Capítulo 19: El obsequio para Sinbad

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Jafar andaba muy apurado y estresado, sin embargo, estaba feliz. Quería que todo quedara perfecto para el cumpleaños de Sinbad. Les pidió ayuda a los chicos, haciendo que Alibaba, Aladdin y Arisha se olvidaran por un momento de todo lo demás.

Los mandó a hacer las compras, por lo que los tres se separaron y quedaron en reunirse en un punto, con ayuda del turbante llevaban las compras.

—Regreso en un momento, chicos —avisó Aladdin emprendiendo el vuelo hacia el palacio.

—Ari, ¿crees que es momento para hacer una fiesta después de todo lo que ha pasado? —preguntó Alibaba, observando las monedas que tenía en la mano.

—Creo que es buen momento, no puedes estar preocupado toda la vida —respondió Ari—. A Jafar lo veo muy animado organizando el cumpleaños del señor Sinbad y me hace feliz verlo así —sonrió.

—Tienes razón, hacer a un lado las preocupaciones por un momento ayuda a pensar mejor en las soluciones —aceptó el muchacho cerrando la mano.

Siguieron con las compras, a Ari se le cayó el canasto de manzanas que terminaron rodando por las escaleras, así que los dos corrieron para recolectarlas. Una manzana la agarró un hombre y se la tendió a Alibaba.

—Muchas gracias, señor —dijo Alibaba tomando la manzana.

—De nada, jovencito —emitió aquel hombre regalándole una cordial sonrisa.

Alibaba se percató que aquel hombre era un turista por sus ropas que eran ajenas a los habitantes de Sindria.

Los dos chicos subieron por la escalera para irse a encontrar con Aladdin. Ya les faltaba poco para terminar de hacer las compras que Jafar les encargó.

Los tres estaban descansando en la habitación de los chicos, en la cama yacía una charola con manzanas acarameladas y brochetas de fresas cubiertas de chocolate.

—Dice Pisti que los cumpleaños del señor Sinbad lo celebran en grande, cada año es mejor que el anterior, por eso Jafar se esmera todavía más —comentó Ari que estaba comiendo una manzana acaramelada sin importarle que tenía la cara embarrada.

—Es verdad, no nos ha tocado vivir un cumpleaños del tío Sinbad, ¿verdad, Alibaba-kun? —reconoció Aladdin que se estaba degustado una brocheta de fresas.

Alibaba asintió, estaba masticando su manzana e igual tenía caramelo alrededor de la boca.

Jafar abrió la puerta de improviso, Arisha por la desesperación por qué no la viera embarrada de caramelo se trató de limpiar con la sabana, pero esta se le quedó pegada en parte de la cara. Jafar parpadeó al verla, luego Aladdin que estaba más cerca de ella le jaló la sabana.

—Auch —se quejó Ari dejando escapar una lagrima de dolor.

—Lo siento, onee-san —se disculpó Aladdin, divertido.

—Lo lamento chicos por interrumpirlos, pero quisiera pedirles otro favor —solicitó Jafar.

Los tres aceptaron sin pensarlo, y Jafar les dijo lo que tenían que hacer.

—¡Vamos en seguida, Jafar! —exclamó Ari.

Los tres salieron de la habitación corriendo, estaban entusiasmados por poder ayudar.

El día de la fiesta había llegado, incluso les pidieron a los chicos vestirse más formal para la ocasión. A Aladdin y a Alibaba les dieron un traje diferente al que estaban acostumbrados a vestir.

Magi: The New Magic AdventureDonde viven las historias. Descúbrelo ahora