27. Salvados.

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Summer.

Seguíamos atrapados en la misma celda, no sabía cuanto llevábamos ahí, pero ya había pasado más tiempo desde que los Doctores se llevaron a Zach, y no volvieron, hasta ahora.

Escuchamos el ruido característica de los Doctores cuando llegaban a algún lugar, lo que nos indicaba que estaban cerca de nosotros, lo más seguro es que estuvieran regresando.

Hayden seguía respirando agitadamente y transpirando levemente, por el dolor que la herida le causaba, y por más que intentáramos, no podíamos ayudarla, no sabíamos como ayudarla.

---Vienen de regreso.--- habló Liam.

Entre el rubio y yo, ayudamos a Hayden a poder levantarse del suelo, que era donde estábamos sentados ya que no teníamos algún otro lugar. La chica con mucha dificultad pude levantarse y mantenerse en pie, aunque en ningún momento Liam o yo la soltamos.

Los 3 volteamos hacía el pasillo que estaba frente a la celda, esperando que en cualquier momento apareciera alguno de los Doctores, pero en su lugar, vimos a ver una silueta diferente, pero a la vez conocida.

---¿Summer?--- preguntó aquella voz.--- ¿Chicos, son ustedes?

Finalmente pudimos distinguir que quien era, era nada más ni nada menos que Theo Raeken, quién al reconocernos fue apurando su paso hacía la celda.

---¡Theo, espera!--- gritó Liam.

Pero fue demasiado tarde, el pelinegro coloco sus manos sobre las rejas de la celda, siendo electrocutado por estas, siendo lanzado algunos metros de distancia, al igual que le había pasado a Liam en un principio. 

[...]

---¿Theo?--- le llamó Liam.

El pelinegro había caído inconsciente al suelo por dicha descarga eléctrica hace ya varios minutos, entre Liam y yo lo llamábamos para que volviera en si, sin conseguir resultado, hasta que lo vimos reaccionar levemente de nuevo. 

---¿Theo?--- le hablé ahora yo.--- ¿Theo, estas bien?

Vimos como Theo paso la mano levemente por su cabeza, quizá en la zona donde se había golpeado, para después soltar un suspiro.

---Sí.--- fue lo único que contesto el chico.--- Sí, estoy bien.--- respondió mientras se sentaba lentamente.

El chico entre quejidos se fue levantando poco a poco del suelo, para volver a acercarse a nosotros, pero ahora sí manteniendo su distancia de la reja.

---¿Crees que puedas encontrar ayuda?--- le pregunté en voz baja.

Lo último que quería era que los Doctores descubrieran a Theo y a nosotros.

---Yo soy la ayuda, muñeca.--- comentó el chico mientras mostraba una pequeña sonrisa y guiñaba un ojo en mi dirección.

Escuché el suspiro exasperado por parte de Liam, pero no hizo ningún comentario hacía el pelinegro, lo dejo pasar, simplemente no era el mejor momento ni lugar como para tener una pelea ahora. 

Theo ahora si comenzó a acercarse nuevamente a la reja, no sabíamos que pensaba hacer pero por si las dudas Liam y yo retrocedimos a la altura en la que estaba Hayden, quién observaba con atención todo lo que pasaba. El pelinegro tomó la reja entre sus manos, pero a diferencia de la vez anterior, no salió disparado por la electricidad, si no que se mantuvo y ejerció su fuerza para ir separando las rejas entre sí.

Montones de chispas comenzaron a salir disparadas por la fuerza que estaba haciendo Raeken, nosotros entrecerrábamos los ojos para que la luz no nos fuera a dañar, pero veíamos como ahora Theo estaba transformado en hombre lobo, haciendo uso de su fuerza sobrenatural. 

Finalmente, después de unos cuantos segundos, Theo logró separar aquellas rejas electrificadas entre sí, soltando al unísono un rugido/grito por el esfuerzo que había hecho. 

---¡Vamonos!--- nos gritó el chico mientras veía a su alrededor, probablemente asegurándose de que ninguno de los Doctores estuviera cerca.

Liam y yo colocamos los brazos Hayden sobre nuestros hombros, esto para poderle ayudar a caminar ya que se encontraba muy débil, pero el pelinegro se ofreció a llevarla en mi lugar, mientras nos dirigíamos a la salida, bajo indicaciones de Theo para salir de ahí.

Nos había salvado. Theo Raeken nos había salvado de los Doctores del Pavor.

[...]

Íbamos en la camioneta de Theo, camioneta que ya conocía por la vez que me había llevado a mi casa, Raeken obviamente iba conduciendo mientras que nosotros 3 íbamos en los asientos traseros, ni Liam ni yo quisimos despegarnos de la morena, por si se ponía mal en el camino. 

---¿Todavía te duele?--- le pregunté a Hayden, mientras la veía removerse incómoda en los asientos.

---De todos lados.--- nos informó la chica.--- No estoy sanando...no como antes. 

Liam y yo la veíamos atentamente por sus palabras; si Hayden no estaba sanando, eso quería decir que...

---Eso significa que soy un fracaso, ¿no es así?--- preguntó preocupada la morena. 

---Vamos a ayudarte.--- comentó el rubio, dándole ánimos a la chica.

---Iremos con Scott, él sabrá que hacer... es un alfa verdadero después de todo.--- comenté ahora yo, para también darle ánimos a la morena. 

La chica nos miró por unos instantes, aunque su mirada y expresión se notaban cansadas, la chica asintió en nuestras dirección y trato de acomodarse en los asientos correctamente para poder descansar un poco. 

[...]

Narrador omnisciente.

3 jóvenes iban llegando a la casa del alfa de la manada, para al abrir la puerta encontrarse con sus amigos; los chicos que habían sido raptados por los Doctores del Pavor, los chicos a los cuales habían buscado horas antes sin tener éxito alguno, quiénes ahora finalmente estaban a salvo.

Vieron a aquella pareja joven recostados en uno de los sillones de la sala, a un lado de la pelirroja de la manada quien los miraba con un semblante tranquilo y hasta cierto punto materno, pero no había pista de la morena, la quimera.

---Hayden esta en tu habitación, descansando.--- le informó la banshee al alfa.--- Ella ha sido la más afectada de los 3, ellos querían esperarte pero...el cansancio los ha vencido.

El alfa volteó nuevamente su mirada a ambos chicos dormidos, concentrándose en sus manos entrelazadas aún, logrando sacar una sonrisa del moreno, para después asentir en su dirección y ahora voltear con el chico pelinegro que se encontraba en su sala también.

El pelinegro, se acercó al alfa con paso seguro para después abrazarlo fuertemente, acto que sorprendió al moreno en un principio, pero para después corresponder su abrazo, después de todo, él había salvado a sus amigos de los Doctores. 

El resto de la manada se encargaron de poner cómodos a los 2 chicos dormidos en la sala; llevándoles cobertores y almohadas, pero no quisieron despertarlos por lo exhaustos que debían de venir. 

El alfa veía como el resto de los chicos en la sala abrazaban al pelinegro, con notable agradecimiento, por haber traído de vuelta a sus amigos sanos y salvos dentro de lo que cabe. 

Se estaba ganando sus confianzas. 

[2] Mía | Liam Dunbar.Where stories live. Discover now