Capítulo 11

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6 de abril del 2019

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6 de abril del 2019

Mi cita de amigos con Nicholas, es hoy. No pude asistir el día que me pidió, Nicholas, pero hoy podía asistir sin mucho problema. Tengo muchos nervios sobre conocer a su hija y del significado que esto pueda tener entre nosotros. Por más que insisto en amistad, este hombre se inclina por más.

Me estaciono en el hermoso jardín de Nicholas, pero eso no es lo más impresionante sino la casa que tengo ante mis ojos ubicada en una muy buena zona de la ciudad, dentro de una urbanización muy respetada. Creía que mi casa en NewCastle era grande, cuatro cuartos, tres baños, una gran sala junto al comedor, la cocina, lavandería y vista al mar. Pero esto sin duda supera cualquier lugar que haya ido antes y eso que mis clientes poseen grandes casas, pero nada como esta.

Bajo del auto y aplano mi falda con las palmas de mis manos que se había subido ligeramente. Tomo mis cosas y comienzo a caminar por el camino de arena hasta llegar a la puerta principal. La fachada es toda blanca y cuenta con dos pisos. Unos cuantos arboles rodean el domicilio y a mi izquierda puedo ver una cerca del mismo color que la vivienda, rodeando una pequeña piscina justo al frente de la casa.

A mi derecha, se extiende el resto de la propiedad. Logro ver dos balcones posicionados uno al lado del otro, con una separación considerable, acompañados de varias ventanas donde la luz de las habitaciones se cuela entre el cristal y la cortina que impide ver más allá.

Siento un poco de pena al presentarme a estas horas, pero el trabajo no me dejaba ser libre antes. Toco el timbre y a los minutos una joven adolescente abre la puerta. Veo sus intenciones y está a punto de cerrarme la puerta en la cara, no lo hace ya que Nicholas aparece detrás de ella.

«Comenzamos con mal pie» pienso.

—¡Camille! Viniste, ¡qué alegría! —me dedica una gran sonrisa.

—No quería dejarte plantado —me río un poco.

—Pasa, adelante —le da unos golpecitos en el hombro a su hija y está me rueda los ojos—. Ella es mi hija, Emilie —nos presenta—, cariño ella es Camille una nueva amiga —me señala.

Ella no muestra querer estrechar mi mano y yo la muevo dudosa sin saber muy bien cómo actuar ante ella. Retomo mi seguridad y extiendo mi mano, está la toma con fastidio y la suelta rápido. Logro entrar a la casa, un olor a pulcritud llega a mis fosas nasales, mezclado con el aroma de madera y el que emana la comida a lo lejos.

Nicholas me guía hasta llegar a un gran salón, donde se visualizan unos grandes ventanales, dando la vista al patio trasero que promete ser mucho más inmenso que el jardín delantero. Por dentro todo es de color blanco, las cosas parecen estar hechas a la medida, nada demuestra imperfección o improvisación. Esto me genera una sensación de calma, me gustan los sitios así, me trasmiten tranquilidad.

—¿Qué tal el trabajo? —me pregunta y su hija muestra signos de aburrimiento.

—Muy movido, lamento no haber estado muy pendiente antes —me refiero a mi teléfono.

Amor entre Bodas © (#1) ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora