Capitulo 24

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NicoR: NO, todo lo contrario, Dánica –Se acercó a ella- Estas bellísima, hermosa, te vez espectacular –Sonríe-.

Dánica: -Sonríe- Gracias, ¿Nos vamos?

NicoR: Por supuesto –Volteo a donde estaba Camila y los demás- Hasta luego, feliz noche a todos, un placer conocerlos.

Camila: El placer es nuestro, tengan mucho cuidado, y no regresen tan tarde.

Dánica: Tranquila madre –Se acercó a Camila y le dio un abrazo- Te quiero.

Camila: Te quiero mas hija –Le susurro en el oído- No dejes ir a este hombre, es perfecto para ti –Dánica le sonrió, volvió a donde Rosberg y salieron de la casa-.

Vía al restaurante

NicoR: Casualmente combinamos nuestras ropas.

Dánica: -Lo miro- Tienes razón –Sonrió- no había detallado eso, ¿A qué restaurante iremos?

NicoR: A unos de mis restaurantes favoritos de comida catalana.

Dánica: ¿Cómo es que es tu restaurante favorito? Si vives viajando de un país a otro por la Fórmula Uno.

NicoR: -Miro a Dánica- Si, yo siempre vengo a España, -Volvió a mirar al frente- recuerda que tenemos aproximadamente 4 meses de vacaciones, corremos hasta noviembre y volvemos en marzo del siguiente año, en esas vacaciones siempre me vengo a España, es un país que amo, me fascina veranear en Ibiza es mi lugar favorito, junto con las playas de Valencia, amo la comida catalana y española y Vinòmic Restaurant es especialista en eso, aquí en Barcelona están los mejores restaurantes de comida de España, ¿No sabias eso?

Dánica: Vaya, que sorpresa, un alemán fascinado por España, realmente no tenía la menor idea de tus gustos y menos que amabas a España, y yo debo decirte que de España no se mucho, jamás he ido Ibiza, ni a Valencia, por lo tanto, no se mucho de España –Sonríe- Increíble cierto, crecí aquí, pero hice mi vida en otro lugar.

15 minutos después llegaron al restaurante Vinòmic Restaurant, Dánica se sentía nerviosa al lado de Rosberg, por alguna razón el simple hecho de escuchar su voz era para ella era excitante, su piel se erizaba, sus mejillas se enrojecían, sus pupilas se dilataban, lo increíble era que él aun no le había puesto un dedo encima, parecía mentira que dos personas que han tenido tantas diferencias, se pudieran llevar también en una cena.

Entraron al restaurante, y se sentaron en la mesa que había reservado Rosberg, estaba al aire libre bajo la luz de la luna y con una privilegiada vista de gran parte de Barcelona, cenarían Samfaina, Fricandó y arroz, acompañarían con un buen vino tiento de 1970.

NicoR: ¿Te gusta el lugar?

Dánica: Es un restaurante bellísimo –Miro a su alrededor- y lujoso, la vista que tenemos aquí es sencillamente espectacular, jamás había venido a este lugar, debo confesarte que ni sabía de su existencia, me has sorprendido.

NicoR: -La miro y sonrió- Sorprenderte era la idea, ahora cada vez que pases por aquí recordaras que cenaste un día conmigo, con este hombre que no soportas –Tomo un poco de vino y la miro-.

Dánica: Nico nunca pensé que podíamos pasar un rato a solas sin discutir, te ves tan caballero –lo miro- sinceramente no entiendo porque nos llevamos tan mal, aun trato de entenderlo y no encuentro explicación para ello.

NicoR: -Sonríe- Esas con cosas que pasan Dánica, quizás el ambiente del trabajo o el entorno junto a las personas que hacen vida allí, son un factor indispensable para que nos peleemos, otra cosa yo soy un caballero en todo el sentido de la palabra, mi padre Keke me enseñó a respetar y amar a una mujer, ustedes son lo más bello que existe en el mundo, a pesar de sus caracteres y particularidades en general –Se ríe-.

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