33. Fractura

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Jeno

"¡Maldita sea ella no es tu madre!".

   Sus palabras rebotan dentro de mi mente. De lado a lado, estrellándose con violencia, para tomar impulso y volver a chocar entre ellas. Rápidas, violentas, certeras. Como relámpagos de entendimiento que iluminan por segundos mi conciencia, pero que después desaparecen, dejándome en penumbra. 

   "Ella no es tu madre, Jeno, por eso siempre te ha tratado mal. Por eso nunca te ha querido".

   Jaemin es la persona a las que más amo en este mundo. Por ende, él sabe que las cosas con mi madre jamás han andado bien. Él entiende que nuestra relación es más frágil y fría que la porcelana.

   Y por eso mismo no entiendo porque me está diciendo esto, justo ahora.

   Llevo las manos hacia mi cabello y tiro de mis mechones con fuerza, buscando estabilidad en el dolor físico. Deseo aferrarme a algo, lo que sea, con tal de que me haga mantener la cordura, no importa lo que tenga que hacer.

   La respiración se me acelera y lo que vivo parece una ilusión, ¿Cómo no podría la única mujer a la que conocí durante toda mi vida como mi figura maternal no serlo en realidad?

   Además, ¿Mandarme lejos? ¿A dónde? ¿A qué se refiere con eso?

   No, definitivamente tiene que ser una mentira. La peor de todas. Pero, Jaemin me lo había dicho con tanta seguridad, de una manera tan tajante e inesperada, que ni siquiera tuve tiempo de reflexionar apropiadamente mis palabras. Al igual que el pánico que desbordé sobre él, dije cosas que no debí decir.

   No es hasta que veo sus preciosos ojos llenarse de lágrimas y sus manos temblando en un esfuerzo por aferrarse a mi brazo, que comprendo el daño que le he hecho.

   Mentir, tú sólo sabes mentir.

   Simples palabras que aturdieron mi razón, pero que destruyeron su juicio en un segundo. Retrocedo sobre mis pasos y lo miro fijamente desesperado por gritar: no mi amor, jamás quise decirte eso, jamás quise hacerte sentir responsable de lo desgraciada y enrevesada que es mi vida.

   Pero no puedo hablar, no puedo ni siquiera reconfortarlo. Porque es imposible que un corazón que está roto pueda reconstruir a otro que de a poco, se desmorona en mil pedazos.

   Veo que hace un último intento por tocarme, pero yo no puedo continuar. Ahora temo de mí mismo y el sólo pensar en que pueda agravar sus miedos por mi propia cobardía, me destruye por completo. Cometí un error y estoy tan confundido y herido que lo único que se me ocurre es escapar, sin importar que Jaemin dice mi nombre con desespero. Sin entender que de hecho, cometo un error aún más grande al dejarlo atrás.

   Es verdad que Renjun nos hizo pedazos en público. Que la forma en como nos exhibió a ambos fue la más ruin. Pero también es cierto que todo esto es gracias a la poca habilidad que tuve para manejar las cosas. Si tan sólo hubiera terminado con él en el momento en que empecé a enamorarme de Jaemin, nada de esto estaría pasando.

   Un error tras otro, eso es lo que he estado haciendo últimamente.

   También sé que debería consolarlo, que debería ser su soporte, tal como él lo ha sido conmigo en incontables ocasiones. ¿Qué clase de chico soy para Jaemin? ¿En qué clase de novio me he convertido? Sino he hecho más que darle problemas y arrastrarlo a la miseria que vivo todos los días. Más que humillado Jaemin debe sentirse herido por haber perdido a su mejor amigo. Merece que lo estreche entre mis brazos y le susurre al oído que todo estará bien, que las tormentas por muy fuertes que sean, nunca son eternas. Pero en este momento no me creo capaz ni de soportarme a mí mismo. Hasta hace pocos minutos creí que el matrimonio de mis padres era el único acierto en nuestras vidas. Y al ver las fotos de mi madre besándose con otro hombre, todo lo correcto se volvió una equivocación.

Extraño |NoMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora