CAPÍTULO 33

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El GPS nos indica que estamos a tan solo diez minutos de la entrada al parque temático más conocido de toda Europa. Daniel parece nervioso porque las indicaciones no son lo bastante claras y nos cuesta encontrar la salida correcta, después de varios intentos lo conseguimos. Debemos pasar por una especie de casetas donde te piden la entrada y la identificación. Nos atiende una becaria y enseguida nos cede el paso, ya que reconoce a los chicos. Seguimos unos minutos más por la carretera hasta que vemos un gran cartel donde pone "Disneyland Paris", con un Mickey en lo alto. Nos emocionamos al ver que ya hemos llegado y no tardamos en aparcar donde nos han indicado. Al bajarme veo que estamos delante del mismísimo Hotel principal del parque ¿Nos vamos a alojar aquí?

Cuando vine hace unos años con Estela, nos tuvimos que quedar en un camping situado en los alrededores, ya que no podíamos permitirnos dormir en los hoteles del propio parque.

Las demás parecen estar tan sorprendidas como yo, analizo el hotel y realmente parece un castillo, de esos que poseen magia y dragones.

Me quedo embobada mirando las decoraciones hasta que Zayn se me acerca

—A que mola —dice sonriendo. Yo asiento y pregunto

—¿Habías venido alguna vez? —Él niega con la cabeza

—No —contesta riéndose —pero siempre he querido venir. —Yo sonrío y me imagino a Zayn de pequeño suplicando a sus padres de ir al parque. Y aquí está él de mayor, cumpliendo sus sueños...

Una voz interrumpe mis pensamientos, una cara conocida se nos acerca para darnos la bienvenida.

—Hola de nuevo —dice el Sr. Friedman mostrando una perfecta sonrisa —¡Me alegro de veros! —Nos saluda uno por uno y nos dice —Por favor, dejadles vuestras maletas a los botones y acompañadme.

Unos hombres con uniformes llamativos se acercan a nosotros, me fijo mejor y parece que estén inspirados en la película de "El cascanueces". Son muy amables y colocan nuestras pertenencias delicadamente en un carro en forma de vagón de mina, como el de "Blancanieves". Tan solo llevo aquí cinco minutos y ya me encanta todo, para una fanática de Disney estar aquí es un sueño. El señor Friedman nos conduce por las calles del parque, a través de varias zonas como la de las princesas, la de los villanos e incluso las de animales. Pasamos por delante de una pequeña estación de tren y nos ofrece dar una vuelta completa por el parque. De comandantes tenemos a Ariel y al Príncipe Eric, no puedo evitar mencionárselo a Paula

—Has visto que guay —digo mientras los sigo mirando, ella se ríe

—Son igualitos que los de la película eh —yo asiento y seguimos pendientes de las explicaciones.

Al terminar el trayecto Paula y yo le pedimos una foto de recuerdo a los personajes y ellos aceptan encantados. Nos la hace Claudia, la cual se ríe de nosotras

—Toma —dice devolviéndome mi móvil —como niñas pequeñas. —Yo me encojo de hombros y le enseño emocionada la foto a Paula.

—¡Que tenemos una foto con la Sirenita! —dice ella, creo que le ha hecho tanta ilusión como a mí.

Ya hemos vuelto al hotel, aunque nos han dicho que tenemos que asistir a una especie de ceremonia de bienvenida. No tengo ni idea de lo que vamos a hacer, pero nos están guiado por dentro del edificio. Desde fuera no es nada comparado a cómo está adornado por dentro, realmente parece que estés en un cuento de hadas. Está ambientado en el castillo de "La Bella Durmiente'' y es fantástico, hasta los más mínimos detalles son preciosos.

Nos conducen a través de una sala, la cual parece un gran salón de baile. Observo a mi alrededor y veo que efectivamente está inspirado en el salón de baile de Aurora.

Well... why not?Where stories live. Discover now