Un día a la vez

Recompensa: cargalibros Potty

—...puedes llegar antes de que salga y esperarme afuera del salón de Aritmancia.

Draco mostró una sonrisa cuando él entrecerró los ojos.

—No voy a- —El Slytherin apuntó hacia atrás con el pulgar, a la mesa de los Gryffindor. Dean intentaba desayunar, sin quitarse a Seamus de encima, porque estaba recargado en su espalda y con los brazos echados en torno a su cuello. Harry apretó la mandíbula.

Tenía un brazalete brillante alrededor de la muñeca, que le recordaba que hicieron un trato mágico, por decisión del Slytherin. Seamus había actuado la noche anterior, justo cuando él le contó lo que pensaba (sin entrar en detalles), y ese era el resultado.

Maldito honor de Gryffindor.

—Adoro tener a alguien que cargue mis libros —Chocó sus hombros cuando le pasó por un lado, sin la fuerza necesaria para hacerlo a un lado en realidad. Pansy, que iba un paso detrás del Slytherin, ahogó la risa contra la palma de su mano. Después le siguió Blaise, con lo observó con cautela y alcanzó a sus amigos.

Tomó una profunda respiración, se acomodó los libros distribuyendo el peso entre los brazos, la correa de su bolso sobre el hombro, y pidió paciencia a entidades en las que no creía, pero comenzaría a hacerlo si se lo concedían.

—Te he visto hacer levitar tus libros un montón de veces detrás de ti, sin siquiera verlos...

—No es lo mismo —Draco apenas le dedicó un vistazo por encima del hombro. Pansy, que tenía un brazo enganchado al suyo, fue la que habló después.

—Oh, yo también quisiera alguien que cargue mis libros.

—Potty, ¿no quieres cargar los libros de esta pobre chica también?

Cuando ambos lo vieron, él procuró su mejor sonrisa.

—Váyanse a la mierda los dos.

Para su sorpresa, Pansy se echó a reír. Cuando no se burlaba de alguien, tenía una risa suave y ligeramente tintineante. Al andar, le hablaba en voz más baja a su compañero Slytherin, apoyando la cabeza contra su hombro por momentos. No creía haberlos visto tan juntos desde el Baile de Yule.

Pero no eran pareja. No lucían como pareja.

De forma vaga, pensó que le recordaba un poco a cómo se veía él con Hermione, cuando a su amiga le daban ganas de abrazarlo.

—Está bien —Pansy asintió un par de veces, de forma distraída—, me conseguiré un novio que cargue mis libros por mí.

El comentario encendió una alarma dentro de su cabeza de inmediato.

—Yo no soy su-

—Lo sé —Fue Pansy quien lo miró por encima del hombro esa vez. Le sonreía. Tampoco le había sonreído nunca—. Si fueses su novio, jamás dejaría que te acerques tanto a nosotros. Pero sabemos que han estado...—Vio a Draco, luego a Blaise, como si buscase una respuesta en ellos, que ninguno le dio—. Conversando. Sí, han estado conversando. Y eso es bueno.

La siguiente sorpresa, poco antes de alcanzar el salón, fue el suspiro de Blaise.

—Llevamos años diciéndole que sólo debía hablar contigo —Aclaró, con una suavidad que tampoco se imaginó que utilizaría para hablarle. Era un día de sorpresas—. Es un testarudo.

Cuando los dos Slytherin entraron primero, Harry hizo ademán de regresarle sus libros. Draco meneó la cabeza y apuntó dentro del salón, haciéndolo resoplar.

—Te odio —Susurró, al pasarle por un lado.

—El sentimiento sigue siendo mutuo —Draco volvió a sonreír, convirtiéndose en lo que sería la imagen de la perfecta inocencia, sino fuese por la malicia en sus ojos.