39. Asegurarme.

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Liam.

Habían pasado 2 horas, 2 horas en que estaba sentado en la sala de espera del hospital, siendo acompañado por Mason quién ya había estacionado correctamente su auto, esperando algún aviso sobre Summer, pero ninguno de los enfermeros que habían entrado se había acercado para avisarnos algo, ni siquiera mi padrastro, y eso era lo que me preocupaba más.

No podía dejar de mover mi pierna derecha de una manera rápida y descontrolada, solía hacer eso cuando estaba nervioso, y de vez en cuando pasaba mi mano por mi cabello, cosa que quizá podría llegar a desesperar a mi acompañante.

---Tranquilo Liam, Summer saldrá de esta, ella es muy fuerte.--- comentó Mason mientras posaba una de sus manos en mi espalda, tratando de darme ánimos.--- Pero tengo que hablarte sobre otra cosa, quizá no es el momento, pero tengo que decírtelo...

---¿De qué hablas, Mason?--- le pregunté, mientras lo miraba a los ojos.

---Es sobre...Hayden...

Mierda. Con todo este lío, había olvidado por unos segundos el motivo porque había ido a la escuela principalmente; y era por Hayden. Aunque no necesitaba que mi mejor amigo siguiera hablando para saber lo que había ocurrido.

---No digas nada más.--- le comenté seriamente.--- No pude encontrar a su hermana, lo único que hice fue...hacer idioteces.

---¿Me contarás que fue todo lo que paso?--- me preguntó el chico con voz baja.

Volteé a ambos lados, asegurándome que nadie nos prestaba la atención suficiente como para escuchar nuestra próxima conversación, lo bueno era que casi no había gente en la sala de espera, por lo que podríamos hablar un poco más tranquilos.

---Theo...Theo fue lo que ocurrió.--- comencé a explicarle en voz baja.--- Él me metió ideas locas a la cabeza hace unos días, me hizo pensar que haciendo algo podría ayudar a Hayden, pero...fue todo lo contrario, lo único que hice fue dañar a la manada, y a Summer...

---No es tu culpa que Summer este aquí.--- trato de animarme el moreno.

---Claro que lo es, si no hubiera aceptado ese tonto plan, no la hubiera llevado a la escuela, no estaría aquí...si es mi culpa.--- le expliqué mientras se me hacía un nudo en la garganta.

Estaba a nada de llorar, hasta que vi salir a mi padrastro por unas puertas y se acercaba a donde nosotros estábamos, al verlo me levante rápidamente de mi lugar y caminé hacía el a paso apresurado, siendo seguido por mi mejor amigo.

---¿Cómo esta Summer?, ¿ella esta bien?--- fue lo primero que le pregunté a mi padrastro al estar cara a cara.

---La analizamos, afortunadamente no necesito cirugía, las garras del animal no llegaron a ser tan profundas como para afectar sus cuerdas vocales o algo vital, por lo que esta fuera de peligro.--- comenzó a explicarme el mayor mientras quitaba de sus manos los guantes que llevaba.--- Tuvo demasiada suerte.

Al escuchar lo que mi padrastro decía, mi alma regresaba a mi cuerpo, el saber que ella estaba bien dentro de lo que cabe, me hacía tener esperanzas. Ya que ella es...es todo para mí.

---Pero aún así la tendremos que dejar esta noche hospitalizada, no queremos que su herida se vaya a infectar o algo por el estilo.--- me informó mi padrastro.

Solo asentí en su dirección, al igual que Mason. Creo que para ambos eran muy buenas noticias de que Summer estuviera aquí.

---Deberían ir a descansar chicos, cualquier cambio yo te avisare.--- me aseguró el mayor, esto último dirigiéndose a mí.

Eso fue lo último que mi padrastro nos dijo antes de volver a retirarse por el pasillo en el que había llegado, al saber que Summer estaba bien sentía un peso menos encima mío, ahora teníamos que averiguar que haríamos con Hayden.

[...]

Mientras tanto, en la biblioteca de la escuela.

Se encontraba un malherido alfa verdadero, aún tirado en el suelo donde su beta lo había dejado antes de irse corriendo con su amada en brazos. El chico aún no podía moverse del todo, aún no se recuperaba del todo, pero eso no le impidió a un pelinegro que aún seguía ahí, y que había sido el causante de todo el conflicto, acercarse a él.

---Oh, en verdad lo lamento, Scott.--- habló el pelinegro con sarcasmo.--- Solo hice...lo que tenía que hacer.

---Eres un maldito.--- habló el alfa, en un murmullo pero lo suficiente audible para el chico coyote.

---Si solo me hubiera quedado a esperar, asegurarme que el plan hubiera sido completado.--- comentó el pelinegro furioso, mientras veía sus garras.

---Porque ahora tendrás que matarme tú mismo.--- le comentó el alfa mientras se levantaba poco a poco del suelo, poniéndose en frente al pelinegro.

---Todavía son míos.--- le aseguró Raeken con enojo, refiriéndose a los integrantes de la manada del alfa verdadero.

---Tal vez no ahora, pero entrarán en razón.--- contestó seguro Scott.--- No por ti.

Las palabras del moreno solo hicieron enojar al pelinegro, quién no quería perder más el tiempo, y con sus garras listas, las encajo fuertemente en el abdomen del alfa, que no pudo hacer nada para defenderse por la falta de energía.

---Ellos no son como tú.--- contestó el moreno en un murmullo muy cerca del oído del chico coyote.--- Jamás lo serán.

---¿Por qué soy una quimera?--- preguntó con enfado Theo.--- ¿Por qué no soy un verdadero hombre lobo?

---Porque apenas y eres humano.--- le respondió McCall.

Por el enfado, el pelinegro empujo fuertemente al alfa hasta hacerlo chocar con las escaleras principales de la biblioteca, con la luz de la superluna reflejándolos, seguía quitándole todo su poder al alfa, hundiendo sus garras cada vez más fuerte en su abdomen, para después quitarlas e irse del lugar, con sus dedos ensangrentados y dejando al chico en el suelo, nuevamente.

Mientras que los ojos rojo sangre del alfa poco a poco iban perdiendo su característico color, y se cerraban a su paso.

[2] Mía | Liam Dunbar.Where stories live. Discover now