Capítulo 8

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 Luego de que por fin Richard me dejara ir, me despido de Karin y Charles, este último estaba muy nervioso y atento a cualquier cosa que pudiera pasar

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 Luego de que por fin Richard me dejara ir, me despido de Karin y Charles, este último estaba muy nervioso y atento a cualquier cosa que pudiera pasar. Llego a mi casa a las cinco de la tarde, me doy prisa para tomar un baño y así estar lista a tiempo. Me coloco una blusa negra y un jean claro, tomo una chaqueta negra debido al frío que comienza a presentarse en la ciudad. Me aseguro de que Kim tenga comida y agua, una vez terminado mi maquillaje y tacones listos, me despido una vez más de mi cachorra y salgo de mi casa.

Estoy seguro que muchas personas no estarán de acuerdo con que tenga una mascota y no tenga el tiempo suficiente para estar con ella, la verdad es que me duele dejarla sola todo el día, sin embargo, me tranquiliza un poco que una vecina se encargue de sacar a pasear a mi perro junto al suyo y así puede hacer sus necesidades sin ningún problema.

Kim ha sido una luz en mi vida y me siento muy feliz siempre que la tengo a mi lado, a veces hay que hacer sacrificios, espero que pronto pueda tener más espacio en mi agenda y poder darle atención como se debe a mi mascota.

Una vez dentro de mi auto, enciendo la calefacción y la radio. Tomo camino hasta el restaurante y comienzo a sentir un poco de nervios. Es extraño sentirme así, realmente tenía mucho tiempo sin tomarle mucha importancia a un hombre en mi vida. Estaciono mi auto en el estacionamiento y reviso la hora, llegué puntual. Cuando me planto en la entrada del lugar, el hombre que me recibió la vez anterior me sonríe y noto que me recuerda.

—Bienvenida señorita Rotford — me saluda.

—Muchas gracias —asiento. Me guía hasta una mesa un poco alejada de las demás, siendo todo más privado.

—El señor Clamington ya está por venir ¿desea algo de tomar?

—Por los momentos una limonada me sienta bien —sonrío apenada.

Se retira ya los pocos minutos una camarera me entrega la bebida. Decido revisar mis redes sociales mientras espero a Nicholas, las reviso muy poco y quién se encarga de moverlas es una persona que he contratado. A veces me agota pensar que cosas tan sencillas no las puedo hacer por mi corto tiempo y cuando por fin cuento con un lugar libre en mi agenda, solo deseo estar recostada en mi cama.

Duro aproximadamente cinco minutos metida en las redes, hasta que siento que alguien se encuentra frente a mí. Alzo la vista y unos ojos azules me observan detenidamente.

—Perdona la tardanza —se acerca a mí y besa mi mejilla. Al separarse queda muy cerca de mis labios, puedo sentir su respiración chocando con la mía.

—No hay problema —trago.

Se justo sienta a mi lado y ambos continuamos mirándonos sin decir nada más. La música de fondo es muy relajante, noto a lo lejos que es un órgano de color marrón en un muy buen estado, siendo tocado por un adolescente de unos diesciocho años.

—¿Qué pediste de tomar? —Dirijo mi mirada de nuevo hasta él.

—Una limonada —doy un sorbo al vaso.

Amor entre Bodas © (#1) ✔️Where stories live. Discover now