24. Sin opciones.

4.1K 315 1
                                    

Narrador omnisciente. 

Un joven se encontraba corriendo rápidamente por una parte del bosque a mitad de la noche, hasta que uno de ellos llegó a un barranco ubicado en dicho bosque, deteniendo su recorrido, para después ser acompañado por una chica castaña.

---No hay olor ni marcas...ninguna manera para encontrarlos.--- comentó frustrado el chico.

---Pero Liam puede aullar, ¿no es cierto?--- le preguntó la castaña a su lado.

---Solo si logró escucharme.--- respondió con tristeza el moreno.

Los dos, sin mas que decir, se quedaron la gran vista del pueblo desde aquel barranco, mientras pensaban en posibles soluciones o lugares donde podrían estar sus amigos.

[...]

Liam.

Traté de quitarme el aparato que tenía conectado en mi brazo derecho, del cual me estaba sacando sangre aunque no sabía para que, pero cada que intentaba quitarlo dolía como nunca, cosa que me debilitaba.

Veía a Summer aún a un lado mío, su rostro estaba hacía mi dirección, por lo cual podía verla perfectamente dormida, con sus ojos cerrados y su semblante tranquilo aunque con su ceño levemente fruncido.

Mientras que a lo lejos veía a Hayden aún en la mesa metálica en la que estaba la noche anterior cuando nos habían traído a este lugar, mientras que los Doctores seguían experimentando con ella al parecer, la mirada de la chica tenía su mirada perdida pero en nuestra dirección.

Uno de los Doctores volteó en mi dirección mientras se acercaba a mí, por lo que dirigí mi mirada hacía el techo, tratando de que tanto Summer y yo pasáramos desapercibidos, mientras que este Doctor inyectaba en uno de los grandes recipientes un líquido verde, que no tenía ni idea de que era, pero lo bueno fue que solo hizo eso, y que no se acercaba para hacernos algo malo a mi novia o a mí.

---Su condición empeora.--- logré escuchar a uno de los Doctores mencionar, quién seguramente se refería a Hayden.

---¡Alto!--- alcancé a gritar mientras veía como los Doctores le inyectaban más cosas a Hayden.--- ¡Dejen de lastimarla!, ¡dejen de hacerlo!

Esto no solamente lo hacía por Hayden, ya que después de todo no sabía si considerarla amiga o no, más que todo por todo lo que habíamos pasado antes, pero a pesar de que yo si la considerara amiga mía, también era amiga de Summer, y si ella estuviera consciente en estos momentos, también estaría dando todas sus energías para ayudar a la morena. 

Mientras que gritaba, otro de los Doctores volvió a acercarse a mi dirección, aunque seguramente en esta ocasión si venía por mí, por lo que con la poca energía que me quedaba me convertí y gruñí ferozmente en su dirección, pero basto con una simple patada, muy fuerte, en mi rostro, para dejarme inconsciente de nuevo, al igual que Summer. 

[...]

Summer.

Desperté, después de no se cuanto tiempo, para darme cuenta que seguíamos en lo que parecía ser la guarida o laboratorio de los Doctores. Desperté cuando escuché el fuerte golpe del cuerpo de Hayden ser impactado contra el suelo, a un lado mío, ya que uno de los Doctores le arrojó ahí y se fue. 

Liam estaba inconsciente de mi otro lado, con un leve rastro de sangre saliendo de su nariz, por lo que me daba a creer que lo habían golpeado nuevamente. A diferencia a cuando desperté la primera vez, ahora si podía mover un poco mi cuerpo, por lo que giré con Hayden para ver como se retorcía levemente y tosía un poco. 

El color aperlado de su piel se había ido dejando un color muy pálido, una capa fina de sudor la cubría mientras que unas ojeras levemente marcadas hacían aparición en su rostro. La chica se veía mal, y no solo físicamente, si no que también se veía demasiado agotada, y ni siquiera sabía que le habían hecho los doctores.

---¿Hayden?--- susurré en voz baja, tratando de no llamar la atención de los Doctores, aunque no se vieran cerca.--- Hayden, ¿te encuentras bien?

Sabía que era una pregunta tonto, ella no se veía para anda bien, pero no se me ocurría nada más en el momento. Traté de arrastrarme un poco en dirección a ella, para estar a su altura, pero no tanto porque habían unas cadenas en mis tobillos encadenados a uno de los recipientes del lugar, sí, y yo apenas me daba cuenta de eso.

---Me duele.--- fue lo único que me contesto la chica, entre jadeos, para dirigir su mirada a su cintura, por lo que la seguí.

Hayden tenía la mano sobre su cintura, de la que probablemente tenía una herida que le habían hecho estos sujetos, pero lo extraño de eso, es que no salía sangre de su color rojo característica, si no que ahora era color negro.  Ella se seguía quejando y retorciéndose, y yo no tenía idea de que hacer. 

---Dame tu mano.--- le pedí. 

La chica débilmente me dio su mano, mientras yo la apretaba fuertemente contra la mía.

---Scott hace una cosa, lo he visto, puede quitar el dolor.--- le aseguré.--- Pero yo no puedo hacerlo, ya sabes, al ser humana.--- le contesté con una muy leve sonrisa, aunque quizá pareció más una mueca.--- Pero quiero que en estos momentos trates de olvidar el dolor, respira lentamente, y concéntrate solamente en tu mano junto a la mía, ¿si? No me iré a ningún lado. 

---No es como que tengas otra opción.--- comentó la chica, tratando de bromear un poco, para después dejar escapar un jadeo por el dolor.

---Quizá tengas razón, pero no pienses en eso, si te duele, puedes apretar mi mano todo lo que necesites, en serio.--- le mencioné, mientras asentía en su dirección.

Hayden me vio a los ojos, para después soltar un suspiro y también asentir en mi dirección, con un leve dibujo de sonrisa en su rostro. Sentía como la chica estaba un poco más tranquila pero apretaba mi mano de vez en cuando por el dolor que sentía. 

Y aunque yo pensé que lo apretaría más fuerte, ya que su herida no era nada mínima, en ningún momento lo hizo, así pude entender que Hayden era más fuerte de lo que ella misma pensaba, o que al menos, en verdad esperaba eso, que el dolor estuviera disminuyendo.

Solo espero que el resto de la manada pueda encontrarnos, y que sea a tiempo. No tenemos ni idea de lo que los Doctores puedan hacer con nosotros.

[2] Mía | Liam Dunbar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora