❪ 3O. SELFISH ❫

13.7K 1.4K 371
                                    

𝗖𝗢𝗙𝗙𝗘𝗘: EGOÍSTA

𝗖𝗢𝗙𝗙𝗘𝗘: EGOÍSTA

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


❪ Cherry. ❫

—¿QUÉ HAY DE ELLOS? —pregunto la encargada, sin comprender a qué me refería, abrí la boca dispuesta a responder, aunque no me dio tiempo a hacerlo cuando Cinco ya lo había hecho.

—Quiere... —se detuvo a si mismo, me miró por un instante y trate de hacerle entender con mi mirada que continuará, regreso su vista a ella, soltando un suspiro —Queremos que sobrevivan.

—¿Todos ellos? —señalo a los Hargreeves que estaban detrás nuestro.

—Todos ellos. Sin excepciones —aclaré, ahora fue Cinco quien asintió, la encargada nos miraba fijamente.

—Veré que puedo hacer —parecía acceder, colocando sus gafas extendió su mano hacia Cinco. Fruncí el ceño, deteniendo a Cinco cuando este estaba a punto de estrecharla —¿Qué sucede? ¿No tenemos un trato?

Cinco me observaba, confundido y podría apostar que algo molesto.

Negué. No, esto no era lo correcto.

La encargada no nos estaba asegurando nada, que salvará a nuestra familia era solo una posibilidad, pero tan a medias como eso, podía retractarse en cualquier momento, y nosotros no.

Y también sabía lo mucho que Cinco había sufrido estando ahí, cualquiera podía notarlo si era al menos un poco observador. Estaba dañado, más dañado que ninguno de nosotros y por más que se tratará de salvar al mundo, no me arriesgaría a perderlo por completo, con la poca cordura que sabía que aún estaba ahí.

Estaba siendo egoísta, una jodida y gran egoísta, pero lo quería aquí, conmigo. Cinco había vuelto y no quería que se fuera tan fácil.

—Solo... Una cosa —se alejo de ella, momento perfecto en el que yo fui detrás suyo a prisa, aún sintiendo la mirada de la encargada en cada uno de mis movimientos.

—Cinco —murmure, apenas siendo lo suficientemente alto para que el me escuchará, soltó un ligero ruido, haciendo obvio que me escuchaba —No puedes estar actuando en serio, ¿no? —el nerviosismo me traicionó, haciéndose notorio incluso en mi voz —No puedes simplemente aceptarlo.

Detuvo lo que hacía, que era básicamente descargar el arma de Hazel. Dudo por un segundo, pero después se acercó a mí, sujetando mi rostro entre sus manos, dejando una caricia en mi mejilla, misma que activo aquel hormigueo que me provocaba.

Sus ojos estaban fijos en los míos, el claro bosque contra el azul cielo.

—Tu mismo dijiste que era un tormento, cada día era una tortura... ¿Nos mentiste? —cuestione cada vez más confundida.

¹ 𝗖𝗢𝗙𝗙𝗘𝗘 | cinco hargreeves (reescribiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora