Camille Rotford es una importante organizadora de bodas, conocida en una pequeña ciudad de Australia. Sin importar el corto tiempo que a esta mujer le dan, crea las mas asombrosas bodas que podrán ver en sus vidas.
Lo mas irónico es, que Camille no...
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25 de agosto del 2019
Una vez más nos conseguimos Nick y yo en el parque donde nuestros perros juegan. Solo que todo es diferente ahora. Al verlo, mi corazón salta de emoción y no reprimo la sonrisa que se forma cada vez que lo veo o pienso en él. ¿Qué me daba miedo? Por supuesto. No era sencillo tragarme todas esas barreras de un día para otro. Pero lo estaba intentando por ambos.
—Camille, ¡Buenos días!
—¡Buenos días para ti también, Nicky! —empleo un tono de voz agudo.
—¿Nicky? —enarca una de sus pobladas cejas.
—Sí, miNicky.
—Bien, me conformo con el Nick, pero ¿Nicky? ¿En serio? —pone cara de disgusto.
—Sólo estoy jugando —le saco la lengua.
—¿Y a qué se debe tanta alegría? Irradias en cantidades gigantes.
—Tú. Eres parte de mi alegría, me hace bien verte y saber que solucionamos las cosas.
—Concuerdo con lo que dices. Esto me lleva a hacer una pregunta que no pude hacer la última vez que nos vimos —mi corazón se acelera.
—¿Cuál es? —pregunto con intriga.
—¿Acepta ser mi novia y comenzar una relación oficialmente?
Siento que en este preciso momento puedo gritar, subirme a un árbol, saltar por doquier. Mi corazón se me saldrá del pecho y mi cerebro queda en completo shock.
—¡Por supuesto que sí! —logro responder con los nervios revoloteando. Me arrojo hacia él, estrellando nuestras bocas una con la otra, causando que nuestros dientes choquen causando que ambos nos carcajeemos.
El beso se profundiza, su lengua hace un pequeño tacto con la mía, abro un poco mi boca para dejarlo pasar. Sonrío entre beso y beso. Nuestros perros ladran, haciendo que nos separemos, ambos jugaban con una pelota que Malik traía. Volteo a ver a Nick y lo encuentro observándome de una forma nueva: en sus ojos se veía el amor brotar de sus ojos. Estoy segura que los míos se muestran iguales.
Comienzo a ver la vida en otro tono... un arcoíris acaba de vomitara mi alrededor, subiéndome a una nube hasta el cielo, sintiendo en la palma de mi mano una estrella brillando todo a su paso.
Luego de mi salida con Nick, vuelvo a la realidad en donde logré comunicarme con la encargada del vestido de novias para mi clienta. Ambas logramos llegar a un acuerdo para poder tener todo listo para la fecha. Debido a que ella se encuentra en Italia, yo me haré cargo de tomar las medidas y asegurarme del modelo y tipo de tela que mi clienta espera.
Convenimos una fecha en la que ella vendrá para traer el vestido, estoy ansiosa por conocer a esta diseñadora que, según sus redes sociales y la mismísima Chloe, comenzó a hacerse conocida en varios países.
