Capítulo final

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Mis padres insistieron con la idea de un nuevo instituto. Yo por mi parte, no estaba realmente seguro de que era lo que quería. Parecía irreal que el lugar en donde me habían sucedido tantas cosas buenas, ahora no fuera más que un borroso suceso de mi vida que debía borrar por mi propio bien. 

   Sus argumentos para convencerme, aunque no me los dijeran, eran buenos. Temían que pudiera ser objeto de la burla pública, a pesar de que los comentarios maliciosos por redes sociales habían cesado casi por completo. Nunca agradecí tanto que la juventud fuera tan desinteresada como hasta ese momento. No obstante, el miedo era latente. Incluso el director Kim, cuando nos citó para hablar sobre temas específicos nos dijo que la escuela estaba en la mejor disposición para transferirme a cualquier otro lugar, si es que ese era mi deseo.

   Él tampoco lo dijo, pero era obvio que no quería problemas. Con la madre de Renjun (la única que asistió al citatorio) fue menos indulgente. Le dijo que su hijo había perdido toda oportunidad de conseguir una beca, y peor aún, de volver a matricularse para cursar el tercer grado.

   No parecía muy contenta con la noticia, pero no renegó mucho por ello. Le pidió a mis padres otra disculpa y a mí me dio un mirada cargada de lastima. No entendí exactamente por qué, pero creo que ella piensa que al igual que su hijo, acababa de arruinar mi vida.

   Y bueno, quizá tuviera razón, pero no exactamente por las causas que ella pensaba.

   A Renjun no lo vi después de la graduación. Intenté llamarlo y escribirle mensajes, pero no buscarlo. No tuve el valor suficiente para hacerlo. Si él realmente no quería verme entonces debía respetar su decisión y tomar mis distancias.

   De esa manera, el chico con el que compartí parte de mi infancia y casi toda mi adolescencia, se convirtió en un extraño para mí.

   Fue duro entenderlo y creo que hasta la fecha todavía me cuesta asimilarlo. Eso no quiere decir que me torture o que piense en ello todo el tiempo, más bien es la costumbre y el anhelo lo que me hace terminar acordándome de él. No pensé que la frase "uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde" me quedara tanto en algún momento de mi vida. Jamás imaginé que extrañaría hasta el detalle más insignificante de nuestra amistad. No dimensioné que el pijama ridículo que conseguimos juntos en aquella convención o que los video juegos con los que solíamos pasar la tarde, un día me hicieran llorar tanto.

   Renjun llegó para marcar mi vida de una forma en que nadie más lo hará. Compartí con él los momentos más felices y desgraciados de mi existencia y me escuchó cuando nadie más estaba dispuesto a hacerlo. Y si bien es cierto que la rabia y el rencor inundaron su corazón, mantengo la firme esperanza de que sabrá redirigir su vida y remplazar la desgracia y el odio, por sentimientos más cálidos y agradables.

   Confío en que sabrá salir adelante y que al igual que yo, guardará los momentos más felices. Que su destino será prometedor y que su inteligencia lo llevará a tener un gran futuro.

   Porque eso es lo que los mejores amigos hacen. Preocuparse por el otro y desearse siempre lo mejor.

   Así que, dado a las circunstancias y a que mi corazón aún estaba resentido por las heridas, la posibilidad de matricularme en otro instituto ya no me parecía tan mala. Había uno cerca de donde mis padres trabajaban y aunque era más pequeño que el anterior, seguía siendo decente. Investigamos las fechas de inscripción y después de un riguroso examen, fui admitido para cursar el tercer grado.

   Por obvias razones tuve grandes problemas para adaptarme. Nunca fui del tipo que pudiera iniciar una conversación o convivir con demasiadas personas sin sentirme fuera de lugar. Renjun se limitó por mucho tiempo a ser mi único contacto e incluso él fue el primero en hablar conmigo. Pero no fue hasta ese punto que realmente me sentí arrepentido de no desarrollar mis habilidades de comunicación. Pues contra todo pronóstico no me gustaba estar solo. Porque cuando lo hacía, me dedicaba a añorar cosas que ya no existían o a pensar cuestiones que terminaban por entristecerme más.

Extraño |NoMinWhere stories live. Discover now