48.

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Impura.

Época actual.

Algo andaba mal con Sole, todos lo notaron.

Desde la visita rápida de Gabriel su ánimo había decaído, ni siquiera Marcelo sabía lo que ocurría con ella, era como si hubieran abierto una brecha entre ambos, como si fuera otra persona.

Ella sentía que estaba a punto de un colapso nervioso, solo semanas. Su felicidad solo había durado semanas, había vuelto a ser la misma de antes por un corto período de tiempo y había funcionado, había sido como un sueño hermoso. Había sido la vida que siempre soño junto a él, o eso creía ella.

Gabriel había vuelto luego de meses de ausencia, ella realmente se había convencido de que todo aquello había sido superado por ambos, pero no. El regresó a alterar su perpetua paz y por unos minutos fue como regresar a ese periodo de tiempo en el que habían estado juntos.

Sole no sabía que hacer, su conciencia le dictaba hablar con sinceridad ante Marcelo, retomar los planes que habían dejado pendientes años atrás, casarse y reanudar su familia.

Pero estaba Gabriel, el no merecía todo el dolor que ella estaba causándole, no sabía que hacer, cualquier acción que tomara terminaría en dolor, no había manera de minimizarlo.

Esa noche sus amigos mas cercanos y familiares se habían reunido para recibir la noticia que la pareja quería compartirles, o al menos uno de ellos.

Sole deseaba hablar a solas con Marcelo y poder decirle todo aquello que guardaba en su pecho, pero desde horas atrás el se había desaparecido, cuando por fin lo encontró, un nudo en su garganta le impidió hablar, Marcelo había organizado todo aquello para sorprenderla, era simplemente hermoso.

Mesas perfectamente distribuidas, floreros llenos de peonias blancas, pequeñas luces iluminando todo a su alrededor y luego estaba el, Sole quiso reír por verlo así, sabía que el odiaba los trajes, sin embargo se veía tan guapo.

-¿Que es todo esto, Marcelo?- preguntó ella casi en un susurro.

- Nuestra noche especial, quise quitarte algo de peso de encima y la organice yo solo... bueno con algo de ayuda de tus hermanas y Sonia.-

Sole no pudo decir nada más, se abrazó a el con fuerza buscando sentirse en casa, sentirlo suyo.

-Yo no merezco todo esto...-

Marcelo la apartó con suavidad, le había dado espacio los últimos días, quería que fuera ella quien decidiera hablar con el sobre Gabriel, aquella noche el no había estado presente pero sus empleados no dudaron en contarle sobre la visita del pintor y de lo estrecha que se había vuelto su amistad en los años que el no había estado, incluso Gala y Sonia lo comentaron, ellas nunca había notado algo más que una amistad, pero Marcelo no era tonto, sabía que Gabriel deseaba mucho más de ella.

-¿Que ocurre, Sole? Desde hace días noto que algo anda mal.-

Ella no pudo verlo a los ojos, no podía soportar que aquella mirada de amor, de adoración la viera con algo similar al desprecio, pero su conciencia no la dejaba en paz, no podía permitir dar ese paso que tanto deseaba, no con ese enorme secreto que la carcomía por dentro.

-¿Tu me ves como la misma persona de hace 5 años?-

Marcelo no entendía lo que ella quería decir, pero la mirada de Sole era la misma de aquella jovencita que conoció mucho tiempo atrás, una mirada atormentada por la culpa, lastimada por el amor.

-Claro que no. Eres otra mujer, una madre amorosa, una empresaria que no deja de sorprenderme, eres mi mujer.-

-¿Crees que soy buena? ¿Qué no cometo errores?-

Amor bajo llave.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora