Capítulo 1

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8 de marzo del 2019

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8 de marzo del 2019

—¡Ha llegado la novia! —grita una de mis empleadas.

Inmediatamente chequeo por décima vez mi iPad, dónde organizo los detalles que cada boda necesita. Reviso la hora y estamos a tiempo. La música comienza a sonar y la hermosa morena comienza a caminar hacia al altar, acompañada del canoso de su padre.

Dirige su mirada hacia mí y muestra su perfecta dentadura. Está feliz y satisfecha con mi trabajo, eso está comprobado. Sin embargo, no bajo la guardia. Todavía falta la fiesta y hasta que los novios no estén en camino a su luna de miel, mi trabajo aún no culmina.

Enfoco mi atención al novio, veo que se limpia una de las cuántas lágrimas que comienza a derramar, logro ver que la hermosa novia le hace seña para que deje de llorar, no quiere arruinar su maquillaje al acompañarlo en el llanto. Por suerte, nadie aparece a interrumpir la ceremonia y los novios dicen sus votos a medida que se colocan los anillos. Finalmente dicen acepto y luego del gran beso se escuchan los aplausos.

Me giro rápido hacia mi asistente, Charles. Este me mira con los ojos muy abiertos, con los nervios a flor de piel.

—Charles ¿está lista la limusina?

—S-si señora —su voz tiembla al igual que sus manos.

—Charles, no te olvides de respirar profundo ¿sí? No puedes desmayarte en esta boda también.

—Lo-lo sé señora, es que temo arruinarlo todo —se muerde una y otra vez los labios.

—Si te desmayas, lo arruinaras todo. Compórtate.

Me giro a tiempo y le sonrío a los novios que vienen en mi dirección.

—Julia y Eric, —abro mis brazos — mis felicitaciones.

—Camille, nuestra boda es un sueño hecho realidad —me dice la novia.

—Es mi trabajo, me alegra mucho que les haya gustado —estrecho sus manos—. Muero por ver sus caras al llegar al salón de fiesta —sonrío.

—¡Una foto con los novios! —exclama una de las damas de honor. Ambos van hacia la multitud que no para de felicitarlos.

—Jefa, tenemos un problema —alarma Karin, mi socia encargada de la decoración de las bodas. Lleva su cabello corto, color chocolate y las puntas con un tono miel, suelto y liso; su maquillaje es sencillo pero sus ojos marrones resaltan al igual que sus labios rojos.

—¿Qué ocurrió? —borro la sonrisa de mi cara.

—Llevaron las flores equivocadas al salón de fiesta.

—¿Qué flores dejaron? —trato de decir lo más bajo posible para que nadie escuche el descontrol.

Cera de Geraldton blancas.

Amor entre Bodas © (#1) ✔️Where stories live. Discover now