Capitulo 30

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En cuanto Kara se marchó, a Lena la invadió un terrible temor. No había esperado que se alegrara por el embarazo, pero ni en sus peores pesadillas se hubiera imaginado una reacción así.

Alex se sentó a su lado y le rodeó la cintura con un brazo, ofreciéndole un hombro en que apoyarse.

—¿Estás bien?

Bueno, estaba embarazada de una mujer que temía que se fuera a suicidar por ello, y de paso la había ofrecido a otra persona. No era precisamente la idea que tenía de un día redondo.

—Creo que hubiera preferido que me atropellara un camión. Hubiera resultado menos doloroso. Alex la atrajo contra su pecho y le acarició la espalda.

—Lo siento. Sé que la manera de actuar de Kara te ha hecho mucho daño. No sé qué decir para explicar su reacción.

—No espero que me expliques nada. Kara ya es mayorcita para que se responsabilice de sus acciones. —Y ella ya estaría cabreada consigo si el miedo de Kara no hubiera resultado tan real y tangible. Tan sumamente doloroso.

Por lo que sólo se sentía desesperada.

—Kara jamás lo superó.

—Está claro que no. Después de la muerte de Imrra, asumió la culpa. Y la familia de ella no ayudó. La hermana gemela de Imra extendió el rumor en el instituto de que Kara la había empujado al suicidio. Su madre trabajaba allí como profesora y se aseguró de que casi todos los profesores pensaran que había sido la responsable de aquello, y la trató como si fuera una asesina. Vivían en un pueblo muy pequeño, así que mi prima no pudo cambiar de colegio. Apenas podía salir de casa sin la compañía de alguno de sus padres. Una de las veces que lo hizo, el padre de Imra la detuvo y la metió en la cárcel por exceso de velocidad. La llevó a la celda que ocupaba un peligroso delincuente adulto, a pesar de que Kara era menor de edad. El hijo de perra no pensaba dejarla llamar en seis horas. Si el padre de Kara no hubiera averiguado con rapidez dónde se encontraba su hija y no se hubiera presentado en la cárcel con un abogado, estoy segura de que aquel individuo le hubiera hecho algo.

A Lena se le oprimió el corazón.

—Oh, Dios mío es terrible.

—Pero lo peor de todo es que Kara aceptó toda la culpa. Creo que todavía lo hace. Y estoy segura de que lleva años temiendo poder llegar a ser la causante de la muerte de alguien más.

Aquello había sido terrible. Más que terrible.

Una chica inmadura embarazada, sus inseguridades y la venganza de su familia habían destrozado la autoestima de una joven. Y nadie había hecho nada para evitarlo.

Y ahora, la propia Lena introducía a otro bebé en la historia.

—Gracias por contármelo.

—¿No estás enfadada conmigo?

—¿Por no haber sido sincera sobre el pasado de Kara? Alex hizo una mueca.

—No. Por no haber sido sincero sobre mi problema antes.

«¿Enfadarse con ella? No».

Lena no tenía razones para sentirse traicionada. Su incapacidad para tener hijos era algo que claramente avergonzaba a Alex. Incluso en medio del drama de Kara y su discusión con Alex, Lena había visto la humillación y dolor reflejados en su rostro por no poder tener algo que quería con tanta desesperación.

—A mí no me debías ninguna explicación.

Alex agachó la cabeza al captar la indirecta.

—Pero sí se la debía a Kara. Aquello era imposible de negar.

DECADENTWhere stories live. Discover now