Kaminari Denki

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Primeras palabras

...

Unas cortas pero anheladas vacaciones finalmente reposaban en las manos del joven héroe y, curiosamente, su primer día lo estaba disfrutando en una simple, pequeña y acogedora cafetería que se encontraba cerca del modesto departamento en el que comenzó a vivir, pese a que no pasaba tanto tiempo en él y se notara a simple vista lo descuidado que estaba. Pero aquello no tenía relevancia.

Su atención estaba centrada en los pequeños y numerosos copos de nieve que caían lenta y suavemente en las aceras cubiertas por una capa gruesa de la misma, dando una sencilla pero linda vista al joven rubio, quien suspiró sonoramente mientras que se encogía en su bufanda. Aún dentro del local el frío se encargaba de traspasar sus ropajes abrigadores.

Denki nunca fue un fiel fan del café, pero, para aquellos momentos, el olor puro del café que paseaba entre las paredes del lugar le parecía placentero y relajante. Inclusive los leves murmullos de las pocas personas que se encontraban allí brindaban un ambiente suave y tranquilo.

Su vida de héroe era complicada, pero llena de adrenalina. Había aprendido desde su salida de U.A. a trabajar solo, perfeccionando a base de experiencias muchas situaciones, algo que agradecía profundamente a la hora de que llegase a pasar un caso parecido. Su vida poco a poco estaba siendo moldeada por madurez y responsabilidades pero, nunca perdió su toque divertido y bromista que siempre le había caracterizado. Todo aquello enlazado con la mano de su carrera de héroe, su mayor sueño.

Sonrió ladino; recordando todos los momentos al lado de sus compañeros y amigos, a aquellos que con suerte, podía saludar y mantener contacto.

—Muy buenos días. ¿En qué puedo ayudarle?

Alarmado, salió de sus pensamientos. Miró más calmado a la joven que esperaba atenta una respuesta. Nervioso, tomó el menú que se encontraba frente a él y que, desde su llegada, no le había dado un vistazo. Se le hizo agua la boca ante tantas opciones deliciosas en la sección de postres.

—Una... Tarta de vainilla estaría bien —apuntó, dirigiendo su mirada a la joven quien rápidamente anotaba la orden en una pequeña libreta.

—¿Algo más? —preguntó amablemente.

—No, con eso es suficiente.

—En seguida lo traigo.

Por alguna razón, su mirada siguió a la joven, sin embargo, le pareció curioso que el joven chico al cual debía darle la orden, le murmura cosas que no llegó a entender, pero que pudo deducir al ver su rostro lleno emoción, confirmando sus sospechas cuando sus ojos brillosos le miraron de soslayo, zarandeando a la joven mesera.

Algo a lo que se estaba acostumbrando en su nueva vida, era a mantener un perfil bajo para evitar casos en los que los fans, dejaran a plena vista su presencia. Quizá no tenía una gran fama como su compañero Bakugō o Midoriya, pero al cumplir con su deber de forma seguida su rostro ya no era uno que podía pasar desapercibido entre multitudes. Sin embargo, no le dio relevancia.

—Aquí tiene.

—Esto... No he pedido un café, señorita —informó confuso, frunciendo el ceño a la joven, quien sólo sonrió levemente.

—Es cortesía. Hoy nuestro negocio está cumpliendo su primer aniversario. Estamos regalando nuestro café especial; puede quedarse con la taza si lo desea —explicó sonriente, con amabilidad acariciando cada una de sus palabras.

—Ya veo. Discúlpeme, señorita... __________ —completó tras leer el nombre en el modesto y lindo identificador en su uniforme.

—No se preocupe. Que lo disfrute. —Dicho aquello, la joven fue atender a un nuevo cliente.

My Hero Academia x LectoraWhere stories live. Discover now