Camille Rotford es una importante organizadora de bodas, conocida en una pequeña ciudad de Australia. Sin importar el corto tiempo que a esta mujer le dan, crea las mas asombrosas bodas que podrán ver en sus vidas.
Lo mas irónico es, que Camille no...
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Richard y yo subimos en el elevador sin emitir sonido alguno, mientras llegamos a mi departamento. Kim nos saluda alegres y Richard pierde un poco de su seriedad al jugar con ella. Suelto mis pertenencias y deposito mi teléfono junto con las llaves en el mesón de la cocina. Me doy media vuelta encarando a mi invitado.
—Será mejor que tomemos asiento —indico.
Comienzo a hablar y a relatar todo más calmada, enfocándome en el bienestar de Charles y en cómo no me gusto para nada todo lo que me dijo que sucedía en la empresa. Reconozco mi error con Charles y también reconozco que mi reacción ante Richard no fue la más adecuada. Él se muestra comprensivo y se disculpa por haberse enojado tanto, sacando a Nicholas en nuestra discusión.
—Lo siento —musito con la cabeza baja.
—Yo también. No dejemos que las emociones nos dominen de nuevo.
Richard y yo nos encontramos ahora con menos presión. Ambos hemos entendido los puntos del otro así que bajamos la guardia. Escucho mi celular sonar y me levanto a revisarlo, es un mensaje de Nicholas disculpándose por no haber podido responder antes.
Camille:No te preocupes. Richard y yo acabamos de hablar,
las cosas se están arreglando.
Nicholas:¡Eso es fantástico! Me alegra mucho por ti.
Camille:Igual a mí.
—¿Es quien creo que es? —me pregunta mi acompañante, con ansias de chisme.
—¿Quién crees que es? —alzo una ceja.
—Nicholas Clamington —me mira obvio.
—Acertaste ¿cómo lo supiste? —sonrío.
—Tu sonrisa te delata.
—Solo somos amigos —me escucho aclarar.
—¿Cuándo será que Camille se dará una oportunidad? —me mira a la expectativa de mi reacción mientras se acomoda en su asiento.
—No sé si me sienta preparada para una relación —bufo—. Sabes el corto tiempo que apenas tengo para darle a Kim.
—Excusas te estás colocando a ti misma al no aceptar que te gusta y que si estas preparada. Todo el tiempo que llevo conociéndote y no he escuchado que salgas con alguien —desvío mi mirada—. Entiendo que lo que te pasó te hizo desconfiar de todo aquel que respire cerca de ti, pero no le des el poder a Megan de gobernarte aquí también.
» Ahora tienes amigos que te quieren y apoyan, un hombre que a kilómetros se nota que le interesas. Ambos tienen agendas llenas pero el que quiere puede, y se las ingeniaran ¡Vamos Camille! No te rindas sin haber comenzado la carrera.
