Capitulo 18

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Tres días más tarde, sonaba su móvil. Otra vez. Lena levantó la cabeza del sofá en la salita en la casa de su padre donde estaba echando una pequeña siesta. Eran las cuatro de la tarde. Genial, habían pasado cuatro minutos desde la última vez que sonó el teléfono. Una rápida ojeada al identificador de llamadas le reveló la identidad de alguien que no conocía.

«Maldita sea»

Negando con la cabeza, apretó el botón y dijo:

—Sin comentarios

—¿Periodistas? —Preguntó su padre cuando ella volvió a colgar de golpe el teléfono.

—Supongo. No les dejo hablar lo suficiente para averiguarlo.

—No habrás recibido ninguna amenaza por teléfono ¿verdad? Ella negó con la cabeza.

—¿Y tú?

Su padre se frotó la nuca, rígida por la tensión

—En los últimos tres días recibí un mensaje de voz y un fax. Es un gilipollas pirado. Pero no sé qué nivel de chaladura tiene.

—¿Estás preocupado?

El coronel dudó, hizo una mueca y se encogió de hombros. Al final declaró:

—Sí. Tengo la sensación de que este hombre va en serio. Así que quiero que tengas mucho cuidado cuando salgas de casa.

Lena se enderezó. Su padre casi nunca se preocupaba. Tenía cuidado, eso sí. Pero que estuviera preocupado era una mala señal. Muy mala.

—¿Qué te dice en los mensajes?

—Oh, lo típico. Que le he destrozado la vida y que ya ha llegado el momento de pagar. Que se perdió la infancia de su hija bla, bla, bla.

—¿Y no tienes idea de quién puede ser? Su padre negó con la cabeza.

—Podrían ser una docena de pirados. Recuerda que llevo en este negocio casi quince años. Así que si recibes alguna llamada amenazadora, dímelo. Aunque creo que lo mejor sería que desconectaras el teléfono.

Antes de que pudiera contestarle, el móvil volvió a sonar. Otro número desconocido.

—Sin comentarios. —Lena suspiró y negó con la cabeza. ¿Cómo habían conseguido los reporteros su número de teléfono?

—Lo dicho, es mejor que apagues el móvil. Esa gente va a seguir llamándote todos los días mientras sepan que contestas —Su padre sonaba tan irritado como ella.

—Lo sé

—Entonces apágalo. ¿O acaso estás esperando que Jack te llame?

Lena hizo una mueca. Lo cierto es que no quería hablar de ese tema con su padre.

—Papá

—Sé que volvió a llamarte ayer por la noche. Y por lo poco que pude oír, te suplicaba que volvieras.

Habían pasado tres días desde el anuncio de su compromiso y de la marcha de Lena. Desde entonces, él la había llamado día y noche, casi tan a menudo como los periodistas que pretendían conseguir información sobre su relación con el cantante y la razón de que ya no hiciera la gira con él. La noche anterior, la había llamado borracho como una cuba, admitiendo que estaba durmiendo con otra joven cuyo nombre desconocía y que se sentía fatal.

—Dejará de llamar.

—Lena, cariño, bajo esa fachada dura que Logan y Hunter intentaron doblegar cuando eras niña, tienes un corazón de oro —le dijo con afecto. Allí estaba esa parte de su padre que sólo le mostraba a ella y que siempre había conseguido que se sintiera amada —Tienes que decirle a ese joven que tiene que seguir con su vida. Y mostrarte firme.

DECADENTWhere stories live. Discover now