Día 19

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Sólo faltaban las tres 'cosas' de Malfoy, que lucía pensativo desde que Harry completó las suyas.

—Me tomé una poción de cambio temporal de género una vez.

Draco lo soltó, de golpe, cuando llevaban un par de minutos en silencio, desde sus respectivas sillas en el aula abandonada. Él sólo atinó a parpadear cuando lo escuchó.

Le tomó unos segundos entender y ahogar un grito.

—¿Qué?

—Dije-

Lo cortó con un gesto acelerado, errático.

—Sí, entendí. Más o menos —Admitió, boqueando. Lo señaló de pies a cabeza—. ¿Te refieres a que te hiciste...una chica? —Draco asintió. Se mantenía tranquilo, a excepción de un leve tono rosa en los pómulos—. ¿Por qué?

El Slytherin se encogió de hombros, con aparente desinterés.

—Pansy quería ir de compras al Callejón Diagón con una amiga, pero no tiene amigas. Piensa que las demás chicas de Slytherin son arpías venenosas que esperan la menor oportunidad para saltar sobre ella y que la arrojarían a la boca abierta de un Basilisco. Sus palabras, no las mías —Aclaró, rodando los ojos.

—Eso es...—Harry exhaló, reclinándose en el asiento—. Creo que yo no haría eso por Hermione.

—Tampoco es que sea una experiencia que quiera repetir —Le frunció el ceño. Después de un instante, se alisó pliegues inexistentes del pantalón y agregó:—. Aunque las faldas son bastante cómodas.

—Voy a fingir que no escuché eso —Harry intentó no reírse, en serio lo intentó, pero tampoco estaba seguro de cómo reaccionar de otro modo. Se aclaró la garganta y luchó por enfocarse—. ¿Qué más?

Draco echó la cabeza hacia atrás, presionándola contra lo alto del respaldar. Siguió, tras unos segundos, sin mirarlo.

—Nadé desnudo en el Lago Negro, de noche. Una vez. Bajo amuletos de calor, por supuesto.

Merlín. Tenía que ser una verdadera habilidad mágica decir algo semejante con esa voz serena y nivelada.

Harry boqueó durante unos instantes más. Lo apuntó.

—¿Qué? ¿Desnudo? ¿Nadaste desnudo en el Lago?

—Espero que no te lo estés imaginando, Potty —Dio un brinco, emitiendo un sonido que pretendía ser de indignación, al oírlo. Las orejas y mejillas empezaban a arderle.

—¿Qué? ¡No! —Cuando la voz le salió más aguda de lo que le hubiese gustado, Draco se rio. De verdad. No la risa burlona de siempre, una en que apretaba la mandíbula para intentar contenerse, el cuerpo entero le vibraba—. ¡No, es que...! ¿Desnudo? ¿En el Lago?

—Sí, Potty. Nadé desnudo en el Lago.

—¿Desnudo? —Harry no dejaba de parpadear, aturdido.

—¿En serio eso es lo único que captas? —Al enderezarse, lo observó con una ceja arqueada. Tuvo que carraspear y mirar hacia otro lado por un segundo.

—Es que- ¿por qué?

Draco meneó la cabeza y recogió su maletín. Una sonrisa ladeada se le dibujaba en el rostro al ponerse de pie.

—Oh, no, ya dije mis tres cosas de hoy.

—¿Qué? Mal- ¡Malfoy! ¡No puedes decir algo como eso y no contar por qué! —Protestó cuando lo vio avanzar hacia la puerta. Se detuvo bajo el umbral, viéndolo por encima del hombro.

—Claro que puedo. Y es lo que estoy haciendo.

—¡Malfoy!

—¡Hasta mañana, Potty!

—¡Pero...!

—¡Mañana te cuento más! —Lo último que escuchó de él, fue la risa que dejó escapar, retumbando en el pasillo y colándose hacia el salón. Cuando uno lo abandonaba, Miri se desvanecía, pero Harry siguió ahí, solo, aturdido, por uno o dos minutos más.

Un día a la vezWhere stories live. Discover now