Operación: entra y sal del castillo (y no te enamores en el proceso...)

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Había sido como una travesura. No creía que fuese del tipo de travesura que los Merodeadores esperaban llevar a cabo, en su época, cuando empezaron a darle vueltas a la posibilidad que crearía su valioso mapa. Pero seguía siendo una travesura, una que le agradó y que luego se daría cuenta que no le importaría repetir.

Que quería repetir.

Media tarde del domingo. Sin tareas, sin prácticas de Quidditch; el período de exámenes se sentía lejano y difuso todavía, una tortura que desconocían y a la que no prestaban la suficiente atención, el próximo partido de la temporada sería Ravenclaw-Hufflepuff. Nada podía preocuparlos demasiado.

Draco había cumplido sus obligaciones de Prefecto y pasado la mañana metido en las mazmorras, en el laboratorio de pociones, para ser más precisos. Él no podía explicarse qué hacía ahí por tantas horas. Después de mediodía, se reunieron en el aula de siempre para cumplir su castigo rutinario. Esperaron a que Miri se hubiese desvanecido, al llegar al final de este, para hablar de lo que en verdad importaba.

—¿Cómo piensas hacerlo? —Al Slytherin le brillaban los ojos con una chispa que sólo le había visto al planear su falsa discusión, con agresivos balones mágicos de por medio.

Le había preguntado si guardaba uno de sus secretos, Draco le replicó "¿no lo hago ya?". Cuando Harry lo observó fijamente unos segundos, demostrando que iba en serio, asintió y le aseguró que podía confiar en él. Tuvo la sensación de que no se trataba sólo del mapa. Podría haberle confiado lo que fuese a esa persona que tenía al lado y cuya existencia le era imposible, hasta hace unos meses.

—Esto se llama el Mapa del Merodeador —Se lo presentó, después de que hubiesen cerrado la puerta al aula con un encantamiento e insonorizado los alrededores. Presionó la varita contra el papel, Draco se inclinaba sobre uno de sus hombros para ver—. Juro solemnemente que mis intenciones no son buenas.

Encontró divertida la frase, preguntó, insinuante, qué clases de intenciones tenía al mostrárselo y sacarlo del castillo, que no fuesen buenas. Harry sacudió la cabeza y le dio un codazo sin fuerza, como protesta, porque de otro modo, ambos habrían caído en cuenta de que la voz le fallaría.

Podrían haberse escabullido por los pasillos desiertos, esquivado al resto de la Brigada, a Peeves, a Filch y su gata. No era necesario tomárselo como una misión ultra secreta de espionaje mágico.

Sólo que eso fue lo que hicieron.

Se metían a los huecos de los retratos, se mantenían pegados a las paredes, se ayudaban a alcanzar los mecanismos para abrir pasajes detrás de estatuas. El mapa pasaba de manos de uno al otro, apenas iluminados por dos lumos, de una manera en que, hasta entonces, nunca se lo había dejado a ninguno de sus amigos. Despistaron a Peeves con una ilusión, Draco encantó una de las muchas armaduras del castillo para que persiguiese a la Señora Norris, lo que distraía por completo la atención del huraño conserje. No tenían otro motivo que el reírse, en silencio y entre las sombras, de los gritos histéricos de Filch y los escobazos que le daba a la vieja pieza de hierro, pretendiendo frenarla.

Se deslizaron a través de un pasadizo que iba al invernadero, para no estar tan expuestos en el patio y levantar sospechas. Al salir, se ensuciaron de tierra de algunas macetas y el suelo. Draco se quejaba, la risa contenida le distorsionaba la voz, mientras Harry le daba empujones a su espalda desde atrás para apremiarlo a moverse, llamándole "sangrepura mimado" e intentando que hiciese silencio.

Actuaron como si alguien los estuviese siguiendo, pero se olvidaron de ser cautelosos más allá de cierto límite, metros de césped entre ellos y cualquier par de ojos u oídos curiosos que pudiesen hacerse una idea de lo que ocurría un día cualquiera de febrero. Sus risas, sus voces, llenaron un segmento del patio que nadie más ocupaba a esas horas. Se daban empujones débiles, juguetones, sacudían los brazos, se sujetaban de las muñecas.

Un día a la vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora