Operación: ¿has visto al soplón entre nosotros?

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Harry volvió a sorprender a más de uno, dentro de la Sala de los Menesteres, al pasar entre los estudiantes del E. D., para tomar el pergamino con la lista colgado al fondo; en lugar de revisar los nombres, se la tendió a Draco. El chico parpadeó y la recibió, dándole una mirada inquisitiva que juzgaba sus intenciones.

—Llama uno a uno. Con Hermione —Puntualizó, haciéndole una seña a su amiga para que estuviese atenta a quiénes pudiesen dar señales de ser el soplón, por el encantamiento. Se sacó el mapa del bolsillo trasero del pantalón y lo sacudió en el aire. Draco emitió un débil "bien", asintiendo.

La segunda sorpresa se la llevó, de nuevo, el Slytherin, cuando Harry le dio un rápido beso en la mejilla, dejándolo descolocado, y luego se paró frente al resto de los estudiantes.

—Escuchen, por favor. Quiero que permanezcan aquí y contesten a sus nombres, como una sencilla lista para ver quién está y quién no. Véanlo como si Malfoy fuese Snape —Sintió el ligero empujón del aludido en la espalda, seguido de algunas risas entre los demás—, recuerden que tiene el mismo pésimo carácter y nos puede quitar puntos, así que es una imagen mental aceptable...

Draco seguía protestando cuando se apartó para dejarlo llevar a cabo la tarea, arrastrando a Ron consigo hacia una mesa apartada, recién aparecida por la magia de la sala. Notaba el ambiente más tranquilo después de que habló; era mejor si los demás no lo acusaban con la mirada nada más tenerlo ahí, y la broma ayudó para que viesen que no podía ser él.

—¿Qué quieres hacer? —Su mejor amigo se inclinó en el extremo opuesto de la mesa, donde él también lo hizo, después de extender el mapa en medio de ambos, con las palabras correctas. Los primeros nombres, recitados por la voz del Slytherin, llenaban la Sala, justo antes de que contestasen "aquí" o "soy yo".

—Tenemos a más de la mitad de quinto aquí, ¿no? Algunos de cuarto y unos pocos de sexto, conocemos de nombre a casi todos —Recordó, a la vez que recorría el pergamino encantado con la mirada—. Si aquí no está el culpable, es buena idea saber a dónde se metieron los sospechosos de serlo.

—Deben pensar que con no aparecer bastará —Ron asintió.

Diez minutos más tarde, Draco y Hermione se les unían en la mesa apartada. El resto de la Sala permanecía en silencio.

—Ninguno fue —La chica negaba a su cuestión silenciosa.

—¿Segura?

—Completamente.

—Aquí —Draco le tendió la lista. Casi todos los nombres estaban tachados; los que no, se encontraban marcados por un asterisco junto al nombre.

Contó a los Gryffindor y se aseguró, como ya sabía, de que sus compañeros de quinto y cuarto estuviesen ahí, libres de sospechas. El grupo reducido de Slytherin también estaba completo. Faltaba un Hufflepuff; en la lista, su nombre iba acompañado de una estilizada "E".

Se inclinó hacia un lado, apuntando la letra.

—¿Qué significa esto? —Preguntó a Draco.

—Enfermería. Uno de sus compañeros dijo que se cayó de la escoba ayer y todavía no le dan de alta, no encontró forma de escaparse de Pomfrey.

—La enfermería es un buen lugar para escribir una carta contando secretos a quien no deberías —Escuchó que murmuraba Ron, mientras él comparaba las viñetas en la enfermería del mapa con el nombre de la lista. Sí, ahí estaba. No lo libraba de sospechas, pero si podían confirmar la coartada; si el encantamiento no le hizo nada, comprobarían que no era él.

—Creo que faltan algunos Ravenclaw —Observó, en voz baja. Le hizo un gesto a Hermione, sin verla—. ¿Puedes llamar a Luna?

Luna podía aparentar que se la pasaba en las nubes, pero los últimos días, había descubierto que conocía a tantos miembros de su Casa como ellos a los Gryffindor. Y mejor de lo que esperarían.

Cuando escuchó los pasos acercarse, se giró. Las palabras se le quedaron en la punta de la lengua, al ver a Ginny meterse entre él y la Ravenclaw de cuarto, ceñuda.

—Luna no hizo nada.

—Lo sé, Gin —Le bajó los brazos, que había extendido a los costados para mantener la distancia entre ambos. Miró a la otra chica—. ¿Puedes señalar cuáles son tus compañeros en esta lista? No recuerdo si un nombre es de Ravenclaw.

Les tomó alrededor de cinco minutos más diseñar el plan de acción. Un Hufflepuff, tres Ravenclaw; de los últimos, dos estaban juntas, en una parte de la biblioteca. A ellas sí las conocía bien.

Dobló el mapa, sin borrar la imagen del castillo. Hermione lo acompañaría a la enfermería, Ron y su hermana irían hacia el comedor, donde estaba el otro Ravenclaw. Tuvo una leve vacilación al fijarse en Draco.

—¿Tú puedes ir con Luna? —El Slytherin arqueó las cejas al fijarse en la chica, que tenía una sonrisa soñadora pese a las circunstancias. Bufó.

—Ya qué.

Harry tuvo que abstenerse de reír cuando lo vio rodar los ojos. Avisaron a los demás miembros que se quedasen sólo unos minutos más allí y salieron, divididos en tres grupos.

Como les dijo el Hufflepuff, su compañero estaba tendido en una de las camas de la enfermería, adormecido por una mezcla considerable de pociones y con el brazo vendado, mientras la medimagia hacía efecto al recomponer el hueso. Hermione sólo tuvo que verlo para decirle que no era él, le desearon una pronta recuperación y se marcharon, sin hacer ruido.

Tomaron un pasadizo para alcanzar a los hermanos Weasley a la salida del comedor. Ambos menearon la cabeza cuando se acercaron.

—Nada raro —Dijo Ron. Hermione se asomó desde las puertas dobles y confirmó que tampoco era el Ravenclaw.

—La biblioteca —Recordó.

Cuando los cuatro alcanzaron la entrada, ellos ya iban saliendo. Luna caminaba adelante, sonrió al verlos y apuntó a la chica que Draco llevaba del brazo.

Creo que es ella.

Ese "creo" se basaba, por supuesto, en la palabra acusatoria grabada de un extremo a otro de su cara, con granos. Harry la observó boquiabierto, al igual que a la otra Ravenclaw, que intentaba esconderse detrás de ambos para ser menos notada.

—Las dos intentaban quitarle esa cosa de la cara —Aclaró Draco, soltándola. Luego se inclinó hacia ella, de manera que quedaban bastante cerca. Sonrió, encantador—. Espero que no se te quite nunca.

Cho Chang lo miró con los ojos entrecerrados, pero cuando Harry preguntó por qué los intentó delatar, apretó los labios, giró el rostro y no contestó. Dejaron que Hermione les colocase otro encantamiento encima a ambas, para estar seguros de que no podrían hablar, escribir ni hacer insinuaciones acerca del tema, frente a nadie. Después las abandonaron en el pasillo, para regresar sobre sus pasos y decirle al resto del E. D. que no había problema y podían retirarse.

—¿Sabes? —Draco entrechocó sus hombros, a medida que avanzaban—. Tienes pésimos gustos en chicas...

—Ya te había dicho que no estaba seguro de si todavía me gustaba cuando salí con-

—...y mejores gustos en chicos —Cuando lo vio, le guiñó. No le dio tiempo a reaccionar, porque apretó el paso para meterse entre Hermione y Ron, preguntándole a la primera cuál hechizo utilizó para dejarle la cara así.

—No se lo digas, Mione —Pedía su mejor amigo, con expresión horrorizada—, uno no sabe a quién se lo va a echar.

—A ti, por supuesto, ¿a quién más, sino? —Replicaba Draco, elevando la barbilla y apuntando su rostro—. Escribiré "comadreja" en tu cara, para que no se te olvide. Pensándolo bien...eso incluso podría mejorar tu aspecto.

Harry negó, a unos pasos de ellos, y se dijo que todavía tenían una conversación pendiente.

Un día a la vezWhere stories live. Discover now