Capítulo 26: James

55 4 0
                                    

Sam.

La primera vez, los oficiales habían ido a casa y tomado mi declaración la tarde del sábado, precisamente luego de que llegué de la casa de Tif me encargué de informarle todo lo acontecido a papá, excluyendo claro, la aparición de Luka. No sabía cómo podría reaccionar ante la noticia de que él estaba allí, por lo que preferí omitir el detalle, pese a que gracias a él tenía la oportunidad de estar aquí hoy.

Como es de esperar, papá enloqueció. Sabía que mi recién recuperada libertad ya estaba yéndose derecho al desagüe de nuevo, pero no podía hacer nada. Ambos sabíamos bien que no había sido culpa de Miranda, sin embargo, las cosas ameritaban medidas más drásticas.

Les relaté que decidí salir un momento al jardín del costado de la casa y cómo el sujeto en cuestión aprovechó para atacarme. Me esmeré en explicarle a mi padre frente a los oficiales que estaba completamente segura de que no había sido Luka quien me atacó, ya que el monumental cuerpo de aquel sujeto distaba mucho del delgado y atlético de Luka.

De alguna manera necesitaba brindarle un apoyo a Luka si llegase a sucederme algo más...Severo, donde sea incapaz de testificar. Esperaba, o más bien, imploraba no llegar nunca a tal extremo, pero nunca estaba demás dejarlo por escrito. Se lo debía después de todo.

No sabía exactamente cuándo había comenzado a creer en él, no con tanta seguridad e inexistentes dudas. Suponía que sucedió en el momento exacto que casi murió delante de mí, ningún teatro llegaría tan lejos.

Papá se encontraba en total desacuerdo con mis palabras, alegando que el susto del momento pudo confundirme, no obstante, el no estuvo allí. Y realmente no lo culpaba, de no haber vivido todo aquello en dos oportunidades seguramente estaría de su lado; el lado donde me gustaba creer que dos personas no tenían por tope de fantasía sexual matarme. Supongo que la parte medianamente buena era que realmente no eran dos personas detrás de mi trasero al final del día, sino más bien una, o una y media, no estoy del todo segura con las actitudes de Luka cuando se pone la luna.

El domingo por la mañana recibí la segunda visita de los cuerpos policiales, pero por primera vez, la causa de su presencia no era yo. Los desesperados padres de Cindy habían decidido involucrar a la policía.

Desde el viernes nadie ha sabido dar razón sobre Cindy.

Entré con Tif a mi aula de clases correspondiente, la chica estaba radiante de felicidad todavía desde la noche de la fiesta. Para ella, había sido espectacular con Liam, para mí había sido una noche que prefería enterrar.

Tomé asiento junto a la pelirroja en la fila del medio del salón y en los primeros puestos. Mi amiga no paraba de parlotear lo dulce que era Liam y lo excelente besador que había resultado ser. Y en verdad estaba feliz por ella, no deseaba para nada estropear el buen ánimo que por lo menos una de las dos mantenía, pero no tenía cabeza para eso ahora mismo.

Me encontré asintiendo idiotamente como si en verdad estuviese prestando atención mientras observaba el pupitre de madera oscura o las paredes de color crema cubiertas de afiches y carteleras.

Un par de minutos más tarde, la campana advirtió el ingreso a clases y la corriente de estudiantes comenzó a manar apresuradamente por la angosta puerta. Por el rabillo de mi ojo vi a una bolita rubia acercándose a mi dirección, e inmediatamente supe que mis amigas habían llegado. Salude a Linda y a Cami, preguntándole al par si tenían alguna noticia de Cindy.

Cami negó con la cabeza y Linda frunció el ceño mientras nos explicaba que los padres de Cindy la habían vuelto a llamar ayer para saber si se había intentado comunicar con alguna de nosotras. Todas estábamos demasiado inquietas, y particularmente yo, tenía un terrible presentimiento en mi pecho.

ObsessionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora