Capítulo 29: La nueva Hardam

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Los chicos probaron la carne de karzúa y realmente era exquisita. Como bien había dicho Lay: con un trozo se sintieron satisfechos y el hambre se vio amortiguada. Ari se sorprendió al ver que las plumas eras fluorescentes porque los aldeanos se hicieron penachos con ellas, bailaron alrededor de una hoguera, invitando a los tres a bailar, mientras tanto Lay y Vera les aplaudían. El penacho de Aladdin era el más largo que lo arrastraba.

A pesar de estar en medio de las ruinas, la felicidad de la gente hacía que el lugar fuera el más cálido del mundo.

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Ari se levantó en plena noche, vio a Alibaba muy concentrado escribiendo, se ayudaba de las plumas para iluminarse

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Ari se levantó en plena noche, vio a Alibaba muy concentrado escribiendo, se ayudaba de las plumas para iluminarse.

—¿Qué haces? —preguntó Ari acercándose, bostezó.

—Estoy haciendo una estrategia para Hardam. La carne de karzúa puede ser de mucha utilidad para largos viajes, si empiezan a hacerla como carne seca. Otra de las cosas, es que hay que evitar que se extingan, así que sería bueno tener una granja con ganado y alimentar a las karzúa y sus crías. Sus plumas las pueden convertir en lámparas y adornos muy bonitos que también pueden vender. Podemos decirle a Sinbad que abra su mercado para Hardam.

—Suena interesante —Ari se acostó y se fregó un ojo.

—Lo que me preocupa, es que la mayoría de las tierras son infértiles por lo que no producen nada —Alibaba dejó de escribir—. Pero antes de la guerra, sí que eran muy productivas.

—Sin tierras que produzcan no podrán alimentar a los ganados —expresó Ari.

—Se tendrían que explotar las pocas que sí producen, pero no sería suficiente —Alibaba se rascó la cabeza.

—Aladdin podría ayudar con su magia —dijo Ari, luego miró al pequeño—. Me dijo que por medio de magia hacía que los frutos en Magnos... Magnos...

—Magnostadt —completó Alibaba.

—¡Eso! —lo señaló—. Hacían que las cosechas se dieran sin problema alguno. Tal vez Aladdin pueda hacer que las tierras se vuelvan fértiles.

—Pero ¿podría lograrlo con todas?

—Yo lo ayudaré —se señaló Ari—. Uniremos fuerza para lograrlo. Eso déjanoslo a nosotros. Tú sigue pensando en más estrategias que puedan ayudar a Hardam.

—Por el momento, quedamos en que rehabilitaremos el lugar donde habitaba Marusa para que se vayan a vivir ahí la gente que no tiene hogar, luego veremos cómo podemos ayudar a reconstruir las casas —sonrió Alibaba, volviendo a escribir.

—Me gusta verte así de emocionado —sonrió Ari, haciendo que Alibaba se detuviera.

Él sonrió soñador, lo que más deseaba en ese momento es que la gente estuviera bien y feliz, que la oscuridad y desesperanza nunca volviera a tocar sus corazones.

Magi: The New Magic AdventureWhere stories live. Discover now