Camille Rotford es una importante organizadora de bodas, conocida en una pequeña ciudad de Australia. Sin importar el corto tiempo que a esta mujer le dan, crea las mas asombrosas bodas que podrán ver en sus vidas.
Lo mas irónico es, que Camille no...
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19 de septiembre del 2019
Días anteriores había estado encargándome de los últimos detalles de la boda, antes de tomar un vuelo con destino a la India. Nicholas estuvo pendiente de mí durante todos estos días y siendo sinceros, nos costó separarnos. Karin y Richard quedaron en alcanzarme al día siguiente, mientras que mi presencia es esencial para comenzar a verificar los preparativos para la boda hindú.
Dan las indicaciones de que en breves minutos vamos a aterrizar en el aeropuerto de Agra, así que arreglo mi asiento que lo tenía reclinado a recto, coloco mis lentes de sol y observo por la ventana las nubes que hay a mi alrededor.
Viajar sola y en avión me trae recuerdos agrios, no lo hacía de esta forma desde hace casi tres años. Despejo mi mente de estos pensamientos negativos y me concentro en todo lo que he recorrido estos años de forma independiente. Todavía me cuesta creer que mi nombre ha superado fronteras y que esta mujer haya puesto en mis manos el momento más importante de su vida, a pesar de estar en una gran distancia.
Pienso en los amigos que he ido formando durante todo este tiempo y en lo tonto que fue no confiar en ellos desde un principio, pero las secuelas de una mala relación de amistad me pasaron factura y temo decir que a veces quedan residuos de esta mala experiencia, pero no me voy a dejar dominar por lo que Megan y Oliver formaron dentro de mí, hace tanto tiempo. No les voy a dar el gusto.
Tomo mi maleta luego de aterrizar y comienzo a caminar hacia la salida, buscando con la mirada el cartel con mi nombre. Logro distinguir a mi clienta sonreírme con mucha emoción mientras agita sus manos para captar mi atención. Me sorprende cuando me abraza con mucho cariño, pero yo también le devuelvo el gesto.
—¡Camille! —exclama.
—¡Alisha, es un placer conocernos finalmente en persona! —le sonrío emocionada.
—¡Estoy tan feliz! —comenzamos a caminar en dirección a la salida—Debemos apresurarnos. nos están esperando para llevarnos al restaurante —asiento y la sigo.
La ciudad de Agra me recibe con muchas personas aglomeradas por todas partes y aunque yo no tengo problemas de estar cerca de una masa considerable de personas, en este caso es un poco abrumadora ya que por poco puedes transitar sin chocar con alguien más.
—¡Bienvenida a mi hogar!
Me señala un taxi que está a un lado de la acera frente al aeropuerto, el hombre me ayuda con la maleta y ambas nos sentamos en los asientos de atrás. Alisha le indica la dirección a la que vamos en este momento, el hombre nos ve por el retrovisor y asiente.
—¿Qué tal estuvo el viaje? —me pregunta dándome completamente su atención.
—Estuvo tranquilo, sin tantas turbulencias.
—¡Me alegra eso! Adoro el hecho de que seas australiana. De hecho, Australia suena que es un lindo lugar para vivir... —susurra pensativa.
