Día 36

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—Quiero hablar contigo sobre algo.

Draco se detuvo bajo el umbral de la puerta por unos segundos. Podía tener varias razones para hacerlo; que Miri se materializase sólo cuando ambos estaban dentro del aula, que Harry estuviese tendido sobre una manta en el suelo, cómodamente instalado desde hace una media hora, que tuviese unos audífonos puestos y un discman encima, o que estuviese vaciando un bol de palomitas de maíz casi sin mirarlo. O la combinación de todo esto.

—¿Qué pasa aquí? —Medio sonrió al dejar el maletín a un lado, recargado en la pared y sobre una silla en desuso que no aguantaría más peso que este. Caminó hacia él, abandonó la túnica del uniforme doblada sobre el respaldar de otra silla, y se sentó a un lado.

—Palomitas de maíz —Harry le ofreció el segundo bol—. Tuve que llamar a cierto elfo amigo mío para pedírselas. Y me dijo algo muy extraño cuando vino, ¿sabes?

Lo escuchó, a través de la música de Oasis, emitir un breve "¿hm?" desinteresado. Acababa de llevarse una palomita a la boca, mascó, luego tomó un puñado de ellas.

—Me encantan —Sacudió la mano con palomitas en el aire y siguió comiendo. Harry contuvo la risa frente a su expresión maravillada, que lo hacía ver como un niño pequeño ante su más reciente descubrimiento.

—Malfoy —Otro "¿hm?" y se fijaba en él por fin—, algo estuvo asustando a mis tíos y siguiendo a mi primo gran parte del día, para molestarlo. Algo que puede hacer magia y no se deja ver.

Él ralentizó sus movimientos, conforme comía palomitas; más allá de este detalle, nada en su postura o rostro cambió.

—Tal vez tengan un poltergiest como Peeves en casa, ¿no lo has pensado?

—O alguien mandó un elfo libre a molestarlos, aun cuando le dije que no.

Asintió, despacio, mientras masticaba. Se comía de una palomita a la vez.

—Es una gran posibilidad —Lo señaló con la siguiente palomita que se llevaría la boca.

—Malfoy...

—¿Qué? —Parpadeó un par de veces, con aparente inocencia. Harry rodó sobre su estómago, dejando el aparato de música de lado, y se recargó sobe los codos para mirarlo.

—Detente. Son muggles y están asustados, no entienden lo que haces.

—Tú también debiste estar asustado viviendo con ellos y eras un niño. Están grandes, que resuelvan —Giró el rostro y continuó comiendo, como si no acabase de decir nada importante.

—Malfoy-

Él dejó el bol de lado y bufó.

—Sólo- cuando vuelvas por el verano, te tratarán mejor, o pagarán las consecuencias. ¿Cómo puede ser eso malo?

—¿Esa es tu forma retorcida de cuidarme? —Harry esbozó una sonrisita divertida cuando lo vio rodar los ojos.

—Cállate.

—Oh, vamos, estás intentando ser bueno...—Le pinchó un costado y se rio al recibir una palomita como respuesta, arrojada contra la cara.

—Yo no soy bueno, soy un Malfoy. La primera parte de mi apellido significa "malo", literalmente.

—Pero intentas que ellos me traten mejor-

—Ni lo menciones.

—Admite que no me odias tanto como quieres creer.

—Te odio mucho más de lo que crees.

—No harías eso por alguien que odias.

Un día a la vezWhere stories live. Discover now