esas dos cosas. El entrenador había sido muy amable en prestarme uno de sus balones para practicar un poco, cosa que me sorprendió ya que Finstock no tenía la reputación de ser un hombre muy "amable" que digamos, aunque lo más seguro era que me conocía por ser la novia de Liam.

Al llegar a la cancha pude ver a otras chicas practicar fútbol soccer también, pero ellas si pertenecían al equipo femenil de ese deporte de la escuela, y algunos chicos practicaban lacrosse, entre ellos pude distinguir a Liam. 

Incluso en las gradas pude distinguir a Mason y Brett sentados, platicando de probablemente posibles adolescentes sospechosos que pudieran ser quimeras. Llegué a una de las porterías, que por suerte estaba vacía, y decidí quedarme ahí a practicar tiros al arco, pero en la portería de a lado estaba Liam, que al verme no pudo ocultar su cara de sorpresa, y no dudo en acercarse a mí, mientras dejaba a algunos otros chavos practicar solos.

---¿Qué haces aquí?--- me preguntó el rubio cuando estaba a una distancia suficiente donde pudiera escucharlo.

---Vengo a jugar un poco, según sé es lo que se hace en una cancha.--- le comenté con algo de sarcasmo en mi voz, cosa que me divertía.

---Si, es solo que...no sabía que jugabas fútbol.--- me comentó el chico mientras apuntaba al balón que tenía entre mis manos.

---Hay muchas cosa que no conoces de mí.--- le comenté con una sonrisa, mientras colocaba la pelota en el césped y colocaba mi pie sobre el.

---Si bueno, aunque no creo que seas tan buena.--- respondió el rubio, aunque pude descifrar algo de reto en su voz.

---No es por presumir pero...lo soy.--- le aseguré.--- Y muy buena.

---¿Estas segura?--- ahora estaba completamente segura, Liam estaba tratando de retarme.

---Esto me esta sonando a un reto.--- le comenté con mis ojos entrecerrados.

---¿Aceptas?--- preguntó el rubio mientras se acercaba más a mí.

---Por supuesto.--- le respondí con una sonrisa impecable.--- Déjame decirte, que soy muy competitiva...por si no lo sabías tampoco.

El chico no pudo evitar soltar una sonora carcajada mientras se volvía a acercar a su portería, Liam no sabía en que se había metido al retarme en esto. Quizá no lo sabe pero en mi antigua escuela en Nueva York pertenecía al equipo de fútbol femenil, y era la capitana, así que no solo hablaba al decir que en verdad era buena. 

Liam fue el primero en intentar anotar, aunque fue un total fracaso; su tiro había pasado a varia distancia por el palo superior de su portería, noté como el chico hizo una cara avergonzada, ya que al igual que yo, él se creía mejor en el lacrosse. Sonreí divertida hacía su dirección, ahora me tocaba a mi anotar, solo espero no terminar igual que el chico.

Me alejé de la pelota para tomar distancia adecuada, corrí levemente para dejar toda mi fuerza en la patada que se dirigía al baló, al ver como aquel balón volaba a unos metros de distancia y caía justo contra la red de la portería, no pude evitar soltar una sonrisa de completa felicidad y orgullo, no había perdido mi toque después de tanto tiempo.

Volteé a ver a Liam, quién ahora estaba más que sorprendido, con una de mis cejas alzadas en su dirección y mi sonrisa engreída, vi como el me regresaba la misma sonrisa. 

Al parecer ninguno de los dos se iba a rendir. 


[2] Mía | Liam Dunbar.Where stories live. Discover now