18. Especial

15.1K 1.3K 6.1K
                                    


Este es aún más largo que el anterior. 😔😔😔👊🏻👊🏻👊🏻💋

🌈

Jaehyun cumplió puntualmente su promesa de llevarme a casa, y a pesar de que intentó hablar conmigo y hacerme reír con una que otra anécdota de su antiguo instituto para que las cosas fueran menos tensas entre nosotros, no podía sacarme de encima la sensación de que algo andaba mal.

   ¿A dónde fue Jeno? me pregunto a la par en que pienso, ¿y a mi qué demonios me importa? Pero creo que no puedo fingir desinterés cuando el muy maldito me importa más de lo que me gustaría admitir. Incluso hasta maldecirlo en mi mente me sabe mal. No sé en qué momento me hice vulnerable a Lee Jeno pero ojalá haya algún tipo de remedio porque de lo contrario estoy perdido. Esto apesta.

   —Vamos a regresar a la fiesta, ¿verdad?

   El auto se detiene frente a mi casa y Jaehyun cuestiona mientras pasea con timidez las manos por el volante. Suelto un suspiro cansino y pierdo la mirada en la ventana. Las farolas de la acera no se encenderán hasta más tarde y la calle está literalmente oscura, pero no me representa conflicto alguno, pues la oscuridad en realidad nunca me ha dado miedo. A pesar de que hoy nadie me espera en casa, no siento que me afecte. Nada de lo anterior tiene comparación respecto a la persistente angustia que domina mi interior.

   ¿Qué tan tonto y estúpido es llamar a Jeno para que me diga dónde está? Seguro bastante, considerando que todavía tengo miedo de preguntármelo directamente a mí mismo. Me aterra pensar que le pueda pasar algo, pero también me asusta continuar alimentando este sentimiento de preocupación y dependencia hacia él. Ciertamente Jeno ya no es niño, sabe lo que hace y las consecuencias que tienen cada uno de sus actos.

   Y, ¿entonces? ¿Por qué siento la necesidad imprevista de protegerlo de todo y de todos si sé que él es capaz? ¿Será que el único que está mal aquí soy yo?

   Sacudo la cabeza para interrumpir el flujo de mis impertinentes pensamientos y en el proceso miro de reojo a Jaehyun, finalmente sintiendo un poco de valor para enfrentarlo. No luce enojado, sólo un poco contrariado por la forma tan abrupta que tuve de cambiarle los planes. Debe de estar confundido, el pobre chico acaba de llegar al instituto hace apenas unos meses y por nuestras actitudes, de seguro ya piensa que todos aquí estamos locos.

   —Regresemos solo por un rato, ¿sí? —sonríe y sus hoyuelos en las mejillas se marcan con simpatía—. Prometo hacerte más bebidas. Tengo otras recetas que seguro te encantan.

   Puedo ver que está dándome toda su atención, porque quiere que regresemos a la casa de Yukhei y nos la pasemos bien. Y es eso último lo que no entiendo, ¿Por qué de todos tengo que ser yo? Es decir, ¿De verdad le gusto? No lo sé, no tiene sentido. Paseo la mirada por su cara y noto lo ridículamente atractiva que es. Fijo mi atención en sus labios, que son delgados y rosados, y luego en su cabello castaño que parece resplandecer con brillo propio. En conjunto luce como el típico chico guapo y educado que quisieras tener como cita y presentárselo a tu madre. No es una casualidad que medio instituto esté loco por él.

   No termino de comprender que es lo interesante de estar conmigo, sino puedo ofrecerle más que indiferencia y muecas raras.

   Tal vez le gusten los desastres. Tal vez le gusta que lo traten mal. Esa es la única explicación convincente que encuentro.

   —No tengo ganas de regresar —respondo tajantemente, mientras me encojo de hombros, procurando lucir cansado para ser más concluyente—. ¿Te molesta?

   —Lo prometiste.

   —Lo siento, pero de verdad ya no quiero volver.

   Jaehyun aparta las manos del volante y con una expresión comprensiva, pone una de ellas sobre mi muslo derecho.

Extraño |NoMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora