Capítulo 26

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16 de septiembre del 2019

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16 de septiembre del 2019

El fin de semana anterior fue muy peculiar.

Un viernes trece donde conocí a The Rejects, asistí a su concierto el cual Nicholas me hizo creer que no asistiríamos, me permití olvidarme de las ocupaciones de mi vida por un segundo, viví momentos increíbles con Nick y visité Sídney luego de tanto tiempo sin ir.

Sí, fue un diferente pero extraordinario fin de semana. Sin embrago, toda la magia acaba justo cuando mi alarma suena, mi cabeza quiere estallar ya que desde ayer tengo una migraña del demonio y no se me quita con nada.

Los lunes son mi día favorito. Comienzo de semana, nuevas ideas, nuevos clientes, nuevos proyectos, en fin, lo veo desde la perspectiva de que los lunes funcionan para hacer borrón y cuenta nueva... solo que esta vez, no estoy feliz de que sea lunes.

Me doy la media vuelta para apagar mi alarma ¿Por qué me encanta ser puntual?

Cierro mis ojos mientras masajeo la zona que me duele en mi cabeza.

—¿Todavía te duele la cabeza? —me pregunta una voz rasposa a mi lado y solo asiento con la cabeza.

Todo ruido fuerte o un hilito de luz que pase pinchándose en mis ojos, causa que mi cabeza esté a punto de estallar como si fuera una calabaza.

—¿Y vas a ir a trabajar así? —vuelve a preguntar haciendo que yo emita un gruñido.

—Tengo que...

—Camille, nunca faltas. Esto es asunto de salud —me regaña Nicholas mientras se voltea para verme. Yo me mantengo boca arriba con los ojos cerrados y las manos en la cabeza.

—Si yo no estoy, todo se vuelve un caos y luego el trabajo se me acumula, además que tengo que dejar todo listo antes de mi viaje... —abro mis ojos e imito su posición para mirarlo.

—Sí... tu viaje —suspira.

—No serán muchos días —comento divertida.

—Camille, es la India. No está a la vuelta de la esquina —forma un puchero en sus labios tal y como ha estado haciendo desde que se enteró que debo viajar hasta la India y asistir a la celebración que con tanto esmero me encargué de organizar. Su gesto causa que yo me ría y luego me queje de nuevo por el dolor.

—¡No me hagas reír! —llevo una mano a mi frente.

—Yo no te estoy haciendo cosquillas —se burla.

—Pero haces eso con la boca y es gracioso.

—Te encanta mi boca —me fastidia.

—Nunca dije lo contrario —sonríe y me atrae hasta él.

—¿Tenemos que ir a trabajar? —vuelve a hacer el puchero.

—¡Sí, Nicholas! —ruedo mis ojos y el suspira con dramatismo.

Amor entre Bodas © (#1) ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora